Un respiro acuático frente al calor del verano: "Estos enclaves son los que hacen a Jaén aún más rica"
Provincia
Lejos del turismo masivo y del clásico sol y playa, municipios como Andújar y Pozo Alcón emergen como un paraíso natural de interior
¿Está Jaén preparada para las olas de calor?
En un país acostumbrado a medir el verano en kilómetros de costa, la provincia de Jaén comienza a reclamar su sitio como alternativa real al turismo tradicional de sol y playa. Lo hace desde el interior, sin necesidad de mar, con un modelo propio que gana fuerza a base de naturaleza, calidad y autenticidad. Y, este año, también como vía de escape frente a las altas temperaturas extremas que asolan gran parte del país, especialmente en el sur.
Durante las últimas semanas, municipios jiennenses como Andújar, Linares o Jaén han registrado picos por encima de los 42 grados, y la previsión apunta a un verano largo y tórrido. En ese contexto, los enclaves de baño en plena naturaleza han dejado de ser una curiosidad para convertirse en una necesidad real para cientos de familias que buscan refrescarse lejos del asfalto.
Uno de los grandes protagonistas de este fenómeno es el paraje del Encinarejo, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Andújar. Rodeado de alcornoques y pinares, atravesado por aguas limpias donde se reflejan las últimas luces del día, este enclave se ha convertido en un destino cada vez más buscado durante la época estival. El motivo no es casual: su playa interior fue una de las primeras en conseguir el distintivo de bandera azul en Andalucía y eso ha marcado un punto de inflexión.
“Ha supuesto un impulso importantísimo, no solo para el Encinarejo, sino para la promoción de todo el parque natural y del turismo verde”, señala el concejal de Medio Ambiente de Andújar, Emilio José Rodríguez. Desde que se otorgó el distintivo, el municipio ha detectado un incremento de visitantes de más del doble, incluyendo no solo los meses de verano, sino también la primavera. “En mayo ya tuvimos cuatro autobuses llenos de personas”, cuenta. Desde hace unos años, se han llegado a contabilizar hasta 300 personas disfrutando de este entorno durante un fin de semana.
El atractivo es claro: el Encinarejo ofrece arena natural, sombra abundante, aguas aptas para el baño y todo ello en un entorno virgen, sin urbanización, sin hormigón, sin ruidos artificiales. Hay servicios adaptados, socorristas, medidas de prevención de incendios y actividades de educación ambiental, pero hay, sobre todo, un valor añadido que ninguna playa de costa puede igualar: la posibilidad de ver un lince ibérico, una cigüeña negra, una nutria o un águila imperial después de haber disfrutado de un chapuzón.
“El baño aquí no es solo refrescarse: es una inmersión en el paisaje, en la biodiversidad y en un entorno sin impacto urbanístico”, subraya Rodríguez. “Es una forma de aprender a convivir con la naturaleza”.
Aunque durante décadas Jaén ha vivido de espaldas a sus propias aguas, este modelo empieza a consolidarse también en otros puntos de la provincia. Este verano, por ejemplo, el embalse de La Bolera, en Pozo Alcón, se afianza como uno de los enclaves más demandados del sur para quienes buscan naturaleza y agua sin salir del interior. Su oferta de actividades acuáticas, como el piragüismo o el paddle surf, sumada a la calidad del entorno y la amplitud de sus zonas de baño, lo sitúan como un destino alternativo en auge. Una tendencia que empieza a trazar una nueva ruta veraniega, que esquiva las aglomeraciones del litoral, la subida de precios, la pérdida de identidad y el impacto ambiental. Una opción que, además, se alarga más allá del verano.
Rodríguez cree que el secreto del éxito es esa diversidad que ofrece la provincia: “Lo que tiene el Encinarejo no lo tiene el Tranco, ni La Bolera ni la Sierra de Segura, pero eso es precisamente lo que nos hace más ricos. Podemos complementarnos”. Su propuesta es clara: construir una red de entornos únicos en Jaén, donde cada municipio potencie su entorno sin competir, sino sumando fuerzas. Que un visitante que pase un fin de semana en Andújar se anime a conocer también la Sierra de Cazorla o el embalse del Rumblar. Y al contrario.
Deporte y conciencia ambiental
Catalina Moral, gerente de Aventura Sport, asegura que la mayoría de clientes busca experiencias ligadas al agua. “Con esta calor que estamos soportando, es insoportable y no le estoy aconsejando otras cosas. Cuando me llaman para demandar otro tipo de actividades, intento llevármelo a ese terreno”, explica.
El abanico de propuestas es amplio y adaptado a todos los perfiles como el descenso de barrancos, que se ha convertido en la actividad estrella del verano. “Es la joya de la corona. Lo podemos enfocar a familias con niños, personas sin experiencia o gente que ya ha practicado antes”, señala.
Además, Moral recuerda que muchas de estas actividades pueden hacerse tanto con empresas como por cuenta propia, ya que “la provincia tiene una gran amplitud de embalses donde pueden ir tranquilamente a bañarse”.
Más allá del ocio, estas actividades también tienen un componente educativo y sostenible. “La idea es divertirse, pero también es una actividad de ocio-deportiva, turística, donde hay una concienciación medioambiental. Se trabaja el ecoturismo, y está funcionando bastante bien”, subraya Moral.
El mensaje que se lanza es directo: no solo hay sitio para todos, sino que hay verano para mucho más de lo que cualquiera podría llegar a imaginar. Jaén no tiene mar, pero tiene una naturaleza salvaje, agua con vida y uno de los cielos más limpios de Europa. En un momento en el que el turismo de masas satura las costas y el calor extremo empuja a buscar nuevos refugios, la provincia se alza como alternativa fresca, tranquila, verde y accesible. Una provincia que está demostrando que la mejor playa no siempre está al lado del mar.
También te puede interesar