Atropello mortal a Alicia Rodríguez en Marmolejo en 2021: así fueron las horas previas y las posteriores
El único acusado por la muerte de la reportera gráfica onubense, su novio, aseguró tras su detención que todo fue un accidente, pero la autopsia y las primeras pruebas periciales apuntaban a la intencionalidad: el juicio, en Huelva, será a partir del 17 de noviembre
Atropello mortal en Marmolejo en 2021: la Fiscalía acusa de homicidio imprudente al novio de la víctima
Sólo una persona sabe qué ocurrió en el paraje de la Fuente del Conejito, cerca del cementerio de Marmolejo y junto a unos olivos, entre las dos y las cuatro de la madrugada del 12 de junio de 2021. Se llama Manuel Q. S. y está llamado a sentarse en el banquillo de la Audiencia Provincial de Huelva este mismo noviembre. El marmolejeño, de 39 años, está acusado de haber atropellado mortalmente a la que era su novia desde hacía 11 meses, la reportera gráfica onubense Alicia Rodríguez, que entonces tenía 36 años. Horas después de su detención la misma noche de los hechos, Manuel aseguró varias veces a la Guardia Civil que ambos llegaron en su coche a aquella zona apartada del pueblo tras un largo día de fiesta con varios amigos. Según dijo, él se bajó a orinar y, cuando volvió, ella ya estaba herida debajo del vehículo. Sin embargo, hay un conjunto de pruebas periciales que ponen en duda esa versión. Para muestra, un botón: una vez completado su exhaustivo análisis in situ, el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil resolvió que el atropello “pudo haber sido evitable”.
En su largo informe de 119 páginas, cuyas conclusiones finales ya publicó Jaén Hoy en 2023, los agentes señalaron que la hipótesis más probable es que Alicia fuera golpeada con el morro del coche en su costado derecho mientras estaba vomitando en cuclillas. Luego fue arrastrada debajo del vehículo durante casi tres metros. El informe de autopsia del Instituto de Medicina Legal de Jaén recoge una lista de cerca de treinta fracturas por todo el cuerpo, algunas de ellas múltiples, “compatibles con aplastamiento”. También tenía una herida abierta en una pierna. Por las llamadas al 112 del propio Manuel, se sabe que Alicia aún estaba viva sobre las tres y media de la madrugada, pero, cuando llegaron los primeros guardias civiles, en torno a las cuatro, ya había fallecido. La Fiscalía pide que se castigue a Manuel con dos años de cárcel por un delito de homicidio imprudente, tal y como avanzó este periódico en primicia el pasado febrero. La familia de la fallecida, personada como acusación particular, eleva su solicitud de condena a 28 años entre rejas por un delito de asesinato, el Ayuntamiento de Huelva solicita una pena de 25 años de prisión también por asesinato y la Junta de Andalucía reclama un castigo de 15 años de cárcel por un delito de homicidio. Un jurado popular decidirá si el marmolejeño es culpable o inocente en el juicio que acogerá la Audiencia Provincial de Huelva desde el 17 de noviembre -no desde el 10, como en un principio estaba previsto-. Y aunque seguramente hay muchas preguntas que nunca podrán contestarse, los numerosos testimonios recabados y las pruebas practicadas durante la fase de instrucción permiten arrojar luz a buena parte de lo que ocurrió aquella madrugada de hace más de cuatro años. Las primeras conclusiones técnicas llegaron un día después, y lo cierto es que los agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Jaén lo tuvieron claro desde el principio: el atropello fue “intencionado”.
Un largo día de fiesta con amigos en Marmolejo
Una de las claves para conocer este y otros muchos detalles del caso es el extenso atestado de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén, sección de Investigación Criminal, área I de delitos contra las personas. Contando la primera versión y su ampliación, son más de 138 páginas de información que ha podido consultar este periódico, sin tener en cuenta el posterior dosier del ERAT. Partiendo de las declaraciones del propio Manuel y de varios de los amigos con los que él y Alicia estuvieron durante la tarde del 11 de junio y parte de la madrugada posterior, es posible establecer la cronología de prácticamente todo lo acontecido durante las horas previas y los minutos posteriores al atropello. Aquel día Manuel quedó con un amigo en un bar del pueblo sobre las dos y media de la tarde. Los acompañó otro hombre, y luego se les unieron tres amigos más. Aproximadamente a las cuatro y media se fueron a la casa de uno de los integrantes del grupo de juerga. Manuel compró tres litros de cerveza, aunque él estaba bebiendo un cubalibre. Alicia llegó directamente de Huelva entre las cinco y media y las seis. Su novio salió a recogerla y entraron en la casa. La mayoría de los amigos de Manuel aún no conocía a Alicia en persona.
