Elefantes, rinocerontes, leones, jirafas o cebras conforman un paisaje salvaje en los campos amarillos de algunos países de África. Sonidos y movimientos en libertad que solemos escuchar y disfrutar a través de documentales. Sin embargo, para Alex Hohne, este tipo de fauna le ha acompañado desde pequeño muy cerca. Se crio en Kimberley, Sudáfrica, donde vio como su padre trabajaba por la conservación de especies de su país. Fue hace cinco años, cuando Alex y su pareja, Jess, decidieron comenzar una nueva vida en Andújar ayudando al cuidado del lince ibérico y otros animales, lo que les llevó también al proyecto de introducción del bisonte europeo en peligro de extinción, que hasta ahora, está teniendo muy buenos resultados.

Lo suyo, es una historia de amor unida por otro gran amor, el de la naturaleza. Un respeto heredado de generación en generación, que les ha llevado hasta este espacio natural de Jaén. Alex y Jess se conocieron hace diez años en Sudáfrica cuando la familia de ella se mudó al país para la cría de caballos especializados en el mundo de carreras. "Nuestras dos familias provienen de una rica historia de conservación dela naturaleza y agricultura. Mi padre tenía su propio proyecto en Sudáfrica donde salvó flamencos enanos en Kimberley", cuenta Alex para este periódico.

Alex Hohne y Jess Hohne.

Del rinoceronte blanco al lince ibérico

El tío de Jess jugó un papel muy importante en salvar al rinoceronte blanco en Sudáfrica, una especie en continua amenaza. "Además de todo esto, siempre hemos crecido en la naturaleza. Nuestros primeros recuerdos son los de los animales salvajes y los de estar sentados alrededor del fuego por la noche", expresa. La primera vez que pisó España fue con su padre en noviembre de 2018 con la intención de buscar y comprar una finca porque su sueño siempre había sido tener la suya propia e involucrarse en proyectos de conservación.

Habían pasado por diferentes países, pero cuando llegaron a El Encinarejo fue el tercer "amor a primera vista". Cuanto más investigaron, más convencidos estaban de que España, y concretamente Jaén, era su lugar ideal para empezar de cero. El hecho de que la Fundación para la Conservación de la Biodiversidad CBD-Hábitat hubiera creado un importante proyecto para la recuperación y conservación del lince ibérico les terminó de convencer por completo. 

Cervatillo en El Encinarejo.

Un safari en 4x4 

"Nuestro objetivo al principio era principalmente crear un hogar y una vida en España, y también, crear un paraíso único donde pudiéramos realizar un turismo de muy alta calidad y lujo. Un modelo de turismo que en África ha prosperado", señala Alex, aunque reconoce que al principio fue una decisión difícil dejar su país porque todo era muy desconocido, pero su fe les ayudó a seguir en cada paso del camino.

La finca, con más de 1000 hectáreas, es el hogar de numerosos animales y allí en un 4x4 descapotable ofrecen a sus huéspedes la posibilidad de ver al ciervo, gamo, jabalí, águila imperial, águila real, buitre negro, la gineta, tejón, la nutria o por supuesto, el lince ibérico y ahora recientemente, el bisonte europeo, en peligro de extinción. "Esta especie siempre fue un animal muy cercano a nuestros corazones. Es un animal increíblemente impresionante que ha cautivado al hombre desde que lo conoció", expresa Alex Hohne.

Lince ibérico en El Encinarejo.

El bisonte ha logrado reproducirse y adaptarse al clima

"Siempre hemos creído que si tenemos los medios y las formas de ayudar enun proyecto de conservación entonces es nuestra responsabilidad hacerlo. Esto es lo que nos lleva al bisonte. Cuanto más estudiamos al bisonte y vimos los proyectos existentes, más creímos que el bisonte podría desempeñar un papel positivo en nuestro propio ecosistema en Andújar. Con la ayuda del director del European Bison Conservation Center de España, Fernando Morán, pudimos iniciar nuestro propio proyecto", prosigue Hohne.

En noviembre de 2020 trajeron 18 ejemplares procedentes de Polonia a su finca  y cuatro años después ya se ha conseguido la reproducción de la especie con el nacimiento de tres ejemplares en pleno corazón de la sierra de Andújar. Un estudio publicado en la revista Biodiversity and Conservation, con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), reveló que el bisonte se puede adaptar bien al clima mediterráneo del sur de España.

El estudio, llevado a cabo en El Encinarejo, ha analizado por primera vez la dieta comparada de tres grandes herbívoros, bisonte europeo (Bison bonasus), ciervo común (Cervus elaphus) y gamo (Dama dama), conviviendo en el monte mediterráneo.  "El bisonte europeo es el mamífero europeo en vida de mayor tamaño, superviviente de un tiempo pasado en donde grandes manadas de herbívoros campaban a sus anchas por prados y bosques, moldeando el paisaje y promoviendo la biodiversidad", señala Jordi Bartolomé, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor principal del estudio.

Este bóvido estuvo al borde de la extinción a comienzos del siglo XX, y actualmente se encuentra en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN, por lo que está protegido en toda Europa. Su amplia distribución geográfica durante el Holoceno a lo largo del continente europeo, así como el éxito de poblaciones introducidas en las últimas décadas en diferentes territorios europeos han revelado la capacidad y plasticidad de la especie para adaptarse a nuevos hábitats y a un amplio rango bioclimático.

Bisonte en El Encinarejo.

"Siempre esperábamos estos resultados y un proyecto exitoso, de lo contrario no habríamos traído al bisonte. Lo que no esperábamos era la velocidad a la que se adaptarían. Ha sido realmente increíble presenciar esto", cuenta Alex. Un ejemplo, que apunta, es el período de celo, normalmente se suele ser en agosto o septiembre y las crías nacen en mayo. Sin embargo, se trata de un periodo muy duro en Andalucía, ya que el campo se seca y presiona a la madre para que produzca leche.

Fueron en estos meses calurosos cuando nació la primera cría, y resultaron unos meses difíciles tanto para la madre como para el recién nacido bisonte. No obstante, al año siguiente, el animal se adaptó y cambió su ciclo de reproducción a enero por lo que a finales de septiembre nacieron de nuevo más bisontes. "A finales de octubre los animales estaban todos gordos de bellotas y ya había buen pasto para que comieran los animales. Esta es una adaptación natural que llevaron a cabo por su cuenta", destaca Hohne.

"No podríamos haber dado este paso sin la ayuda de Andújar"

En estos momentos, la familia se encuentra trabajando en la conservación de una tercera especie para otoño de este año, aunque aún no se quieren precipitarse a desvelar el nombre. "Ayudar a la conservación de especies es un sentimiento increíble y esperamos compartir con nuestros huéspedes que nos visitan, ya que ellos mismos participan en los proyectos de conservación simplemente con visitarnos. Se trata de brindarles una experiencia inmersiva en la que no sólo disfruten de la belleza de la naturaleza sino que salgan habiendo aprendido más. También es algo en lo que estamos muy orgullosos de involucrar a nuestro hijo", explica Alex.

La familia, reconoce, que España es un secreto de biodiversidad muy bien guardado para el resto del mundo, así que cuando vinieron quedaron impresionados por la belleza del paisaje y la fauna. Sin embargo, reconoce, que lo más bonito de Andújar y de la sierra no fue el paisaje ni los animales, sino la gente que los recibió y los ayudó en su nuevo proyecto. "No podríamos haber dado este paso sin la ayuda de Andújar", agradece Alex, quien ve su futuro y el de su familia en este lugar.

Vivienda El Encinarejo.