Del sarcasmo a la devoción: así se baila y canta la jota en la provincia de Jaén
FOLCLORE
El folclore de Jaén es especialmente prolijo en cuanto a la jota se refiere, una expresión de cante y baile que, si bien es conocida por sus orígenes en el norte de España, en la provincia andaluza cobra una importancia especial que todavía sigue viva en algunos pueblos de las sierras jiennenses
La visión más personal de Jesús Delgado sobre el toreo en Jaén toma forma de exposición en Baeza
Cada 22 de agosto se celebra el Día Mundial del Folclore, una fecha que contribuye a reconocer las expresiones culturales casi perdidas pero que, en la profunda realidad de sociedades más pequeñas, siguen perdurando de generación en generación. En la provincia de Jaén eso es precisamente algo que sucede con fandangos, seguidillas, malagueñas y pasodobles, además de un género musical que a muchos cuesta, de primeras, relacionar con Jaén: la jota.
Su origen, aunque incierto, se asocia a influencias árabes y cristianas fusionadas durante la Edad Media. Con el tiempo, se convirtió en un baile popular en bodas, romerías y celebraciones agrícolas. En Jaén, la jota adquiere su propio sentido en cada pueblo, con una fiesta musical y de baile que bebe de la picaresca, la devoción y la alegría en sus letras y coreografías.
Te proponemos una ruta por la provincia de Jaén para descubrir la historia de la jota en Jaén, su origen, variantes y los pueblos donde se sigue cantando y bailando con guitarras, laúdes, acordeones y letras llenas de picaresca, amor y devoción.
Navas de San Juan: mayos y jotas con esencia pícara
En Navas de San Juan, la jota se manifiesta a través de los mayos o mayeras, cantos que surgieron con un carácter profano y evolucionaron hacia lo religioso. Se entonan en la víspera del 1º de mayo frente a la iglesia de San Juan Bautista, en honor a la Virgen de la Estrella y a los mozos y mozas de la localidad.
Con estructura idéntica a la jota, estas canciones se acompañaban tradicionalmente de bandurria, guitarra y acordeón, sumándose con el tiempo otros instrumentos e incluso la banda de música. Las letras, siempre con un toque de picardía, se diversificaron hacia temas amorosos y cotidianos.
Pozo Alcón: la jotilla serrana
En Pozo Alcón se conserva la jotilla serrana, una variante que mantiene el espíritu del folclore de la Sierra de Cazorla. Existen distintas versiones documentadas, pero todas conservan un aire popular alegre.
La Puerta de Segura: fandango del chirichipe y jota
La tradición musical de La Puerta de Segura es rica y diversa. Su mayor exponente es la malagueña serrana, conocida también como ‘fandango del chirichipe’. Estas coplas se acompañan con guitarra, acordeón y platillos. Junto a él, también se conserva la jota, interpretada en fiestas y celebraciones locales.
Quesada: jotilla de raíces árabes
La jotilla de Quesada tiene influencias árabes en su estilo musical. Es cantada y bailada en todas sus aldeas. En su acompañamiento tradicional se utilizan instrumentos de cuerda y, antiguamente, también el acordeón.
Un rasgo distintivo es su interpretación coral: varias mujeres cantan al unísono o alternando por turnos, mientras se baila la canción de una manera muy peculiar que merece la pena ver.
Iznatoraf: pitos y ritmo en su jota
En Iznatoraf, la jota se acompaña con guitarra, laúdes y acordeón. Un elemento singular son los pitos hechos con los dedos, que marcan el compás de una de las danzas más populares del municipio de la Sierra de Las Villas.
Segura de la Sierra: sarcasmo y ritmo en la jota segureña
La jota segureña es la danza más importante de Segura de la Sierra. Con cambios de ritmo en su interpretación y letras cargadas de sarcasmo, se puede bailar tanto sola como combinada con seguidillas, que se interpretaban en celebraciones como la Cruz de Mayo o la romería de San Vicente, pero también en bodas y al final de la campaña de la aceituna, una celebración que en Jaén responde al nombre propio de “el remate”.
Siles: letras picarescas y faenas cotidianas
El folclore de Siles (también en la Sierra de Segura) es variado, con malagueñas serranas, fandangos robaos, pasodobles y mazurcas. Sin embargo, la jota serrana es su género destacado. Sus letras, llenas de picardía, abordan temas tan amplios que van desde los amoríos a las tareas diarias, pasando por el carnaval y temas religiosos.
Sorihuela del Guadalimar: jotilla alegre y romera
En Sorihuela del Guadalimar, la jotilla se canta y baila en diversas festividades: final de la campaña de aceituna, en la matanza (todo un ritual) y la Navidad. Sin embargo, cuando más suenan en el pueblo es durante la romería de Santa Quiteria, donde los jóvenes la bailan en filas o por parejas mientras suenan bandurria, guitarra, cañas rajadas y platillos.
Villanueva del Arzobispo: estribillos colectivos y seguidillas
En Villanueva del Arzobispo, la jota jaenera tiene una estructura muy particular: se trata de coplas cantadas por un solista y con estribillos coreados por todos los participantes.
Esta canto popular se interpretaba en fiestas como San Miguel, la Fiesta de los Pitos, el 3 de mayo, San Isidro Labrador y celebraciones en Gútar y Barranco de la Montesina. Además, las seguidillas forman parte del folclore villanovense, bailadas únicamente con música instrumental.
Los Villares: jotas en bodas, fiestas y velatorios
En Los Villares, la jota se asocia a las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario. Las curiosas coplas de ‘auroros’, que eran entonadas por la cofradía con guitarras, clarinete y campanillas, acompañaban la petición de limosna a los vecinos.
La jota, con participación improvisada de cantores, se escuchaba en fiestas, bodas y, curiosamente, en velatorios de niños, donde después se realizaba un “bailecico” en la plaza. El cancionero villariego también incluye melenchones y canciones de corro.
Villarrodrigo: saludo serrano y compás de platillos
En Villarrodrigo, la jota serrana se baila en grupos, con hombres y mujeres marcando el paso mediante el tradicional ‘saludo serrano’. Los platillos, junto a las guitarras, ayudan a mantener el compás, mientras el cantaor entra a voluntad, sin ceñirse a una estructura precisa.
Si todavía pensabas que la jota era algo solo de la mitad norte de España, con esta ruta por el folclore de los pueblos de sierra en Jaén queda constatado que este género musical no solo continúa vivo en, al menos, media docena de sitios, sino que conocer sus orígenes es todo un ejercicio de antropología que, ya seas o no de Jaén, merece la pena hacer, especialmente en efemérides como el Día Mundial del Folclore.
También te puede interesar
contenido ofrecido por editorial círculo rojo