Reportaje

La Siberia de Jaén: “Tiene una belleza que no se puede explicar con palabras”

La Siberia de Jaén: “Tiene una belleza que no se puede explicar con palabras”

La provincia de Jaén es tan vasta y variada en sus paisajes naturales que tiene una pequeña Siberia dentro de sus límites territoriales. Se trata del altiplano más extenso de España, una llanura que corona las montañas del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Está entre los 1.600 y los 1.700 metros de altitud, ubicada en el término municipal de Santiago Pontones, y a pesar de que este año apenas ha llovido, durante los meses de invierno siempre hay al menos un palmo de nieve sobre el suelo. Hablamos de los Campos de Hernán Pelea.

Yolanda Vizcaíno es propietaria de la empresa de servicios turísticos Aventura Hernán Pelea y explica “los campos son durante un año un paraje espectacular pero durante el invierno te quedas flipando”. Añade para Jaén Hoy que el asombro ante una belleza tan peculiar les sigue sorprendiendo por muchas veces que visiten el lugar. “Es algo diferente y no hay que ser alpinista para disfrutarlo, aunque hay que tener en cuenta que es un sitio con cierto peligro y que hay que tener precaución, porque estamos hablando de alta montaña”, matiza esta guía jiennense.

Y no le falta razón pues el paisaje que se puede observar es más propio de la región del Karst (entre Italia y Eslovenia) y cuenta con formaciones geológicas como dolinas, poljés, lapiaces y uvalas. Todo ello en un entorno marcado por unas condiciones climatológicas que no se encuentran en ningún otro punto de la provincia. Una isla térmica en la que la Universidad de Murcia ha llegado a medir temperaturas de hasta 20 grados bajo cero.

Un paisaje que atrae

No son pocas las personas que acuden a disfrutar de este insólito paisaje y Yolanda confirma que este año están recibiendo a muchos grupos que acuden a recorrer la zona en un todoterreno, a hacer una ruta senderista e incluso a volar por encima en un parapente biplaza. “Hace unos días, cuando llegamos al refugio del Campo del Espino, había mucho bullicio de gente y estábamos todos alucinando. El paraje es de tal inmensidad y belleza nevado que no se puede explicar con palabras. Encontramos a unos señores de 70 años que llevan viniendo todos los años desde adolescentes y tenían esa cara de con los niños los regalos de Reyes. Había un chico de Suiza que estaba haciendo una etapa en bici desde Hornos a Pozo Alcón y yo misma que subo todas las semanas estaba como una niña pequeña”, describe Yolanda sobre las reacciones al encontrarse con el lugar.

Aunque acaba con una advertencia: “En invierno hay que tomar muchas precauciones porque cuando cae la noche se forma el hielo y los caminos están fatal”. “No hay cobertura y te puedes perder y no es lo mismo perderse en verano que en invierno. Los lugareños ya sabemos que un día que en Pontones hay ‘chirimiri’ o un poco de niebla no se puede subir porque tienes mucho riesgo de perderte”, avisa esta empresaria que recomienda que se contraten los servicios de algún guía especializado.

Ganadería y trashumancia

También describe los Campos de Hernán Pelea (Perea para algunos) como un gran queso gruyere pues de sus dolinas o sorbiores, como se les conoce en la zona, recogen el agua gran parte de los manantiales y los ríos que brotan de las piedras de este Parque Natural. Un paraje en el que también trabajan alrededor de 200 ganaderos, con unas 65.000 cabezas de ganado, que durante estos meses, en los que los animales no pueden vivir en esas condiciones climatológicas, realizan la trashumancia o bajas a las poblaciones limítrofes para pasar el invierno.

Antonio Rodríguez es el alcalde de Santiago Pontones y también uno de esos ganaderos. En su caso cuenta con 700 ovejas y afirma que “nadie en su sano juicio sube con el ganado allí hasta bien entrado mayo”. Describe a sus compañeros de profesión en el lugar como una “rara avis” pues explica que aquellos pastos que no son públicos son mancomunados y que trabajan en forma de Sociedad Agraria de Transformación (SAT), de las que hay una en Santiago y otra en Pontones.

“Cuando caen las primeras nieves hay que irse. Antes había nieves permanentes pero ahora con el cambio climático no”, lamenta Rodríguez. Y es queja común entre los lugareños, que echan en falta el agua en cualquiera de sus formas. Aun así promete el alcalde una experiencia única para quienes se aventuren a descubrir la Siberia de Jaén: “Los Campos de Hernán Pelea son un paisaje que no deja indiferente a nadie, no se parece de lo que hay a nuestro alrededor. Hay turistas que repiten asiduamente que lo describen como lunar no es la imagen arquetípica de Jaén”.

No hay un sólo olivo, no es fácil adaptarse a su extrema climatología, pero este lugar es otro de los tesoros que alberga la provincia.

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