La parroquia de Belén y San Roque reabre al culto después de sus obras de restauración

Un mes han durado las obras de restauración en el interior de la parroquia de Belén y San Roque, un periodo que, aunque corto, ha conseguido devolverle el esplendor y el recogimiento propios de un lugar de culto. Esta semana volvía a abrir sus puertas esta iglesia de principios de los 60 para recuperar su actividad habitual con un remozado aspecto en el que la luminosidad está más presente que nunca.

Las labores de pintura y otras tareas de mantenimiento como reparación de grietas a lo largo de las últimas semanas han conseguido mejorar la estética de este templo justo cuando quedan apenas dos meses para el Rosario Magno Diocesano. Será precisamente esta parroquia una de las que acoja a algunas de las hermandades participantes del encuentro, en este caso a la Virgen de Zocueca (Bailén) y al Cristo de la Humildad (Alcaudete).

De este modo, las tallas de Nuestra Señora de Belén y de San Roque vuelven a presidir de forma conjunta el presbiterio al tiempo que se prepara el regreso de las imágenes titulares de la hermandad de La Borriquilla. Estas, por el contrario, eran trasladadas a finales del pasado mes de junio hasta la parroquia de San Juan de la Cruz, en el mismo barrio, para preservarlas de las obras y se estima que vuelvan a sus respectivos retablos en los próximos días.

Desde la comunidad parroquial han querido agradecer públicamente a su feligresía las muestras de generosidad y colaboración a través de diversos donativos que "han contribuido a sufragar parte de esta hermosa renovación". Por ello, con el fin de culminar su pago con mayor soltura, ya han facilitado a través de las redes sociales un número de cuenta con el que poder seguir aportando un granito de arena que consolide el proyecto de restauración.