Las segundas residencias o viviendas vacías en Jaén crecen a pesar del descenso de población
El mayor número de casas catalogadas como no principales se ubica en las zonas rurales de la provincia
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Una de cada tres viviendas en la provincia de Jaén no se utiliza como residencia habitual, según los datos oficiales del parque residencial del Ministerio de Vivienda. El inventario provincial registra 376.455 viviendas, de las cuales 125.118 aparecen clasificadas como no principales, lo que equivale a un 33,24% del total. Estas viviendas no principales se consideran cuando no son utilizadas toda o la mayor parte del año como residencia habitual de una o más personas y puede ser secundaria o vacía. El porcentaje sitúa a Jaén por encima de la media andaluza (29,20%) y de la media nacional (28,60%), aunque por debajo de provincias andaluzas con mayor peso de segundas residencias como Huelva (35,58%), Almería (35,55%) o Granada (35,26%).
El crecimiento del parque de viviendas en Jaén ha sido constante en las últimas dos décadas, según los registros. En 2001 había 299.317 viviendas con un 27,36% de no principales; en 2006 el censo subió a 322.764 (27,22%). Pese a que la población en el territorio jiennense dejó de crecer a partir de 2012, iniciándose desde entonces una tendencia general de pérdida demográfica, el parque inmobiliario no se redujo: en 2013 se alcanzaron 353.202 viviendas (30,55% no principales) y en 2020 ya eran 373.720 (34,13% de segunda vivienda). Hoy Jaén suma 376.455 viviendas, consolidando un escenario en el que el número de inmuebles crece o se mantiene pese al descenso de habitantes. Asimismo, se observa como las segundas residencias o viviendas vacías también crecen.
Zonas con mayor despoblación
El reparto territorial del fenómeno muestra dos realidades contrapuestas, por un lado, las comarcas de Segura y Cazorla y numerosos municipios del norte y del sur provincial, donde más de la mitad del parque residencial se considera no principal; por otro, los núcleos urbanos más grandes y predomina más el uso habitual de la vivienda.
Los municipios con mayor porcentaje de viviendas no principales reflejan la combinación de despoblación, envejecimiento y uso estacional o vacacional. Encabezan la lista lugares muy rurales o de sierra, donde la vivienda tradicional pasa a ser segunda residencia o queda desocupada cuando parte de la población emigra a ciudades, un fenómeno muy común en la provincia que suele conservar viviendas heredadas para épocas estacionales.
Entre los más destacados están: Torres (63,8%); Villarrodrigo (63,8%); Benatae (62,8%); Santiago-Pontones (61,2%); Aldeaquemada (61%); La Iruela (60,9%); Segura de la Sierra (56,9%); Chiclana de Segura (55,5%); Torres de Albánchez (54,2%); Albanchez de Mágina (53,73%); Siles (51,7%); Sorihuela del Guadalimar (51,7%); La Puerta de Segura (50,5%); Génave (52,5%); Quesada (49,2%); Hornos (49,6%); Iznatoraf (49,4%); Orcera (48,5%); Santa Elena (48,7%); Pegalajar (43,2%) y otros municipios pequeños con porcentajes muy elevados, según los últimos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el extremo opuesto figuran municipios con mercados residenciales más orientados a la población estable y a la vivienda habitual. Estos municipios muestran menor dependencia del turismo de segundas residencias y presentan, por tanto, menor presión sobre la oferta de vivienda destinada a uso ocasional.
Entre los que menos viviendas no principales registran están: Bailén (23,43%); La Carolina (23,8%); Jaén capital (25,9%); Jódar (26,3%); Linares (26,7%); Torredonjimeno (29,1%); Andújar (28,46%); Úbeda (28,5%); Mengíbar (30,2%); Martos (32,2%); Torredelcampo (32,3%); Marmolejo (32,3%); Villatorres (32,9%); Lopera (30%); Porcuna (33%) y otros núcleos de mayor tamaño o con actividad industrial y de servicios.
El contraste entre ambas realidades, zonas serranas y rurales con una elevada proporción de segundas residencias, frente a áreas urbanas con predominio de la vivienda habitual, tiene implicaciones demográficas, sociales y económicas. En las comarcas donde abundan las viviendas no principales, el envejecimiento poblacional y la emigración de jóvenes agravan la desocupación de las viviendas residenciales. En las ciudades y municipios con menor proporción de segundas residencias, la demanda se orienta a cubrir necesidades permanentes de alojamiento.
Los datos de Jaén contrastan además con algunas provincias vecinas: Málaga presenta un 32,46% de no principales; Córdoba, un 27,98%; Cádiz, un 22,70%; y Sevilla, solo un 20,17%. Esta comparación confirma que, aunque Jaén no es de las provincias andaluzas con mayor peso de segundas residencias, su proporción es relevante y persistente en el tiempo.
En resumen, Jaén muestra hoy un parque de viviendas mayor y más diverso que al inicio del siglo, con una proporción sostenida de viviendas no principales (alrededor de un tercio del total) que refleja tanto la estructura interna del territorio como los efectos de la despoblación y el uso estacional en las comarcas de interior. La realidad apunta a la necesidad de políticas diferenciadas con medidas que refuercen la actividad económica y la fijación de población en los municipios rurales.
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