Análisis

Andrea Pezzini

Celebración con un balance positivo

El vigésimo aniversario de la declaración de patrimonio de humanidad de Úbeda y Baeza sube la apuesta empresarial y el compromiso institucional con unas ciudades con mucho potencial

Un artesano del esparto, en su taller.

Un artesano del esparto, en su taller.

Úbeda y Baeza, celebran en este 2023 el vigésimo aniversario de su declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco. El balance solo puede ser positivo. Es evidente el desarrollo y la apuesta empresarial en el ámbito turístico, cultural y patrimonial que la declaración ha generado, además de un claro compromiso institucional. Los centros históricos de ambas ciudades se han llenado de establecimientos con un claro enfoque turístico, las actividades culturales a lo largo de todo el año se han multiplicado, son cada vez más los espacios monumentales abiertos para ser visitados, gestionados por entidades públicas o empresas privadas. Las empresas y ofertas de servicios turísticos también han ido aumentando. El posicionamiento de ambas ciudades a la hora de organizar o acoger eventos tales como festivales, congresos, encuentros empresariales, cursos, jornadas varias, se hace patente al disponer de espacios adecuados, aunque insuficientes a veces, para tal fin. Eso implica incrementar la estancia media y favorecer la desestacionalización, siendo este el mayor reto para el futuro del sector. Todo ello ha significado un importante crecimiento de empleos en el ámbito turístico, pero también en términos de orgullo identitario y desarrollo que se extiende a toda la provincia. Razón esta, absolutamente necesaria en estos tiempos en los que se nos inunda de noticias negativas en comparación a otros territorios en cuanto a carencias de infraestructuras de comunicación ferroviaria y de carreteras, de conexiones energéticas y telefónicas entre otras. Con la mirada puesta en el futuro más inmediato veo claras posibilidades de crecimiento y también necesidades imperiosas en cuanto a servicios públicos (aparcamientos, aseos, …) pero me parece fundamental prestar mucha atención a los riesgos. Al margen de hechos imprevisibles y que no están en nuestras manos, véase conflictos bélicos o pandemias como la recién vivida Covid, hay otros aspectos que dependen de nosotros, los empresarios y , sobre todo ,de lo institucional. Un capítulo aparte merecería el concepto “free tours” y la dudosa calidad de los servicios que se prestan, además de la propia dignidad de los profesionales y la continuidad de las empresas. Excluyendo algunos momentos muy puntuales a lo largo del año, la sobreoferta de alojamientos extra hoteleros y mal regulados pone en riesgo el crecimiento responsable de nuestro destino y puede provocar la gentrificación de los centros históricos de Úbeda y Baeza. Vemos como en otras ciudades el fenómeno ya es incontrolable, pues no cometamos los mismos errores. Estamos a tiempo con normas claras y valentía política.

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