Una bandera blanca en Las Batallas

Tan desvencijado por el paso del tiempo, el nombre ahí permanece y un chispazo trae el recuerdo de aquellos años noventa: División Chirri.

En una pared del edificio de Telefónica en la calle San Antonio se perpetúa el nombre. Han pasado más de treinta años y ahí sigue todavía.

Recientemente en un encuentro del Foro Jaén de Opinión y Debate sobre la conservación de la ciudad, “Civitas Lucis” reconocía que hay pintadas que llevan en Jaén décadas ante nuestros ojos sin que nadie amague con borrarlas de donde están.

Seguramente aquel que escribió para siempre el nombre de la División Chirri en esa pared hoy sea padre de familia o incluso hasta abuelo. Y en él permanecerá su amor por el color blanco con el que hemos crecido futbolísticamente en esta ciudad.

La División Chirri como el inolvidable Frente Aceitunero y la bullanguera Peña El Mono fueron el resorte de cada domingo en el viejo La Victoria para aupar al Real Jaén hacía la gloria. Tardes de bufandeo en Fondo Gol lanzando cánticos, puestos en pie, en el inmenso graderío bajo las ventanas de la antigua Escuela de Peritos o lindando con la tapia de Maristas.

A noventa minutos de alcanzar la gloria se sitúan los corazones blancos de muchos niños que todavía no conocen lo que es colapsar la Plaza de las Batallas y aupar en todo lo alto de la escultura del caballo de la batalla de las Navas de Tolosa un banderón blanco. Así se celebró siempre el fútbol según Jaén.

Antes, subiendo por el Paseo de la Estación o atravesando las Protegidas, a un paso de La Victoria. Ahora, en un peregrinaje cuesta arriba desde el campo nuevo, similar al de la vuelta a casa de nuestra feria de San Lucas allá por el mes de octubre. Esto último casi no lo hemos vivido porque en casi un cuarto de siglo que tiene el Nuevo La Victoria, sólo una vez vivimos esa alegría.

Desde hace más de una década el fútbol en esta ciudad ha transitado una larguísima travesía que en lo deportivo ha arrojado numerosos berrinches y en lo social esperpénticos bochornos, escribiendo páginas funestas en la historia de un club de fútbol que llega hasta nuestros días convertido en centenario y sabiéndose Real porque un título así lo certifica de forma fehaciente y no arroja dudas al respecto.

Desde Las Fuentezuelas hasta la Fuente de la Peña, desde El Valle hasta Puerta de Martos banderas blancas se dejan ver por los balcones con el escudo que en forma de corazón morado incrusta las cuatro letras de nuestra ciudad. Todo Jaén ansía celebrar el momento que llevamos casi diez años esperando para volver a situarnos donde por historia en el fútbol nos corresponde.