IU y la Alameda

28 de junio 2025 - 03:08

Hay declaraciones que uno lee apresuradamente en los periódicos y dice: “¡claro que sí!, cuánta razón tiene este señor. Esto sí es hacer política pensando en el conjunto de los ciudadanos y no en los intereses de unos pocos. Chapeau, DPM, bravísimo, etcétera.” Sin embargo, cuando indaga un poco más en el asunto sobre el que se está manifestando el concejal (o diputado, senador, ministro, consejero, subsecretario, rector, presidente de comunidad, etcétera) cae en la cuenta de que esas palabras que nos supieron a dulce miel son, en realidad, amarga hiel, pura demagogia, una nube de tinta de calamar que pretende ocultar razones menos confesables. Nos pasó el otro día al leer en este periódico el siguiente titular: “La Alameda no hay que reurbanizarla, la Alameda hay que cuidarla”. La consigna la perpetró Izquierda Unida y con ella quería rechazar los planes del alcalde, José Luis Sanz, de convocar un concurso de ideas para cambiar una Alameda de Hércules que, desde que fue brutalmente remodelada en 2008, ha sido un ejemplo claro de cómo no se debe intervenir en un espacio urbano del valor patrimonial de este paseo de intramuros de origen renacentista (dicen que el primero de Europa).

Izquierda Unida, además, denunciaba que el dinero que pretende gastar Sanz en la Alameda debería ir a parar a los barrios más desfavorecidos. Y todo tiene cierta lógica. Pero después uno cae en la cuenta de que fueron precisamente ellos –partido entonces en el Gobierno municipal por su pacto con el PSOE– los responsables del desaguisado de la Alameda. Por aquellos días de 2008 a esta formación política no le tembló el pulso por gastarse 10 millones de euros en un proyecto con el que se quería mimar una zona que consideraban como propia. ¿Es que entonces los barrios más desfavorecidos de Sevilla no necesitaban ese dinero? ¿Es que entonces la Alameda no había dejado de ser un barrio popular y se había convertido ya en un lugar gentrificado por clases medias progresistas? ¿Es que no había opciones más baratas para adecentar el lugar que no pasasen por hacer una plaza dura con unos adoquines diseñados expresamente para el lugar, el 20% de los cuales ya han tenido que ser sustituidos? ¿Es que, sencillamente, el proyecto de Elías Torres no fue un completo desatino de carísimo mantenimiento y estética más que cuestionable? Claro que hay que remozar la Alameda para devolverle sus valores patrimoniales auténticos, con más árboles, fuentes y albero. En este caso, IU debería de ejercer más la autocrítica y menos la crítica.

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