El trabajo invisible de los custodios del agua de Jaén

Decenas de profesionales trabajan a diario, apoyados por tecnología de última generación, para controlar las redes de abastecimiento y saneamiento de la ciudad

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Aqualia inspecciona una de las alcantarillas más grandes de Jaén / Jesús Mudarra

Girar la manivela de un grifo y que caiga agua. Tirar de la cadena y que la sucia se cambie por limpia. Son gestos simples, básicos para cualquier persona, que hacemos de forma inconsciente y sin pensar en el enorme trabajo que hay detrás de algo tan simple y tan necesario a la vez. Tecnología de última generación, profesionales con una formación técnica en múltiples campos y operarios con décadas de experiencia, se emplean a fondo cada día para ofrecernos un servicio del que, por lo general, sólo nos acordamos cuando no tenemos acceso a él. Jaén no es una excepción, por eso mientras los operarios de Aqualia comienzan a levantar las tapas de la red de saneamiento de la calle Senda de los Huertos, ubicada en el barrio de la Alcantarilla, los ciudadanos siguen con su vida diaria, ajenos a su labor, como si de una metáfora perfecta sobre la tarea que desempeñan estos trabajadores a diario se tratase.

Un ligero hundimiento, imperceptible para los ojos de aquellos que no son técnicos expertos, ha hecho saltar las alarmas de Pedro Extremera, jefe de Redes del servicio de aguas de Aqualia en Jaén. “Por aquí corría el barranco de la Magdalena. El arroyo se enterró y se encauzó en los años 80, para poder construir, y hay una galería que pasa por debajo de toda esta calle. Como el hundimiento se está pronunciando, vamos a acceder a la galería para tratar de detectar si hay alguna fuga de agua, algún desperfecto en la infraestructura”, describe para Jaén Hoy Extremera, mientras los operarios bajo su dirección levantan varias de las pesadas tapas metálicas de las cloacas de Jaén.

Pedro Extremera muestra los planos de la galería de la Senda de los Huertos. / J. M.

Lo hacen para que se ventile la zona que se va a inspeccionar, para que el metano y el ácido sulfhídrico que pueda haber se reduzcan al mínimo posible. Esta galería, una de las más grandes que hay bajo la ciudad, está a unos diez metros de profundidad y las medidas de seguridad son extremas. Se trata de un trabajo tan específico que el jefe de Redes explica que se ha contratado a una empresa especializada en este tipo de operaciones, una que ha estado interviniendo hace apenas unos días en las obras de la Sagrada Familia de Barcelona. “Los hemos llamado porque tienen todos los medios tecnológicos y todos los conocimientos necesarios para acceder sin peligro”, detalla el jefe de redes.

Mientras Pedro Extremera afirma esto, tres técnicos comienzan a equiparse a las puertas de una furgoneta blanca en la que se lee ‘Vertisub’. Arneses, detector de gases, linternas, cascos, intercomunicadores… Son expertos y saben que toda medida de seguridad es poca cuando se trata de filtrarse en este tipo de tuberías, en las que las ratas son el mal menor. De hecho, colocan un trípode con una polea y una cuerda a mitad del recorrido de más de 200 metros que tendrán que realizar en sentido ascendente, por si precisaran de atención médica y tuvieran que evacuarlos en mitad del trabajo.

Un operario instala la polea en el trípode de seguridad. / J. M.

Emille es quien se encarga de su instalación mientras Sirac Pérez, responsable del equipo, cuenta a esta Redacción cómo va a ser el procedimiento que van a seguir. “Una vez que se ha ventilado lo primero que hacemos es bajar un indicador de gases para garantizar que la atmósfera no es peligrosa, que no es tóxica ni explosiva. Después de eso se realiza una primera inspección visual y ya se entra con las máscaras para gases y se hace el trabajo”, especifica sobre lo que harán en una galería de algo más de dos metros de alto, por dos de ancho, que cuenta con una bóveda de hormigón mientras que la solería es de mampostería. Con hacer el trabajo se refiere a realizar una inspección minuciosa de toda la conducción, que además queda grabada en vídeo para que los técnicos de Aqualia puedan evaluar mejor los daños, si los hubiera. En esta ocasión, cuando emergen del subsuelo de Jaén, traen buenas noticias: la galería se encuentra en perfecto estado. El hundimiento se deberá, previsiblemente, a algún problema de algún colector de uno de los bloques de viviendas que escoltan la calle.

El señor del mapa del subsuelo de Jaén

Una de las personas que más saben sobre las conducciones que transportan el agua por debajo de Jaén es Javier Torres, responsable del sistema de información cartográfica de Aqualia en Jaén capital, y otros muchos municipios jiennenses como Jódar, Torredonjimeno, Martos, La Guardia, Beas deSegura, o Linares. Lleva en la empresa desde el año 2003 y desde ese mismo año trabaja en el diseño de la planimetría de las redes de saneamiento y abastecimiento de la ciudad. “Como yo llevo la planimetría, tengo controlados los puntos clave y los puntos un poquito difíciles. Nos encargamos de ir revisando esos puntos para ver cómo ha ido evolucionando la red a lo largo de los años y si se han producido desperfectos”, aclara.