El tardeo quedó interrumpido porque el dueño de la casa y su novia tuvieron que marcharse. Manuel y Alicia se ducharon en casa de la madre de él y se fueron a la terraza de una discoteca. Por el camino se encontraron a una amiga de Manuel, que se sentó con ellos. Sobre las ocho de la tarde aún estaban los tres juntos. Alicia se tomó un par de cervezas y él, dos cubalibres. En torno a las nueve, la pareja se fue, sin la amiga, a cenar a un bar. Él le hizo una videollamada a uno de los amigos, el que vivía en la casa en la que habían estado antes. Se marcharon del bar sobre las diez y media. Volvieron a la discoteca entre las once y media y las doce menos cuarto con el amigo de la videollamada, cuya novia se les unió poco después. Luego se marcharon a un pub, al que llegó otra amiga con su hermano. Alicia se bebió al menos otra cerveza. Manuel siguió tomando cubalibres, entre tres y cinco. Todos abandonaron el pub en torno a las dos de la madrugada, cuando el local echó el cierre. Manuel dijo en varias ocasiones que quería acostarse temprano, que a la mañana siguiente tenía que ir a sulfatar sus olivos con su tío. Uno de los testigos declaró que fue el propio Manuel quien se sentó al volante de su coche -del que era dueño su padre-, aunque no estaba seguro. El resto no lo vio o no lo recordaba. De prácticamente todos estos movimientos hay constancia gráfica en las fotos y los vídeos que el propio Manuel fue enviando a sus amigos por WhatsApp. Nadie vio discutir a Manuel y a Alicia en ningún momento. Al contrario, estaban cariñosos.
Las llamadas al 112: "Mi pareja está con una pierna chunga"
Lo que ocurrió entre las dos de la madrugada, cuando el grupo de amigos se disgregó, hasta cerca de las tres y media sólo lo sabe con certeza el propio Manuel. Fue él quien llamó al 112 para pedir ayuda dos veces, como mínimo, y siempre desde el móvil de Alicia. La Empresa Pública de Emergencias Sanitarias, a través del servicio provincial en Jaén del 061, facilitó a la Guardia Civil los audios de trece llamadas relacionadas con el caso. Se produjeron entre las 3:26:56 y las 4:33:20. En el atestado al que ha tenido acceso Jaén Hoy se incluye la transcripción de dos de esas comunicaciones, en las que el 112 transfiere al 061 las llamadas de Manuel, que terminan pasadas las 3:46. También se adjuntan otras dos llamadas del marmolejeño directamente al 112. La primera se hizo a las 3:29:49 y duró siete minutos y cuarentaiún segundos, es decir, que terminó a las 3:37:30. La segunda duró tres minutos y treinta y dos segundos.
En ese tramo comprendido entre cerca de las tres y media y las cuatro menos cuarto pasadas, Alicia estaba aún viva. En las transcripciones se cita en varias ocasiones un lamento de mujer. Un nervioso Manuel trataba de dar indicaciones para que los servicios sanitarios se apresuraran a acudir a cierta zona de Marmolejo, “un poquillo más para adelante” del camino del cementerio. “Yo he llegado y me he encontrado a mi novia debajo del coche porque le habrá dejado el freno de mano quitado y ha aflojado”, le dijo a uno de los operadores del 061. El tipo no dejaba de repetir que su pareja estaba “chunga”, aunque destacaba especialmente que tenía “la pierna chunga”. De vez en cuando le preguntaba a Alicia si se encontraba bien. “Estoy al lado con ella justamente, está debajo del coche y yo estoy al lado de ella”, le explicó a un operador del 112.
