La tragedia de Sisante

La ciudad y los días

30 de julio 2025 - 03:08

El verano peligroso (DeBolsillo) es la famosa crónica de la rivalidad entre Bienvenida y Dominguín en 1959, escrita por un Ernest Hemingway de vuelta de casi todo. Un veraneo de muerte (Renacimiento) es el relato escrito por Guillermo Cortázar de lo sucedido el verano de 1936 en San Sebastián. Verano asesino es una novela negra de Sebastien Japrisot que Jean Becker llevó al cine en 1983 y consagró a Isabelle Adjani. Son muchas las crónicas y ficciones que unen el verano y la muerte, en muchas de ellas con el calor como elemento desquiciante que precipita la tragedia, como en los dramones sudorosos de Tennessee Williams, en la playa del crimen de Mersault en El extranjero, en el caso del suicida de El corazón de las tinieblas –“¿Quién sabe por qué? Demasiado sol para él”– o en las novelas de Faulkner.

De otra parte, leo que “el aumento sin precedentes en las temperaturas ha provocado que cerca de 1.200 personas hayan muerto en el periodo comprendido entre el 16 de mayo y el 13 de julio de este 2025, lo que representa una subida del 1.035% con respecto a las 114 muertes que se registraron en 2024 por la misma causa”.

Verano y muerte tienen una estrecha relación en la ficción y la realidad. Faltan en estos veranos peligrosos, mortales o asesinos los datos escalofriantes de los accidentes de tráfico. Escribo bajo la conmoción del que se ha producido en el kilómetro 181 de la carretera N-310, a la altura del municipio conquense de Sisante. Titular: “El trágico accidente de Cuenca: los padres que han perdido a sus 3 hijos permanecen ingresados tras sobrevivir”. Efectivamente, cinco de las víctimas son tres hermanos de 8 meses, 2 y 4 años. Si eso a lo que llamamos “la vida” tuviera misericordia, habrían muerto con sus hijos. Pero, para su desgracia, no hay misericordia. Y les han sobrevivido.

El año pasado murieron 1.154 personas en accidentes de tráfico. Aunque la tasa de siniestros mortales por millón de desplazamientos se situara en 2,2, el valor más bajo de los últimos diez años, se trata de algo inasumible que, en casos como el de Sisante, representa una tragedia devastadora. Este año, de 1 de enero a 28 de julio, van ya 628 muertes. Todo esfuerzo público y toda precaución personal son pocas para reducir este intolerable número de muertes y tragedias.

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