Jaén

Récord de cariño: Una familia acoge a 22 niños

Teresa Domínguez y su familia con dos niños de acogida.

Teresa Domínguez y su familia con dos niños de acogida.

En Jaén hay 150 menores en centros residenciales de acogimiento a la espera de una familia. Diversas circunstancias de la vida, que ellos no eligen, llevan a muchos niños a acabar estos lugares a la espera de recibir los cuidados de familas. Desde la Asociación para la Promoción del Acogimiento Familiar (Apraf ) en la provincia jiennense se encargan de la difusión y captación de las futuras familias acogedoras en la provincia, de realizar una tarea de difusión porque todavía, dicen, la acogida es una gran desconocida o de preparar al menor antes de su acogida.

Antes de que una familia reciba a un menor, los miembros necesitan pasar una valoración de idoneidad y cumplir con los requisitos. Además, reciben una formación antes de que el pequeño llegue al hogar. Teresa Domínguez y Valentín Álvarez, de Alcalá la Real, son familia de acogida y ya han pasado por todo este proceso muchas veces. El matrimonio lleva acogiendo niños desde julio de 2008, 15 años de su vida. "Nos hicieron varias entrevistas, vinieron a ver nuestra casa para asegurarse de que cumplíamos con los requisitos", cuenta Domínguez.

La familia Álvarez Domínguez la forman seis miembros, tres hijos biológicos y una adoptiva. Los motivos para acoger un menor pueden ser diferentes, aunque no es una decisión fácil, y los trámites son largos. Ellos llevaban cuidando de sus familiares mayores muchos años, y entonces pensaron en seguir acompañando dando cariño, pero esta vez a pequeños. En estos 15 años han acogido a alrededor de 22 niños.

"La más pequeña vino con dos días y el más grande con siete años. Nosotros los menores que recibimos tienen edades inferiores a seis años", explica Teresa Domínguez.

Dependiendo del tiempo o de las necesidades de la acogida, existen cuatro tipos: el familiar temporal, que tiene un carácter transitorio, se realiza cuando, existiendo una situación de crisis en la familia del menor, de cualquier edad, se prevea su reinserción a corto plazo, la duración máxima de dos años. Otro tipo es el de urgencia, que está dirigido para niños menores de siete años, sobre los que hay que intervenir de forma inmediata. La duración máxima de este tipo de acogimiento es de seis meses.

El familiar permanente está destinado para aquellos menores en los que ya se ha comprobado que no hay previsión de reinserción adecuada del pequeño en su familia biológica. Por último, el acogimiento familiar especializado puede ser tanto temporal como permanente, lo que le caracteriza es que la familia tiene que tener una cualificación y experiencia específica en función de las necesidades especiales del menor.

Primer contacto con el pequeño

Las primeras veces siempre son bonitas, pero también complicadas por lo que supone separarse del niño. Es el caso de Rita Moreno y Blas Tello, de Jimena, que decidieron en agosto de 2022 lanzarse a acoger un niño en su hogar. "El proceso se me hizo largo porque haces cursos durante un periodo de seis o siete semanas, en ese periodo te enseñan cómo tratar a los menores, de su realidad personal y de cómo afrontar el momento en que ellos se vayan", cuenta Moreno a través del teléfono mientras se le oye de fondo atender al pequeño.

"Mi principal motivo para acogerlos fue por ayudarlos, me da mucha pena que estén en centros de acogida porque tú puedes hacer un bien por ellos. La situación de algunos niños es muy difícil", expresa Moreno. Su bebé de acogida vino con síndrome de abstinencia ya que los padres eran personas con problemas de adicción, aunque cuenta que no presenta muchos síntomas porque se lo dieron con una semana.

"El primer contacto fue una sensación muy bonita, no sabría definirlo con palabras". "Nosotros todo lo que le podemos aportar es el cariño y la educación que le estamos dando, porque un árbol si lo riegas, lo plantas y lo cuidas irá creciendo bien", cuenta la madre de acogida primeriza.

Esfuerzo y amor

A Teresa Domínguez y Valentín Álvarez hubo un caso que les dejó huella en sus vidas. "Uno de los acogimientos que recibimos era un niño muy pequeño con discapacidad que tenía quemaduras en el cuerpo, él me cogió mucho cariño y yo a él. Se apegó mucho a mí. Ese me costó mucho, me acuerdo porque me marcó muchísimo", explica Domínguez.

Ser familia de acogida es un acto de esfuerzo, pero sobre todo de amor recíproco que regala un aprendizaje desde la inocencia. "Aprendí que dan lecciones de vida, cuando te sentías mal por cualquier tontería y la veía a ella luchando por sobrevivir, yo tiro para adelante. Tanto amor que te dan, aunque algunos son más complicados, recibes cariño y el agradecimiento es más que suficiente", cuenta Teresa Domínguez. La familia Álvarez Domínguez decidió adoptar a una niña con discapacidad que acogió con cuatros meses. Ahora tiene 15 años.

Blas Tello y Rita Moreno, padres de acogida. Blas Tello y Rita Moreno, padres de acogida.

Blas Tello y Rita Moreno, padres de acogida.

Rita Moreno como madre de acogida por primera vez no piensa en el momento de la separación, sabe que vendrá, y le han contado que es muy difícil, pero su principal misión es cuidarle. "Él me aporta toda la felicidad del mundo. Todas las mañana me digo a mí misma que el niño no es mío, y sé que no es mío, estoy haciendo esa ayuda”.

Ambas familias animan a acoger niños, porque hay muchos menores en Jaén que no tienen la misma suerte que otros de criarse en un ambiente seguro, sano y de cariño. "Todo el mundo que pueda debería hacerlo, es algo muy satisfactorio y aunque luego te cueste trabajo, pero estás haciendo una ayuda para una persona", asegura Moreno.

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