Jaén destina el 25% de sus dispositivos vinculados a internet de las cosas a la monitorización de cultivos

La conexión permanente y la tecnología creciente han llevado a que UnaBiz, proveedor líder de servicios de conectividad para el internet de las cosas (IoT), haya analizado el total de dispositivos vinculados a su red por cuarto año. En un total de 5.444.908 dispositivos presentes en el 80% del territorio nacional, este análisis coloca a Andalucía como la tercera comunidad autónoma con mayor penetración de Internet de las Cosas (IoT), compartiendo una vez más el podio con Madrid y Cataluña. Es la principal conclusión de la cuarta edición del “Mapa del IoT en España”, un análisis basado en los dispositivos conectados a la red 0G Sigfox de UnaBiz.

En cuanto a la provincia de Jaén, con un 3,19% de todos los dispositivos IoT de la región, mantiene un firme compromiso con la innovación tecnológica en los sectores agrícola y ganadero. Una parte significativa de estos se dedica al monitoreo y el control de actividades agrarias, con un notable 25% destinado a la monitorización de cultivos. Esta cifra refleja la creciente adopción de tecnología en el campo para optimizar la producción.

Además, se observa que el 16% de los dispositivos IoT de Jaén se utilizan también para la monitorización de cajas de pago y otro 16% a la monitorización de ganado, subrayando la importancia de la gestión eficiente en el ámbito económico y ganadero de la provincia. Asimismo, el 13% de estos dispositivos se destinan al monitoreo de tanques de combustible, seguido de cerca por el control del consumo de agua, con otro 13%.

A diferencia de años anteriores, el panorama del Internet de las Cosas (IoT) en España muestra una tendencia interesante: la brecha entre las comunidades autónomas se está reduciendo gradualmente. La revolución digital en las diferentes regiones del país está transformando, sin lugar a dudas, la forma en la que vivimos y trabajamos. Algunas zonas como País Vasco (5,32%) han experimentado incluso un rápido crecimiento hasta alcanzar el top 3, con Baleares y su 5,56%, que ha recortado su número de dispositivos conectados.

Sin embargo, los cambios más significativos no quedan solo ahí. Por ejemplo, en Galicia ha tenido lugar un notable crecimiento del 2% al 2,66%. Aunque, desde luego, la mayor sorpresa proviene de la ciudad ceutí, que ha experimentado un impresionante incremento del 1% al 1,87%, superando a otras muchas regiones como La Rioja, Extremadura, Canarias o Asturias. Este paisaje del IoT en España sugiere un panorama dinámico y en constante evolución, donde cada comunidad juega un papel importante en el impulso de la conectividad y la innovación tecnológica.

Cabe señalar cómo el liderazgo de Madrid se mantiene con un 36,76% de los objetos conectados en España, a pesar de su pequeña bajada del 2% respecto al año pasado. En el segundo puesto, Cataluña, seguida muy de cerca por los andaluces. En contraposición, a la cola de esta lista se encuentran Navarra, Canarias, Melilla y Cantabria, precisamente las comunidades con una menor cuota de implantación de dispositivos IoT (ninguna de ellas supera el 1% sobre el total).

El sector primario y la logística se suman a la vanguardia tecnológica

Esta IV Edición del Mapa del IoT en España ha servido igualmente para analizar los diferentes sectores de aplicación en una visión más completa de la presencia de esta tecnología en el país. Se observa por tanto que un 37.84% se utilizan en logística, un 25.61% en agricultura y ganadería, y un 18.75% en eficiencia energética. En este sentido, es importante destacar el significativo porcentaje destinado al sector primario, tradicionalmente contrario a la adaptación activa de tecnologías innovadoras para mejorar su eficiencia, productividad y sostenibilidad.

Por ello mismo, Manuel Álvarez, Managing Director de UnaBiz España, destaca el compromiso de Andalucía con la innovación y el impulso de su avance hacia ciudades más inteligentes y sostenibles. "Gracias a estas soluciones de gestión de residuos o la monitorización del consumo de agua se mejora la calidad de vida de los ciudadanos sin dejar de garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico, la preservación del medio ambiente y el bienestar social".