Las aspiraciones de Jaén de ver reconocida su Catedral y su entorno como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO se enfrentan, de nuevo, a una realidad incómoda: el estado actual de las calles que rodean este emblemático monumento deja mucho que desear. A pesar de los esfuerzos institucionales por impulsar el expediente y del incuestionable valor arquitectónico del templo renacentista, basta un breve paseo por las inmediaciones para encontrar suciedad acumulada, fachadas en mal estado y una sensación general de abandono que no pasa desapercibida ni a los propios jiennenses ni, por supuesto, a los visitantes.
Mientras se proyecta Jaén como ciudad patrimonial a escala internacional, la experiencia cotidiana del turista continúa empañada por escenas que nada tienen que ver con la solemnidad que debería rodear a un bien de esta categoría. Las calles presentan, en distintos puntos, basura acopiada en las esquinas, pintadas sin control y tramos de pavimento desgastado. Muchos visitantes se detienen a fotografiar la Catedral, pero también esquivan escombros.
A esta percepción crítica se suma la oposición municipal. Hace unos días el PP en el Ayuntamiento de Jaén lamentaba que, tras la negativa recibida el pasado mes de mayo a la candidatura de Jaén como Ciudad Creativa de la UNESCO en la categoría de Gastronomía, el equipo de Gobierno “no haya anunciado ningún avance ni revisión del expediente".
1/25Suciedad y hierbajos toman el entorno de la Catedral de Jaén/Esther Garrido
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