La tentación de Madrid

26 de mayo 2025 - 03:10

La España de las autonomías no ha conseguido, ¿todavía?, acabar con la visión mesetaria de España. Este último jueves, el portavoz parlamentario de Adelante Andalucía, José Ignacio García, explicaba con sendos mapas de España en las manos, que es más fácil desplazarse por Andalucía siguiendo el trazado de las antiguas calzadas romanas que con el actual mapa ferroviario, y no sólo por las constantes averías en los trenes sino porque la centralización es tal que a pesar de cincuenta años de Democracia, todavía no se ha revertido.

En este escenario, “ir a Madrid” es el símbolo del éxito profesional, o eso suelen decir. No se trata ya de dejar la tierra de uno para hacer la capital, cada uno puede vivir y trabajar donde desee y tenga la oportunidad, sino de trabajar en Andalucía y “tener” que ir a Madrid.

Lo peor es que eso sucede no sólo en los ámbitos privados sino en el público. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, está hoy en el Museo Reina Sofía presentando una estrategia para captar inversiones extranjeras en Andalucía. Hace bien, evidentemente; todo lo que sea traer empleo y riqueza a Andalucía es una buena medida. Pero se pasa la mayor parte del año sorteando las “invitaciones” para viajar a Madrid. En el PP nacional hay quien lo mira de reojo porque no acude a las Juntas Directivas Nacionales mensuales. O, mejor dicho, acude a las mínimas imprescindibles. “Es que como tenga que ir todos los meses a Madrid, vamos a ir más veces allí que a Almería”, explica uno de sus colaboradores.

Andalucía es muy grande “como Portugal tumbada”, y desplazarse entre provincias no siempre resulta fácil, más bien al contrario. Salvo que se haga por las calzadas romanas, claro.

Esas ausencias de Madrid también tiene sus ventajas: le quitan el foco mediático para postularse como posible sucesor de Alberto Núñez Feijóo. Todos los ojos, internos y externos, están puestos en Isabel Díaz Ayuso, quien disputa abiertamente el liderazgo real en el PP... mientras Juanma Moreno es el llamado a diseñar la próxima línea política del partido que se decidirá en el Congreso Nacional del primer fin de semana de julio.

Ya ocurrió cuando designaron a Feijóo como líder del partido. Los barones periféricos, Moreno entre ellos pero no solo desde luego, presionaron lo indecible para que el gallego se hiciese con los mandos del PP. No era el primer gallego en hacerlo, claro. Pero sí el primero que lo hacía desde un gobierno autonómico.

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