¿Qué tienen en común estas ermitas de la provincia de Jaén?
PATRIMONIO
El legado del ceramista Pedro Palenciano y el arquitecto Luis Alonso Salcedo han dejado un modelo repetido en varios espacios de culto conocidos de nuestra geografía
Esta es la historia de San Eufrasio, el patrón desconocido de la diócesis de Jaén
Podría decirse que un romero respira la misma esencia en cualquiera de estos templos, pero no se trata de la devoción y la tradición que rodea a cada uno de sus lugares. En realidad, hablamos de algo mucho más concreto y que se puede apreciar a simple vista. Sin embargo, es un hecho que pasa igualmente desapercibido para muchos jiennenses que peregrinan a estos reconocidos santuarios de la provincia cuando se acercan sus fiestas.
La ermita de la Virgen de Alharilla en Porcuna o la de Santa Ana en Torredelcampo cuentan con una estética que prácticamente sigue un patrón común en su retablo principal. En un altar dominado por el ladrillo visto se exponen las respectivas imágenes en su camarín orladas por sendas columnas y mosaicos de cerámica con ciertas alusiones a sus iconografías. Este evidente parecido entre ambos interiores responde a un autor común, o más bien a dos: el diseño del arquitecto arjonillero Luis Alonso Salcedo y el prestigioso ceramista andujareño Pedro Palenciano.
Cuatro manos
El descendiente de este último, hoy uno de los referentes del bordado andaluz, evoca esta casuística: "Mi padre hizo y pintó las cerámicas de muchos de esos retablos". Lo cierto es que este estilo que recuerda al regionalismo bebe mucho de la inventiva de Salcedo, quien "trabajaba a menudo con el ladrillo visto en sus arcos". De hecho, las reformas del santuario de Alharilla entre los años 1987 y 1988 propiciarían su primera incursión a lo grande en este aspecto.
Tan solo un año después iniciarían su remodelación los cofrades de Santa Ana con una clara predisposición a la hora de replicar este concepto austero y cercano iniciado por la vecina localidad de Porcuna. En este caso, no consta que el arquitecto arjonillero participase directamente en su ejecución, aunque en las cerámicas presentes en el mismo sí figura la correspondiente firma de Palenciano. Sea como fuere, es también erigido a la par el nuevo altar mayor de la ermita de Jesús en Marmolejo.
Pero para hablar de la obra cumbre de esta simbiosis entre artistas jiennenses conviene detenerse en la gran reforma llevada a cabo en 1990 sobre la antigua ermita de San Roque en Arjonilla. La ornamentación de sus arcos y el aspecto de su fachada principal acabaron por convertirla en un sentido homenaje al regionalismo sevillano de principios del siglo XX. Y si alguien se lo pregunta, es evidente que el modelo se ha seguido imitando en numerosos templos y capillas a lo largo y ancho de nuestra provincia.
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