Jaén

La mirada de Belin a través de su obra en 'La sencillez de lo complejo'

Visita guiada de Belin en un recorrido por sus obras de la exposición 'La sencillez de lo complejo'. / Teresa del Sol

Entre la mirada del artista y la mirada del que observa su obra hay un sinfín de emociones y percepciones que nacen de lugares hasta entonces desconocidos. Hay quienes se empeñan, casi sin quererlo, en despertar estas sensaciones a través del arte, y Miguel Ángel Belinchón (Belin) sabe hacerlo como nadie. El artista hizo un viaje por sus cuadros de la exposición 'La sencillez de lo complejo' en la Sala de Exposiciones, de la Antigua Escuela de Magisterio. 

Una sala a oscuras, a excepción de sus cuadros como únicos protagonistas y decenas de personas esperando para escuchar al artista linarense. "Hay que mandar cosas al universo para que funcionen, y repetirlas", empieza. Cada obra tiene una historia escondida que Belin regala a los jiennenses que abarrotaron la habitación para conocer más sobre su mundo. La primera, un cuadro por el que esperaba no venderlo porque lo adora y quería conservarlo, y así pasó. 

El contraste de colores, la expresión de las caras mezcladas y las líneas curvas que cruzan, separan y unen abren una ventana para adentrarse en cada retrato. Todos ellos, de amigos o familiares. "Para mí es algo muy importante cuando trabajo mi obra, me gusta retratar lo que yo quiero ver, lo que yo veo cada día. Me rodeo de lo quiero rodearme", cuenta. 

El propio artista linarense confiesa que siempre retrata a las personas como las está viendo en ese momento o incluso transmitir su estado de ánimo a través de ellas, porque lo necesita expresar. "Incluso cuando estoy pintando y transformando la mirada y dándole más brillo en los ojos si quiero que parezca que a va a estallar una lágrima. Intento retratar lo que es mi día a día". 

En 'La sencillez de lo complejo', Belin, no solo plasma en los retratos lo que ve a simple vista, sino también lo que va más allá de los gestos o la expresión facial y rasca hasta el alma para descubrir la complejidad del ser humano y poder simplificarlo en "algo tan sencillo como la pintura". 

La inspiración de su tierra

Linares, su tierra, no la cambia por nada, es allí dónde la magia surge y dónde fluye como en ningún otro punto del planeta de los muchos en los que ha podido trabajar. "Dicen que el plomo sirve para acumular energía, mira que he viajado, pero donde yo me inspiro y donde me salen solos los dibujos es donde estoy viviendo. No sé si es por el plomo que hay debajo, pero yo siento una energía super fuerte que me inspira, y la energía que hay allí necesito que la recoja cada mirada de cada persona que yo retrato", explica.

El cubismo de Picasso y Georges Braque es el movimiento en el que más cómodo se encuentra trabajando porque ya no tiene que trabajar con la fotografía, puede jugar y darles forma de la manera en que él lo necesite. "Me estoy dando cuenta que la pintura cada vez me gusta más, cada vez le echo más horas, cada vez necesito más porque cada vez me divierto más". 

Sus dedos siempre están llenos de pintura, son solo el reflejo de una pasión inherente de la que no puede escapar. El estudio de su casa en Linares abarca las 10 o 12 horas de su día a día porque su cabeza no le permite parar de pintar y crear nuevos cuadros o bocetos. Un lienzo puede terminarlo en menos de cinco días, pero a la vez sus manos inquietas les piden seguir creando conceptos nuevos en folios o lienzos.

La exposición estará abierta al público de lunes a viernes hasta el día 15 de noviembre, en horario de 10:00 horas a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

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