El escenario que se encontró la Guardia Civil
El Centro Operativo de Servicios (COS) de la Comandancia de Jaén alertó a una patrulla de servicio compuesta por dos agentes del puesto de Arjona para que acudiera al lugar indicado por Manuel en sus llamadas. Tras dar un par de rodeos por el paraje, los guardias civiles acabaron topándose con el marmolejeño al final de un carril de unos 200 metros. Se encontraba “en estado nervioso”, según reflejaron los agentes en el atestado. Pedía ayuda “con un móvil en la mano” y aseguraba que su novia estaba debajo de su coche. El tipo guio a los guardias civiles hasta el vehículo, que tenía el motor parado y las luces encendidas. La música no estaba puesta. En efecto, había una mujer debajo, aprisionada por la cadera. Estaba bocabajo y el pelo ocultaba su rostro.
Los agentes avisaron a los servicios médicos y pidieron otra patrulla a través del COC a las cuatro de la madrugada. Tuvieron que usar un gato hidráulico para poder liberar el cuerpo de Alicia, que tenía saliva y restos de vómito en la boca. Manuel se alteró aún más y empezó a llorar y a gritar: “Mi novia, mi novia está muerta”. Cuando uno de los guardias civiles le preguntó qué hacía en aquel lugar tan apartado del pueblo, el tipo contestó que aquellos eran sus olivos: “He venido aquí con mi novia a echar un polvo”. Los sanitarios llegaron al paraje sobre las cuatro y cuarto. Certificaron el fallecimiento de la mujer y activaron el protocolo judicial por muerte violenta.
Manuel empezó a dar patadas al coche y a golpearlo con las manos, según el relato policial. Los agentes lo apartaron, tras lo cual se tiró al suelo y siguió llorando. Los servicios médicos le inyectaron un ansiolítico para tranquilizarlo. En la inspección ocular del escenario del suceso participaron el laboratorio de Criminalística de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén y el equipo territorial de la Policía Judicial en Bailén. También se pidió apoyo al Equipo de Atestados e Informes del Subsector de Tráfico de Jaén. Se contó con la colaboración de guardias civiles del Puesto de Marmolejo. El juez decretó el levantamiento del cadáver a las nueve y veintiocho de la mañana. Los guardias civiles detuvieron a Manuel al considerar que había indicios suficientes de que él era el responsable de la muerte violenta de Alicia.
El detenido da sus primeras versiones de los hechos
Aquel 12 de junio, ya por la noche, Manuel prestó declaración en la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén. Su testimonio coincidió con lo que les había contado a trompicones a los servicios sanitarios y de emergencias por teléfono. Aseguró que fue Alicia quien condujo su coche hasta el paraje cercano al cementerio, junto a sus olivos. Cuando llegaron allí, él se bajó del turismo a orinar. Al regresar, vio a su novia herida debajo del vehículo. Dijo que no tenía ni idea de lo que había ocurrido, que era ella quien tenía las llaves del coche. Cogió el móvil de Alicia, que estaba junto a la palanca de cambios, para llamar al 112. Se lo acercó a ella para que pudiera desbloquearlo.
A la mañana siguiente ofreció más detalles, ya en presencia de su abogado de oficio, en las dependencias de la Guardia Civil de Navas de San Juan. Según relató, se bajó a orinar a una caseta que tenían en la finca para los perros. Alicia giró el coche hasta detenerlo delante de la caseta. Lo dejó arrancado, con la radio y el aire acondicionado puestos. Cuando Manuel volvió de orinar, el vehículo tenía la puerta del conductor abierta y las luces encendidas. Afirmó que no había ni rastro de Alicia, así que pensaba que le estaba gastando una broma o que quería darle un susto. Como no quería que los viera ningún vecino de las fincas colindantes ni nadie que pasara por allí para ir a trabajar, movió el coche para esconderlo. No recordaba si lo movió primero hacia atrás o hacia delante, pero creía que fue hacia atrás. Dijo que no notó ningún golpe. Reconoció que la música estaba puesta, pero no demasiado alta. Siempre de acuerdo a su versión, fue entonces cuando oyó a Alicia quejarse de su pierna, muy bajito. Al salir del turismo, descubrió que su novia estaba atrapada en los bajos.
Manuel agregó que, entre su primera llamada al 112 -sobre las tres y media de la madrugada- y la llegada de los dos primeros guardias civiles, pasó aproximadamente media hora. Admitió que estaba bebido aquella noche, pero dejó claro que “iba bien, atento”. Es, en esencia, lo que dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Huelva reflejaron en un informe de marzo de 2022, después de haber entrevistado en febrero a Manuel. Para entonces, el tipo ya llevaba unos ocho meses en prisión provisional por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Andújar, que luego se inhibió en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva.
