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Junts ha anunciado que bloqueará en el Congreso cualquier iniciativa que presente el Gobierno. En alguna ocasión han cambiado de criterio en el último minuto, cuando veían que el Gobierno accedía a negociar lo que hasta entonces era innegociable. El problema ahora es que ya poco puede ofrecer Sánchez a los independentistas catalanes, excepto la amnistía de Puigdemont, que no está en su mano dársela. Además, a Illa no le interesa poner en peligro su Gobierno dando cancha a Junts en perjuicio de ERC, su socio, rival de Puigdemont. Pedro Sánchez, por tanto, entra en zona de peligro. Sin los 7 votos de Junts no puede aprobar ninguna ley; ni siquiera contando con el apoyo del resto de los socios de investidura le salen las cuentas.
Pintan bastos para Pedro Sánchez. Veinte leyes clave para su Gobierno se quedarán en la cuneta. Entre ellas las presentadas por Bolaños, la reforma de la Justicia y la que limita las acusaciones particulares, leyes que importan mucho a Sánchez porque afectan directamente a Begoña Gómez. Las restantes, relacionadas con la sanidad, educación, y un largo etcétera, afectan seriamente la calidad de vida de los españoles, pero a pesar de la supuesta sensibilidad social del presidente del Gobierno, las prioritarias para él, para sus intereses personales, son las que pueden tener consecuencias para la situación procesal de su mujer. También importan los Presupuestos Generales del Estado, por supuesto, pero ya declaró Sánchez en su momento que se podía gobernar al margen del Parlamento y lleva haciéndolo tres años sin PGE.
Tiene Sánchez un escollo más al que enfrentarse: la Unión Europea. Si no aprueba las leyes relacionadas con el cumplimiento de normativas europeas, peligran los 90.000 millones de fondos. Y a ver cómo se las arregla Sánchez sin esos fondos, de los que dependen una serie de objetivos que de no cumplirlos, no solo quedará más “retratado” de lo que ya está ante las autoridades europeas, sino que se le echarán encima gobiernos regionales y municipales, socios de esos gobiernos, y sectores clave como la sanidad, el transporte, la vivienda o la educación que no podrán sobrevivir sin los fondos. Solo le queda una salida; lograr el apoyo del PP o Vox para asuntos de Estado. Pero el sentido de Estado de Vox está por descubrir, y en cuanto al PP, Feijóo transmite la sensación de que piensa que España cumplirá mejor con sus responsabilidades de Estado si no gobierna Pedro Sánchez.
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