‘Luisalberteando’

03 de junio 2025 - 03:10

El no-ingreso de Luis Alberto de Cuenca en la Real Academia Española (alias “de la lengua”) lo ‘celebré’ a lo grande: me compré su último poemario, Ala de cisne (Visor, 12 pavos). Eso me permitió reencontrarme con el universo conquense, con sus mitologías, sus tebeos, sus griegos y romanos, sus rubias buenísimas, sus fantasmas, su Tintín... Cierto es que en sus versos hay cada vez más atención a Tánatos que a Eros, a la muerte que al amor, pero a los de mi quinta estas cosas nos vienen bien, porque, superado el ecuador de la cincuentena, quién no ha pasado ya por un cáncer, un infarto, un derrape en una curva que lo dejó lívido o una analítica criminal que le exige que se despida de todo lo placentero de la vida. A las generaciones que fuimos criadas en la superstición progresista de negar la parca y sus ritos, que han construido tanatorios que parecen hoteles de periferia, siempre les viene bien que alguien nos entone con serenidad y afecto un bonito memento mori, que nos consuele del “desconsuelo de saberse finito”, tal como dice el Bardo en uno de sus versos. Solo vive bien el que se prepara para el buen morir.

Dicen que la no aceptación de Luis Alberto de Cuenca por parte de la Academia se debe a una conspiración de los lingüistas, que no quieren creadores metiendo sus narices caprichosas en gramáticas y diccionarios. Vaya usted a saber. Esas noticias de la corte llegan muy deshilachadas a nuestra Ocnos del lejano sur. Tal vez no le perdonen que este gran poeta (y filólogo clásico, no se olvide) disfrute de una popularidad casi lorquiana, que cuando Luis Alberto está en estudio de radio no haga frío ni calor, sino Luis Alberto. O que las vuelva locas con esa sabia mixtura de caballería y canallería que él derrama sobre el blanco papel con una naturalidad que solo los grandes se pueden permitir.

De Luis Alberto de Cuenca hemos aprendido muchas cosas. Por ejemplo, que la vida es una enorme orgía en la que a veces nos topamos con las cachas de la vaquera de la Finojosa y otras con la sombra de Aquiles en el Hades. O, ay de nosotros, con la risa retumbante del Puto Amo, del Dog... Porque política, cultura, arte, amor, muerte, endecasílabos, viñetas, filología, amistad, odio, Dios, dioses, bárbaros, latinos, periodismo, Homero o Hergé son tajadas que están dando vueltas en la gran olla de la existencia. Intentar separarlas y aislarlas es empresa vana y empobrecedora. Y quizás es esto lo que no han entendido algunos señores académicos, más preocupados con meter la palabra bitcóin en el diccionario que en dar esplendor a la lengua. Y a la vida.

stats