Alto y claro

José Antonio Carrizosa

¿Descarrilará la vía andaluza?

11 de noviembre 2025 - 03:11

Hasta que llegó la crisis de los cribados de cáncer y, en general, la controversia sobre la gestión de la sanidad pública, Juanma Moreno tenía claramente dibujada cuál iba a ser la estrategia de su campaña electoral: lo que él mismo ha dado en llamar “la vía andaluza”, entendida como el ejercicio de moderación y pragmatismo con el que ha manejado la Junta de Andalucía y su propio partido durante estas dos legislaturas. Su objetivo único era revalidar la mayoría absoluta y el solitario nubarrón que aparecía en el horizonte era la amenaza de un Vox que subía como consecuencia de una tendencia de no tenía nada que ver con la política andaluza y sí con la nacional –ahí están los errores de Feijóo en su relación con Abascal– y sobre todo con lo que pasa en Europa. Las cosas han empezado a cambiar y ahora Juanma Moreno va a tener que dar un giro a su estrategia y salir al combate: la sanidad es un tema demasiado importante para dejarle campo de juego a la oposición. Y esta cuestión no será un debate de campaña electoral, será el debate único, tanto desde el punto de vista ideológico como de la crítica a la gestión.

Aun con este condicionante, el principal activo del presidente andaluz sigue siendo la proyección de esa imagen moderada que está detrás de la vía andaluza. Aunque nadie puede negar que se lo ha trabajo con inteligencia, también ha habido algo de suerte en que haya podido imprimir ese sesgo a su paso por el Palacio de San Telmo. En 2019, que es cuando empieza todo, Vox hizo presidente a Juanma Moreno a cambio de nada. Como se diría en la calle, por su cara bonita. Lo colocó en el sillón presidencial y le aprobó los primeros presupuestos a cambio de concesiones simbólicas de escasísimo calado. El propio partido de ultraderecha ha reconocido ahora que pecó de inmadurez y que eso no volverá a pasar. Si sus votos vuelven a ser necesarios para investidura de Juanma va a exigir contraprestaciones claras y caras, incluso la de ocupar puestos de peso en el Consejo de Gobierno.

Así están las cosas cuando el PP andaluz se ha lanzado ya abiertamente, desde el pasado fin de semana, a la campaña electoral. La vía andaluza se enfrenta a dos amenazas, el descontento sanitario y la subida de Vox, que pueden hacerla descarrilar.

Si después de las elecciones de la primavera del año que viene Moreno pierde la mayoría absoluta por uno de estos dos factores o por ambos sumados, el Juanma que se ha visto en estos últimos siete años ya no será el mismo. En manos de Vox, sus perfiles tendrán que endurecerse y tendrá que hacer cosas alejadas del modelo centrista que tan buenos resultados le ha dado. Porque, además, hay otro componente que no conviene obviar: Moreno ha desempeñado tan bien en ese papel porque no ha tenido que impostarlo, él es así. En otras circunstancias va a tener que tragar sapos y culebras, algo para lo que no está entrenado y que no puede estar más lejos de la política en la que ha demostrado ser un maestro.

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