De monumentos y espectáculos

Fragmentos

21 de julio 2025 - 03:09

El éxito artístico y de público del Icónica Fest que se celebra en la Plaza de España, tiene, lógicamente, una visión contraria que plantea una serie de problemas, que creo que habría que afrontar por el bien del monumento y del espectáculo: la buena conservación del conjunto, por el numeroso público; las molestias a los vecinos del entorno por el ruido; privatización durante dos meses del espacio central, con un gran escenario de conciertos de tipo estándar y parte del Parque para los accesos. Hay sevillanos que no ven problemas en que se celebre el festival en la plaza. Otros creen que no se debe permitir ese festival en la Plaza de España de ninguna manera. Otros opinan que el Icónica debe mantenerse en Sevilla, pero no ahí.

Monumentos y su uso como recinto de espectáculos es una larga historia de éxito y en muchos casos la razón de ser de festivales de gran nivel. Como el de Salzburgo que tiene su origen en las representaciones del auto Jedermann en 1920, dirigido por Max Reinhardt con música de Richard Strauss en la plaza de la catedral, utilizando las escalinatas del templo como gran escenario, y que sigue realizándose desde entonces, con la única interrupción de la II Guerra Mundial.

Este año las representaciones son del 17 de julio al 27 de agosto. O el de Granada, que arranca en 1952 y cuyas principales actividades se han celebrado en el Palacio de Carlos V de la Alhambra desde mediados de junio a mediados de julio. Hay muchos más ejemplos.

Creo que estudiar y analizar ambos casos de gran éxito, en monumentos de primer orden, y que han definido en gran medida el perfil cultural de ambas ciudades, puede dar luz sobre algunas de las cuestiones planteadas en Sevilla. Qué normas de uso y protección tienen, cómo actúan las administraciones responsables de la programación, de las instalaciones escénicas y de la protección de los monumentos, etc.

La idea de celebrar Icónica en otro lugar no lo decidimos nosotros. Es posible que si no es en la Plaza de España no interese igual. La condición monumental y la localización en la ciudad son un privilegio para los espectadores. No olvidemos que es, en medios especializados, el monumento más espectacular de Europa y uno de los principales del mundo. Don Aníbal acertó plenamente.

Por otra parte, la facilidad de poder ir andando o en transporte público, desde cualquier punto de Sevilla y el área metropolitana por su vecindad al Prado, con autobuses urbanos y regionales, metro, tranvía, etc., hace innecesario pensar en un aparcamiento. No tiene comparación. Pero son muy necesarias unas normas estrictas. De acceso, aforo y seguridad para el público, de protección al monumento, adecuadas instalaciones escénicas, incluido el diseño del escenario en ese entorno. Y desde luego, una pública concurrencia de empresas que garantice todos esos extremos.

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