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La voracidad de la avispa asiática: "Será más frecuente encontrársela en Jaén"

Nido de avispa asiática en Jaén.

Nido de avispa asiática en Jaén.

La avispa asiática (Vespa Orientalis) llegó por primera vez en 2004 a Europa en un barco carguero procedente de China en un puerto de Francia. Desde entonces sus intentos por combatir su expansión no han cesado y ha sido catalogada como una de las especies exóticas invasoras más peligrosas en la actualidad de la familia de las avispas, por el Ministerio de Transición Ecológica. El verano pasado se detectó en Jaén capital el primer nido de avispa oriental, cuya picadura puede ser muy dolorosa para los seres humanos y algunos son alérgicos a su veneno. El coordinador del área de Ecología de la Universidad de Jaén (UJA) y profesor del Máster de Restauración de Hábitats, Antonio Manzaneda, explica a este periódico que este año es muy probable que se vuelvan a encontrar.

"Son muy voraces, en principio no son muy agresivas con las personas, pero sí lo son con otras especies de avispas y abejas autóctonas a las cuales mata, y compiten con el avispón de aquí, con la diferencia de que se adapta mejor la avispa asiática, que es capaz de adecuarse a las ciudades y entornos urbanos. Va a ser más frecuente encontrarse con la avispa asiática", expresa el experto. Cuando localizaron el nido de avispas asiáticas en el polígono El Valle, tres efectivos del Cuerpo de Bomberos se desplazaron hasta la zona para comprobar la ubicación y balizar. Regresaron por la noche para eliminar el nido, que estaba en el suelo, en una madriguera. Para ello, utilizaron un espray especial para este tipo de insectos y cavando en la zona para sacar los panales y destruir las larvas.

No se trata de la única especie invasora en la provincia de Jaén que resulta peligrosa para el ecosistema autóctono y la biodiversidad de las sierras y parajes naturales que reinan en el territorio, y que además han sido introducidas en su mayoría por el ser humano. De hecho, algunas de ellas ya han dejado su huella y daño. "Las invasiones biológicas empiezan desde que hay movimientos comerciales, las especies se mueven de unos territorios a otros, pero es básicamente promovida por la acción humana, desde las grandes rutas comerciales entre China y Europa", cuenta Manzaneda.

La primera característica para catalogar una especie como exótica invasora es que su hábitat original está alejado o muy alejado del territorio en el ahora se encuentra, segundo que no ha llegado por medios naturales si no por introducción antrópica, y además que tengan una alta adaptabilidad al terreno nuevo, son superiores competitivamente o no presentan depredadores naturales por lo que van ocupando cada vez más territorio y se reproducen más.

La introducción del gamo para la caza y la extinción del corzo

"Las primeras invasiones biológicas en Jaén fueron promovidas por la propia administración en los años 40 y 50 con la caza y la pesca sin duda. El distrito forestal promovió con las plantaciones de cedro y eucalipto". "Siempre han sido las primeras fuentes de introducción de especies cinegéticas. Eran recursos recreativos que las propias sociedades cazadoras que promovían esta práctica", cuenta Manzaneda.

Gamo. Gamo.

Gamo. / Junta de Andalucía

Un ejemplo que pone el profesor que casi nadie podría conocer y que se trata de un animal invasor es el gamo, ya que no es autóctono de Jaén, si no que procede de Asia. Lo que ocurre es que se ha naturalizado, es decir, se ha adaptado al medio, pero provocando unos desequilibrios importantes. El gamo es corresponsable del sobrepastoreo que hay en el parque natural, puede ser transmisor de algunas enfermedades y compite con el ciervo y el ya extinto corzo. "De hecho hay una teoría y es una teoría plausible, que la introducción del gamo provocó el declive de las poblaciones de corzo en nuestras sierras jiennenses. El gamo sin duda es una de las especies que más impacto tiene sobre la vegetación natural porque impide su regeneración natural", afirma el experto.

Las opiniones en torno a las especies invasoras son muy diversas, Esteban Pérez, de Ecologistas en Acción, expresa que no puede estar en contra de erradicar por completo las especies que han sido traídas por el ser humano, ya que ellas no son las responsables. Pone el ejemplo del recién traído bisonte: "Ahora nos parece bien y muy bonito, ¿pero qué ocurriría si dentro de unos años se descontrola su población?

Peces invasores en los ríos y pantanos de Jaén

Los peces son otros seres vivos que han provocado un gran impacto en la fauna local porque son capaces de depredar contra otras especies. En el Tranco o en los embalses de Sierra Morena hay especies como el pez gato, la perca americana, el siluro, que puede medir metros de longitud o la trucha arcoíris, famosas en los ríos, capaces de excluir competitivamente a los peces autóctonos.

"La trucha arcoíris desplaza a la trucha común, que es mucho más selectiva para elegir su hábitat de agua más fría y más limpia, y por eso está solo ya en la cabecera de los ríos. El cangrejo americano también ha desplazado y prácticamente extinguido a nuestras poblaciones de cangrejo autóctono. Se ha incorporado a la cadena trófica, esto quiere decir que muchas especies de aves lo usan como recurso alimenticio, entonces es muy complicado eliminarlo, aparte tiene una tasa de reproducción muy alta", explica Manzaneda. Por su parte, Pérez, cuenta que lo esta especie ya tiene sus depredadores como es la nutria, por lo que eliminarlo sería un error.

Especie de pez, siluro. Especie de pez, siluro.

Especie de pez, siluro. / C. FERNÁNDEZ DELGADO

Huellas de castor

Una anécdota que cuenta el profesor de la UJA, pero que podría suponer un futuro daño en los ecosistemas es la aparición de huellas de castor en el río Guadalquivir el año pasado: "El castor no es ni siquiera una especie española. Alguien de manera intencionada ha liberado estos animales. El hecho es que los agentes forestales detectaran claramente que se trataba de huellas de castor, se convertiría en una especie invasora en el caso de que se adapte bien a estos ríos", expresa, quien añade que puede generar nuevos problemas. Un asunto en el que la administración con la ley andaluza de especies invasoras ha tomado carta para tratar de paliar estos desequilibrios.

Negocio de la madera

Con respecto a los árboles que se pueden avistar en la sierra, el eucalipto es otro ejemplo de especie exótica invasora, originalmente es de Australia, que se introdujo en los años 50 por el interés en la madera. Según cuenta Manzaneda, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tenía la "costumbre" de en los embalses y ríos plantar bastante eucalipto, que representa un problema porque acidifica el suelo e impide el crecimiento de otras especies. "Tuvo un impacto muy negativo sobre la flora de la rivera de nuestros sistemas acuáticos. También todos los cedros de Despeñaperros son especies forestales que se plantaron por cuestiones del negocio de la madera", puntualiza.

Las invasiones biológicas suponen un factor destacado en lo que se denomina el cambio global, ya que no sólo se trata del cambio climático lo que provoca desequilibrios desfavorables en el planeta. La alteración de los usos del territorio, en concreto la agricultura y las invasiones biológicas constituyen lo que se denomina el cambio global que afecta a la biodiversidad y al "futuro nuestro como especie", cuenta el profesor.

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