Jaén (y el Real Jaén) nunca se rinde

El Real Jaén logró en Lebrija una victoria con un gran valor moral. Los de Manolo Herrero vivieron una montaña rusa de sensaciones y emociones durante un partido que se pudo perder, empatar o ganar dados todos los minipartidos que se vivieron en el mismo.

El equipo no arrancó bien pero a pesar de eso pudo adelantarse en un cabezazo de Mauro Cabello, que fue una de las novedades del mister blanco. El polivalente jugador actuó de pivote defensivo acompañando al debutante como titular Nacho Vizcaíno. Ello, a su vez, adelantó la posición de Adri Paz a la mediapunta para actuar de enganche de Agus Alonso. Igualmente esta modificación desplazó a la banda a Mario Martos para ocupar el hueco dejado por Óscar Lozano, que se lesionó en el último entrenamiento y puede perderse los próximos partidos. Por último, Sergio Rivera jugaba por la derecha en lugar de Alberto Bernardo, que se quedó en el banquillo. Fueron las dos modificaciones del técnico de Andújar para este partido.

Los centrales no tuvieron su día y ambos fueron reemplazados en el descanso, en un acertado cambio de Herrero. Pavón tuvo errores que hasta ahora no le habíamos visto, y uno supuso el 1-0 del Antoniano. Del Amo estaba amonestado. Cambios lógicos para dar entrada a Pedro Fernández y retrasar a Mauro Cabello a la zaga. El otro que entró al descanso fue Manu López, que se ganaba minutos en el Trofeo del Olivo con su buena actuación.

Reaccionó el Real Jaén que consiguió empatar antes del descanso, y ya en la segunda parte tras los cambios a punto estuvo de adelantarse en una genial jugada de David Serrano (vaya descubrimiento de lateral izquierdo) que culminó con un disparo alto en inmejorable posición Sergio Rivera. Perdonamos y lo pagamos con el gol local que unido a la absurda expulsión de Agus Alonso dejaba el partido muy cuesta arriba.

Fe y alma de equipo para remontar con diez

Pero fue en ese momento cuando salió a relucir la fe y el alma de este equipo. Las piernas frescas de recambios como Alberto Bernardo y Pablo García unida al ímpetu de todos hicieron que llegase primero el empate de penalti y posteriormente el éxtasis del gol final cuando el partido suspiraba. Una demostración de garra que primero en la clasificación y después moralmente, suponen un salto importantísimo y necesario para el equipo.

La igualdad de la categoría es evidente y no hay más que mirar cómo se han dado los tres partidos. Todos ellos se podrían haber ganado con un poco más de acierto. También empatado como ocurrió en Lorca. Y también perdido como estuvo ocurriendo durante gran parte del choque o como ocurrió injustamente ante el CD Extremadura. Es por esto, que me aventuro a decir que en esta liga estarán arriba los equipos con más fondo de armario. Y como ya comenté hace dos semanas, el Real Jaén tiene mucho y de calidad. Y además, tenemos algo que los demás no tienen: y es que Jaén (y el Real Jaén) nunca se rinde.