‘Ena’, la reina de España
La plaza más desconocida de Jaén que alberga siglos de historia y restos de un antiguo templo
PATRIMONIO
Está ubicada en plena Judería y su difícil acceso la convierten en un oasis del casco histórico jiennense con todo un complejo monumental a su alrededor
El priorato de San Benito, otra joya patrimonial casi desaparecida en el centro de Jaén
Aunque a muchos les cueste reconocerlo, Jaén está llena de rincones de eminente encanto. Sin embargo, puede que la falta de civismo y la propia dejadez por parte de las instituciones hayan conseguido propagar un ideal de rechazo hacia las más recónditas calles del casco antiguo. De entre todos los espacios que confluyen en el callejero histórico de la ciudad, existe una plaza que pasa prácticamente desapercibida para el conocimiento de la ciudadanía. Tan solo sus vecinos disfrutan a diario de este pequeño rincón que alberga siglos de historia.
La Plaza del Rostro es una de las múltiples joyas que atesora la Judería jiennense, un entramado de calles que reflejan la presencia judía en la capital y que desde diferentes colectivos, como la asociación Iuventa, se lucha de forma constante para poner en valor. La idea es convertir esta zona degradada en un lugar de interés turístico, como ocurre en otras grandes ciudades. Para ello, no obstante, es necesaria una intervención integral en los diferentes solares e inmuebles abandonados que se reparten por la misma.
Lo curioso de esta plaza es que hace de nexo de unión entre dos calles: la de la Santa Cruz y la del Rostro. En esta última, por ejemplo, se encuentra la llamada portada de la Institución que da acceso a la iglesia y Santa Capilla de San Andrés. Por otro lado, este lugar colinda con el Real Monasterio de Santa Clara, que conserva en la fachada de su huerto los restos de la desaparecida iglesia de la Santa Cruz, de finales del siglo XIV.
Esta parroquia extinta da nombre a la calle donde resisten los últimos vestigios de su construcción. En la actualidad, un lienzo de su torre campanario se encaja entre los muros traseros de este convento que, además, presume de ser el más vetusto de la ciudad (siglo XIII). Según apunta Francisco Miguel Merino en su portal Red Jaén, esta iglesia de la Santa Cruz puedo erigirse sobre una antigua sinagoga tras la persecución de esta comunidad y teniendo en cuenta su localización.
Un insigne jiennense
Si algo llama la atención del viandante que pasa por primera vez por esta plaza es el monumento que la preside, una escultura inaugurada en el año 2016. Se trata de Hasday Ibn Shaprut, probablemente el jiennense más célebre de la historia, tanto que fue nombrado recientemente como Hijo Predilecto y le fue concedida la Medalla de Oro de Jaén. La razón es que, tal y como recogen diferentes testimonios de la época, ejerció como médico y consejero del califa Abderramán III, en Córdoba.
Lo cierto es que Shaprut, como explica el profesor y divulgador de historia Ángel Cantero, llegó a actuar como visir sin gozar de tal título. Su papel en el califato, para hacernos una idea similar con respecto a nuestros días, fue lo más parecido a un ministro de asuntos exteriores. Y su nombre, además, guarda innumerables entresijos que atestiguan la importancia de su nombre en el devenir de la historia. Sin duda, prueba de ello es que su legado ha logrado pervivir hasta el presente siglo.
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