Escala de grises

23 de septiembre 2025 - 08:00

“Nada es blanco, ni negro”, reza el dicho popular y, a menudo, resulta bien cierto. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió este pasado domingo en que "no habrá un Estado palestino" después de que Reino Unido, Canadá y Australia lo reconociesen, y advirtió de que a su vuelta de la Asamblea General de la ONU, que se celebrará esta semana en Estados Unidos, anunciará una "respuesta" a ello.

Este es sólo el penúltimo capítulo de un conflicto enrocado desde sus propios orígenes en el siglo pasado y que sigue recogiendo tempestades fruto aquellas viejas tormentas.

Uno de los episodios más cercanos se vivió en la última etapa de la Vuelta Ciclista a España, que se convirtió en la más rocambolesca de su historia, por el caos sembrado en el recorrido por manifestantes pro palestinos, que impidieron que el pelotón llegase a la Plaza de Cibeles, como estaba previsto.

La etapa final tuvo que suspenderse y se logró el objetivo de convertir el conflicto en escaparate internacional para denunciar el genocidio en Gaza a manos del Gobierno israelí. El fondo lo compartimos todos, ¿pero y las formas? ¿Damos por bueno a Maquiavelo con que ‘el fin aquí justificó los medios’?

Luego vino nuestro presidente, Pedro Sánchez, a felicitar a los manifestantes por la valentía de truncar un día, que debía ser de celebración deportiva, a unos ciclistas que sólo estaban haciendo su trabajo. Lograron la repercusión mediática internacional, pero a costa de un deporte que se queja de ser considerado de “segunda” y que ahora pide que se tenga el mismo criterio con otras competiciones en las que se mueven muchos más millones de euros. Veremos lo que sucede.

Y es que, a veces, da gusto que seamos capaces de organizarnos para ayudar a quienes no conocemos, mientras ignoramos olímpicamente los problemas de nuestro vecino del primero.

A mí también se me parte el alma cuando se leen los nombres de niños muertos, asesinados, como si de un rosario macabro se tratara. Nadie puede soportarlo, pero hay que pensar, también, en las familias que siguen teniendo a personas secuestradas en quién sabe qué estado, si vivos o muertos, desde el salvaje ataque terrorista de octubre de 2023. Porque eso es lo que no hay que olvidar, que ese es el origen de todo lo que sucede ahora.

Simplificando mucho, si los terroristas se planteasen la liberación de los rehenes, es posible que se abriese el camino a la paz. Pero nadie habla de esta vía de solución o, al menos, las protestas de sus familias para que Hamás libere a los israelíes secuestrados no tienen tanta repercusión.

Mientras, aquí más cerca, este fin de semana el conflicto entre Israel y Palestina se ha “colado” en la actualidad informativa de la provincia con la iniciativa “hambre x hambre” en Úbeda y su ayuno solidario reclamando el fin de los asesinatos de inocentes en la franja de Gaza.

Sea como sea, el fin tiene que llegar "Ya".

stats