Javier Torres.

Cuando hay que hacer cualquier tipo de intervención su papel es fundamental, pues es el único que puede editar la información que se recoge en el sistema de información geográfica (SIG), un mapa interactivo de las cañerías de la ciudad. En cada punto Javier Torres ha ido recopilando a lo largo de más de dos décadas de trabajo la pendiente, la longitud, la capacidad o el estado (entre muchos más datos) de cada uno de los colectores y tuberías. “En total la red de saneamiento de Jaén capital puede superar los 300 kilómetros. Se trata de un programa que funciona en tres dimensiones y que en el futuro tendrá incluso un apartado de simulaciones para saber cómo afrontar mejor cada actuación. Se toma nota en el SIG de cada intervención que se realiza o cada cambio que se hace. Todo está recogido ahí, y los trabajadores lo pueden consultar, aunque el único que puede añadir o quitar información soy yo”, asevera.

Este complejo sistema obliga a una actualización constante que Javier Torres lleva ejecutando más de dos décadas. Se ha ido incluyendo cada nueva urbanización construida o, por poner un ejemplo reciente, el centro comercial Jaén Plaza. Gracias a todo este conocimiento, el responsable del SIG en Jaén explica que las principales peculiaridades de la red de saneamiento de la ciudad es que no hay una separación de las aguas fecales de las pluviales y que apenas existe riesgo de inundaciones, por la orografía de la urbe. “Por cómo se configuró en su día la red, con sus aliviaderos y demás, que hacen que cuando el aporte de agua es demasiado cuando llueve, se va a los arroyos de toda la vida, los naturales; es difícil que haya inundaciones. La red funciona bien y, además, hay colectores que aunque son antiguos, van bien”, agrega para Jaén Hoy.

Vista de robot

Narra todo esto mientras José Ramón Ruiz, técnico de la empresa Camdesa, controla desde su furgoneta los mandos de un robot que están utilizando para reconocer la red del Puente Tablas. Aqualia ha contratado sus servicios porque el Ayuntamiento de Jaén ha solicitado un informe sobre el estado de unas tuberías que en poco tiempo pasarán a ser de gestión municipal. “No es lo mismo ver el tubo desde fuera que verlo desde dentro”, defiende sin dejar de mirar los monitores en los que se recoge lo que va captando este pequeño vehículo no tripulado que puede llegar hasta 180 metros de distancia y diez de profundidad.

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Trabajos de Aqualia para inspeccionar la red de saneamiento del Puente Tablas / Jesús Mudarra

Dado su reducido tamaño y la precisión de las imágenes que detecta, los informes que esta empresa facilita a Aqualia permiten conocer con exactitud, por ejemplo, el estado de los colectores y cañerías, en qué punto exacto se encuentra una fuga o avería si la hubiera e incluso qué partes están más deterioradas y necesitarán de una intervención en el futuro. “Además, el informe es independiente. Ellos me piden que inspeccione una zona, pero no me dicen lo que tengo que grabar. Soy yo el que después les va a indicar dónde tienen algún problema y qué tipo de problema”, cuenta José Ramón Ruiz, añadiendo que, tras más de 11 años viendo tubos a diario, sabe que uno de los principales enemigos a los que se enfrentan las redes de saneamientos son las raíces de los árboles y los desperfectos que generan en las conducciones.

José Ramón Ruiz.

Es el caso de las calles del Puente Tablas. En este caso las noticias no son buenas ni para el Ayuntamiento ni para Aqualia, pues la red de saneamiento necesitará de una intervención muy importante en el futuro, debido a su mal estado.

Décadas de dedicación

Cuando ese momento llegue, y mientras tanto, estarán como siempre al pie del cañón los 80 trabajadores que Aqualia emplea a diario para el mantenimiento y gestión de las redes del agua en Jaén capital. Juan Antonio Gómez es el capataz de servicio y habla desde la experiencia que dan los 27 años que lleva desempeñando su labor. “La sectorización nos la hace el Ayuntamiento. Nos manda unos calendarios y ajustamos las limpiezas de cada ciudad a eso. Los técnicos hacen esa planificación y nosotros mandamos el personal para que se cumpla, siempre dentro de las fechas y los límites que nos marca el Ayuntamiento”, detalla sobre cómo organizan las zonas que van a revisar cada semana.

Juan Antonio Gómez, a la izquierda, supervisa los trabajos en el Puente Tablas.

