Diez castillos que parecen sacados de un cuento de hadas en Jaén
Descubre diez castillos de Jaén que parecen sacados de un cuento de hadas: historia, arquitectura, leyendas y toda la información práctica para visitarlos
Tres castillos indispensables para tu escapada al parque natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas
Fue el lugar donde la princesa Aurora cae en un sueño profundo durante cien años, también donde la malvada Maléfica tejía sus peores planes para Blancanieves o donde se celebra el baile real que tuvo como protagonista a Cenicienta y el príncipe. Los castillos, más allá de vestigios del pasado, conservan historias también reales. Y es que la provincia de Jaén es conocida, además de por sus campos de olivos, por ser el territorio europeo con mayor número de castillos y fortalezas por metro cuadrado.
Estas construcciones defensivas, sin vestigios de cuentos de Disney entre sus leyendas, pero con numerosas historias alrededor de ellas, fueron levantadas entre los siglos IX y XV y han sido escenarios de guerras, pactos, leyendas entre fronteras y transformaciones sociales que han marcado no solo la historia de Andalucía, sino también la de España.
Rodeados de montañas, enclavados en altitudes impensables o bien a pie de casco histórico, atraen a numeroso público ávido de conocer su historia o participar en todas las actividades propuestas en el programa turístico ‘Ruta de los Castillos y las Batallas'.
A pesar de su gran número de ejemplares, hay algunos que merecen una visita por ser el lugar perfecto para recrear cuentos de hadas. Aquí te contamos cuáles son los diez castillos de la provincia de Jaén que no te puedes saltar en tu ruta por la provincia, ya que parecen directamente sacados de los textos que en su día autores como Perrault o los Hermanos Grimm escribieron.
1. Castillo de La Iruela
Una fortaleza con auditorio propio
A pocos minutos incluso a pie del casco urbano de Cazorla, el Castillo de La Iruela se alza sobre un peñasco tiene una de las vistas más impresionantes de la provincia. De origen musulmán, fue en el siglo XI cuando se fortificó la alquería de “Eruela” con murallas y un pequeño refugio. Tras su conquista por Rodrigo Ximénez de Rada en 1231, pasó al Adelantamiento de Cazorla y se convirtió en un enclave estratégico disputado entre facciones castellanas.
Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1985, cuenta en su arquitectura con un teatro al aire libre que acoge parte de la vida cultural del pueblo. Su acceso cuesta apenas 1 euro, aunque, eso sí, deberás tener las piernas fuertes para subir hasta la entrada. Lo demás es puro disfrute.
2. Castillo de Segura de la Sierra
El más alto de la provincia
A más de 1.180 metros de altitud, el Castillo de Segura de la Sierra es el más alto de Jaén y domina uno de los paisajes más bellos de la provincia. De origen musulmán, la fortaleza fue reforzada en los siglos XI y XII, llegando a ser capital de una pequeña taifa. En 1241 fue definitivamente incorporada a Castilla y se convirtió en la sede de la poderosa Orden de Santiago.
La visita ofrece un recorrido por su Alcazarejo y unas vistas inigualables del entorno serrano. Según la tradición, su nombre procede de una reina que, al refugiarse allí, exclamó “Aquí estoy segura”. Es, además, uno de los castillos más fotogénicos de Andalucía. La entrada al Castillo de Segura de la Sierra tiene un precio general de 4 euros, mientras que los niños de entre 3 y 12 años pagan 3 euros y los mayores de 65 años disfrutan de una tarifa reducida de 4 euros.
3. Castillo de Hornos
Las mejores vistas de la Sierra de Segura
En plena Sierra de Segura, el Castillo de Hornos se erige sobre un macizo rocoso con vistas directas al embalse del Tranco. Sus orígenes se remontan al siglo IX, cuando los musulmanes fundaron la aldea fortificada de Hisn Fornus. En 1239 pasó a la Orden de Santiago, que transformó la fortaleza en un bastión clave para proteger la encomienda de Segura.
En el siglo XV fue escenario de enfrentamientos entre los Manrique y los reyes castellanos, y en 1973 experimentó una importante restauración. Su silueta, recortada sobre las montañas, lo hace un castillo que parece sacado de un cuento de hadas. La entrada al Castillo de Hornos tiene un precio de 5 euros para la visita libre, mientras que la visita guiada asciende a 8 euros.
4. Castillo de Burgalimar
La fortaleza de los siete reyes
El Castillo de Burgalimar, también conocido como Bury al-Hammam, es una de las fortalezas islámicas mejor conservadas de Europa. Ubicado en la preciosa villa medieval de Baños de la Encina, fue mandado construir en el año 968 por el califa cordobés Al-Hakam II.
Durante siglos fue disputado entre musulmanes y cristianos, hasta que en 1225 Fernando III lo incorporó a Castilla. Más tarde sería testigo de luchas internas en tiempos de Enrique IV e Isabel la Católica. El castillo es conocido como “la fortaleza de los siete reyes”, pues por él pasaron monarcas como Alfonso VII, Alfonso VIII, Pedro II o Fernando el Católico.
Declarado Monumento Nacional en 1931, ofrece hoy una visita con precios muy accesibles. La entrada al Castillo de Burgalimar en Baños de la Encina cuesta 4 euros para adultos (a partir de 15 años) si es visita sin guía. Hay precios reducidos para niños; por ejemplo, los menores pagan 3 euros.
5. Fortaleza de La Mota
En tierra de fronteras
La imponente Fortaleza de La Mota, en Alcalá la Real, fue considerada la “llave de Castilla hacia Granada”, al estar en la llamada “tierra de fronteras”. Su historia se remonta al siglo VIII con los clanes árabes Banu Yahsub y Banu Sa’id, y alcanzó gran esplendor en época almohade. En 1341 Alfonso XI logró su conquista definitiva y la transformó en una poderosa ciudad fortificada, con iglesia, alcazaba y murallas.