Manuel conservaba su "capacidad cognitiva"
El análisis que elaboró el Instituto Nacional de Toxicología a partir de las muestras de sangre y orina de Manuel, tomadas después de su detención, reflejó una alta tasa de alcohol en sangre y restos de MDA y de MDMA. En la entrevista con los forenses, el tipo reconoció que consumía habitualmente alcohol los fines de semana, pero que nunca había tenido problemas por ponerse especialmente borracho. Sí que negó haber consumido MDMA voluntariamente la noche en la que murió Alicia, aunque sugirió que alguien pudo habérselo echado en la bebida sin su consentimiento. Según dijo, Alicia tampoco consumió droga de forma voluntaria. En sus declaraciones previas ante la Guardia Civil, todos los amigos de Manuel habían negado que se volviera violento o agresivo cuando bebía. Sólo una exnovia contó que “se convertía en una persona distinta”, con “reacciones extrañas”, cada vez que se emborrachaba. También aseguró que la había maltratado psicológicamente, aunque una de las amigas de Manuel declaró que era ella quien lo trataba mal a él y que incluso le pegaba.
Los forenses advirtieron de que lo ideal hubiera sido haber hablado con Manuel la misma madrugada de los hechos o poco después. Ya habían transcurrido varios meses desde entonces, así que sólo pudieron basar su análisis en los datos testificales y en las pruebas recogidas por la Policía Judicial, aparte de en la propia entrevista. Partiendo de las llamadas al 112, los expertos concluyeron en su informe -también avanzado por este periódico en 2023- que, “aun estando bajo los efectos del alcohol”, Manuel conservaba aquella noche la “capacidad cognitiva para realizar llamada a través de un móvil, mantener una conversación con la operadora y dar respuesta adecuada a las preguntas que esta le realiza”. También destacaron que, en su primer contacto con la Guardia Civil, más allá de que estuviera nervioso y alterado por la gravedad de los hechos, mantenía “la orientación espacial, la capacidad de conversación, cierta capacidad temporal, la psicomotricidad y la memoria”. El investigado no supo dar detalles a los médicos sobre cómo pudo haberse producido el atropello.
"Múltiples fracturas óseas" compatibles con un atropello
En el informe preliminar de autopsia, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Jaén situaron la muerte de Alicia entre las tres y media y las cuatro y cuarto de la madrugada del 12 de junio de 2021. La causa fundamental del fallecimiento fue politraumatismo por atropello. Tanto en ese análisis como en el posterior informe médico-forense se detallan múltiples lesiones. En el estudio radiológico previo a la autopsia se detectaron diversas fracturas en varias costillas, en las clavículas, en la rodilla, la tibia, el peroné y el húmero izquierdos, en el fémur derecho y en la pelvis. También se encontraron restos de pequeñas piedras y un cuerpo metálico en la cadera izquierda. En pierna izquierda había una herida abierta a la altura de la tibia. Tras la autopsia se apreciaron más fracturas en las costillas, además de en el tobillo izquierdo, en ambas caderas y en el esternón.
En sus consideraciones finales, los forenses señalaron que las “múltiples fracturas óseas” y las “lesiones viscerales torácicas y abdominales” eran compatibles con “el paso de un vehículo por encima del cuerpo”. El “atropello con aplastamiento”, añadieron, se había producido “con una enorme fuerza viva”.
Conclusiones preliminares de la Guardia Civil: el atropello fue "intencionado"
Los agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Jaén inspeccionaron el paraje de la Fuente del Conejito a primera hora de la mañana del 13 de junio. Las conclusiones preliminares reflejadas en su informe apenas ofrecían dudas: el atropello fue “intencionado”. De acuerdo al documento, hubo “acción humana” para activar el acelerador del coche “de forma constante y contundente”, lo cual provocó “fricción por aceleración sobre las piedras” y permitió vencer “la resistencia que le produjo el cuerpo atrapado entre los bajos del vehículo en el terreno irregular”. La trayectoria del coche describía una línea recta, por lo que, según los expertos, no se hizo “ninguna maniobra” hacia la izquierda o la derecha “al objeto de liberar el cuerpo de los bajos del turismo”. Por todo ello, los guardias civiles sentenciaron: “La intención es la de causar el mayor daño posible sobre el cuerpo en toda su longitud”. Pero eso todavía tenía que quedar corroborado tras un análisis mucho más amplio.
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