Además, deja claro que la diferencia es abismal entre intervenir en la red de abastecimiento y la de saneamiento. “El control es diferente. El saneamiento es muy difícil controlarlo porque una pérdida de un colector no se refleja en ningún sitio, porque no tienes nada que te contabilice esa agua que pasa por el colector. Son aguas en cierto modo imprevisibles, lo mismo viene mucho caudal que viene poco. El agua de abastecimiento sí es controlable. Sí es controlable, porque el caudal es fijo. La ciudad de Jaén la tenemos sectorizada y en cada sector tenemos unos contadores de control que nos van diciendo el caudal, el consumo medio, el consumo mínimo y el consumo máximo que tenemos en ese sector. Si, por ejemplo, baja mucho el consumo ya sabemos que pasa algo ahí. O si aumenta mucho el consumo pues sabemos que en esa zona puede ser que haya una avería. Entonces se hace un batido de localización de fugas. Eso se mira diariamente. El jefe de redes, y yo como encargado, hacemos un seguimiento diario de esos sectores”, especifica sobre los valores que controlan cada día para evitar grandes problemas en la ciudad.

“Eso en el saneamiento es mucho más difícil por no decir imposible, porque el caudal de saneamiento no es continuo”, explica Juan Antonio añadiendo que este tipo de averías dan la cara cuando el daño ya está hecho, cuando ya se ha producido un socavón en una acera, como el que se vio en la misma avenida de Madrid de Jaén capital hace unos meses. En estos casos no les queda otra que actuar lo más rápido posible en intervenciones que no son sencillas, pues bajo el subsuelo de la ciudad la red de saneamiento convive con líneas de abastecimiento eléctrico o de gas que tienen que Aqualia tiene que tener en cuenta a la hora de reparar posibles averías en las conducciones de agua.

Un servicio imprescindible

Los custodios del agua de Jaén no entienden de festivos, domingos u horarios. Cuando se produce una fuga de agua que deja sin abastecimiento a un vecindario, cuando hay un atranque mayor o cuando una avería provoca un socavón que pone en peligro a los viandantes, son los primeros en acudir y los últimos en marcharse. Aunque la mayoría de las veces su trabajo es invisible para el resto.

Durante el confinamiento ni un solo trabajador de Aqualia faltó a su puesto de trabajo ni un solo día. Durante toda la pandemia la gente abría el grifo y salía agua porque seguimos trabajando, aunque nadie se acordó de nosotros

La pandemia fue un buen ejemplo de ello. “Durante el confinamiento ni un solo trabajador de Aqualia faltó a su puesto de trabajo ni un solo día. Durante toda la pandemia la gente abría el grifo y salía agua porque seguimos trabajando, aunque nadie se acordó de nosotros”, reflexiona Juan Antonio Gómez entre el orgullo por la entrega de sus compañeros y la decepción por el poco reconocimiento social que tiene una profesión que se encarga de velar por algo tan valioso para nuestras ciudades como es el agua.

Él y sus compañeros son los responsables de que los tres depósitos que surten la ciudad de agua sean capaces de administrar los 23 millones de litros (25 en verano) que consume al día. También se encargan de que, una vez que esta abandona los hogares acabe desembocando en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) ‘Santa Catalina’ de Jaén, situada a seis kilómetros al norte de la ciudad, en la margen izquierda del río Guadalbullón, con un caudal diario de 33.750 metros cúbicos. Y a pesar de que el sistema funciona como un reloj gracias a su desempeño, todavía quedan retos por delante.

Lo destaca Manuel Holguín, gerente de Aqualia, en la capital desde hace apenas unos meses, aunque su experiencia previa ya le había llevado a conocer las redes de la ciudad. “Jaén tiene una orografía muy peculiar y tenemos la idea de intentar que todo vaya al llamado colector de cintura, una especie de circunvalación que pueda recoger todas las derivaciones y llevarlas a la EDAR”, destaca sobre el esbozo del trabajo que debe realizarse en el futuro. Uno que se va a plasmar en un Plan Director que, desde el Ayuntamiento, esperan que esté aprobado antes de que finalice el año. “Es un documento que debe servir de guía para toda inversión que se realice en este tipo de infraestructuras. Los estamos trabajando nosotros junto con los técnicos municipales”, desvela Holguín.

Manuel Holguín, Juan Antonio Gómez y José Torres. / J. M.

Confiesa que la red de saneamiento de Jaén “es muy muy antigua, porque es lo primero que se instala siempre en las ciudades”, y aventura que a corto plazo será necesario intervenir en algunas zonas, como la avenida Arjona, donde el paso de los años ya ha hecho mella en el estado de las conducciones. El colector de Los Puentes o la renovación de la red en San Juan son otros de los retos a los que habrán de hacer frente tanto las administraciones como Aqualia. Lo que es seguro es que contarán con manos expertas y dedicadas para ello.

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