Además de su valor militar, fue un núcleo urbano con mezquita, iglesia abacial y palacio. Declarada Monumento Nacional en 1931, la entrada general a la Fortaleza de la Mota cuesta 8 euros, mientras que los niños de entre 7 y 16 años y los mayores de 65 pagan 4 euros. Los menores de 6 años entran gratis.
6. Castillo de Alcaudete
El legado de la Orden de Calatrava
En la comarca de la Sierra Sur, el Castillo de Alcaudete domina la villa desde un cerro estratégico que controlaba la ruta entre el Guadalquivir y Granada. Su origen musulmán se remonta al siglo IX, pero alcanzó notoriedad con los almohades, que levantaron una fortaleza considerada casi inexpugnable.
En 1246 Fernando III la entregó a la Orden de Calatrava, que reconstruyó el recinto y lo convirtió en sede de una de sus principales encomiendas. Durante el siglo XV, Alcaudete pasó a manos de los Fernández de Córdoba, convirtiéndose en bastión nobiliario frente al reino nazarí.
Actualmente, el castillo alberga un Centro de Interpretación dedicado a la vida de la Orden de Calatrava, ofreciendo al visitante una experiencia inmersiva en la Edad Media. La entrada al Castillo Calatravo de Alcaudete cuesta 8 euros en tarifa general para la visita guiada, 5,50 euros en tarifa reducida, y 4 euros para quienes son de Alcaudete. La visita con audioguía tiene un precio general de 6 euros, tarifa reducida de 4 euros, y es gratuita para vecinos de Alcaudete.
7. Castillo de Santa Catalina
Un emblema de Jaén capital
El Castillo de Santa Catalina, en lo alto del cerro que domina Jaén, es uno de los símbolos de la ciudad y visible desde cualquier punto de la ciudad. Sus orígenes se remontan a la época musulmana, cuando formaba parte de la alcazaba califal. Tras la conquista de Fernando III en 1246, se levantó el Alcázar Nuevo, que reforzó el papel de Jaén como capital del Alto Guadalquivir.
Durante la Guerra de la Independencia fue usado como cuartel por las tropas napoleónicas. Hoy, restaurado, alberga exposiciones y un Parador Nacional. Desde su mirador se obtienen algunas de las mejores vistas de la ciudad y sus olivares. La entrada al Castillo de Santa Catalina en Jaén tiene un precio general de 3,50 euros. Hay tarifa reducida de 1,50 euros para estudiantes, jubilados, mayores de 65 años, niños de 4 a 12 años, personas con discapacidad y familias numerosas.
8. Castillo de Sabiote
Vértice del triángulo del Renacimiento en Jaén
El Castillo de Sabiote, al norte de la comarca de La Loma, sorprende por su mezcla de elementos defensivos medievales y detalles renacentistas. Construido sobre un antiguo oppidum íbero-romano y reforzado por los musulmanes, fue conquistado por Fernando III en el siglo XIII y más tarde pasó a manos de la Orden de Calatrava.
Entre 1533 y 1535 vivió su mayor transformación, bajo el mecenazgo de Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V. Declarado Monumento Histórico Artístico en 1931, está considerado como elemento clave dentro del “Triángulo del Renacimiento” compuesto por Úbeda, Baeza y Sabiote. La entrada cuesta 6 euros para la tarifa general. Hay tarifa reducida de 4 euros para niños entre 7 y 12 años.
9. Castillo de la Yedra
La leyenda de la princesa convertida en sierpe
El Castillo de la Yedra, conocido también como el de las Cuatro Esquinas, se ubica sobre Cazorla como símbolo de la villa. De origen musulmán, fue conquistado por Fernando III y cedido al arzobispo Ximénez de Rada, convirtiéndose en la sede del Adelantamiento de Cazorla. Su papel estratégico lo convirtió en centro político y militar hasta la conquista de Granada.
En su interior se ubica el Museo de Artes y Costumbres del Alto Guadalquivir, con secciones de historia y tradiciones locales. Además, la leyenda de la Tragantía, la princesa convertida en serpiente da un sentido mítico a la visita. La entrada al Castillo de la Yedra en Cazorla es gratuita para ciudadanos de la Unión Europea.
10. Castillo de La Guardia de Jaén
La antigua capital de la Cora de Yayyan
El Castillo de La Guardia de Jaén se ubica sobre el cerro de San Marcos, a solo diez kilómetros de la capital. Con raíces que se remontan a la ciudad romana de Mentesa Bastia, fue en época musulmana cuando se consolidó como Mantisa, una de las ciudades más antiguas de la Cora de Yayyan. Su castillo comenzó a levantarse en el siglo IX durante la rebelión muladí y pronto se convirtió en pieza estratégica.
Tras su conquista por Fernando III en 1244 y el Pacto de Jaén de 1246, pasó a ser un bastión de primer orden en la defensa castellana. A lo largo del siglo XV fue transformado en residencia palaciega, lo que explica la mezcla de fortaleza y vivienda que aún se percibe. El Castillo de La Guardia de Jaén suele tener entrada gratuita, aunque en algunas ocasiones hay eventos especiales o visitas guiadas que pueden tener coste.
Recorrer los castillos de Jaén es adentrarse en un paisaje medieval único en Europa. Desde la Sierra de Cazorla hasta la Campiña, cada fortaleza puede presumir de tener una personalidad propia, entre muros de tapial, torres del homenaje y leyendas transmitidas durante siglos. Porque Jaén no solo es tierra de olivos: también es tierra de castillos de cuento.
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