¿No hay otro sitio?

30 de junio 2025 - 10:17

Eso debieron preguntarse los dueños de los olivares de Lopera cuando les llegaron las cartas de expropiación forzosa de sus terrenos para construir megaplantas solares: “¿No hay otro sitio?”

Y la respuesta desembocó en tal maraña de informaciones que, a estas alturas, a cualquier hijo de vecino le cuesta bastante hacerse con una opinión certera. Pero, al menos, lo voy a intentar.

Como jiennense y andaluza, leer que se van a arrancar 100.000 olivos para instalar en su lugar plantas solares me pone el vello de punta. Aunque lo mismo le puede suceder, realmente, a la gran mayoría de la población, aunque sean de la Ribeira Sacra o de San Cugat.

Las primeras noticias llegaron a finales del año pasado y se han ido sucediendo a lo largo de los meses, con más o menos trascendencia mediática.

A día de hoy, lo que sabemos es que la empresa coruñesa Greenalia tiene en marcha siete proyectos en tres municipios jiennenses, además de un octavo en Lopera, que es el que se intenta frenar ahora, desde las plataformas SOS Rural y Campiña Norte contra las Megaplantas Solares. La cifra que aportan estas plataformas es la de 100.00 olivos, mientras que la promotora estima que se arrancarán unos 36.000, que ya parecen bastante. La cuestión es que los titulares de los terrenos recibirán una indemnización, que no sé a cuánto puede ascender, pero que seguro que no cubre la destrucción de un patrimonio cultural como son los olivos centenarios, por muy causa justificada de “utilidad pública” o “interés social” que resulte la instalación de placas solares.

En todo caso, otra duda a la que no he encontrado respuesta es la plusvalía que esos proyectos dejan, o no, en los municipios en los que se instalan. Sobre todo, porque las empresas promotoras dicen que después de instalar los paneles en esa tierra se puede cultivar. No sé yo…

Nadie está en contra de las energías renovables, digo yo, pero se echa en falta una planificación y ordenación al respecto, con planes desde los propios ayuntamientos que, a fin de cuentas, son los que están sobre el terreno. Me viene a la memoria el artículo del profesor Juan Vilar Hernández, en “Olivarum”, en el que trae a colación una ingente batería de datos, como que la tierra cultivable en el Planeta es tan solo del 5% y la cultivada del 1%, para preguntarse, al final, si “está justificada la instalación de parques fotovoltaicos en tierras cultivables”. Recomiendo la lectura porque las cifras, muy abundantes, hablan por sí solas.

Hoy, precisamente, está previsto que comience en Sevilla la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, una cumbre de la ONU a la que se quiere hacer llegar esta lucha de SOS Rural y de la Plataforma Campiña Norte contra las Megaplantas Solares. El asunto volverá a la palestra informativa, si se cumplen los pronósticos.

Buen momento para airear el problema y, quién sabe, despejarlo con cordura y lucidez.

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