Dignidad y futuro

Es el reportaje de todos los septiembres. Un clásico: la vuelta al cole. Como cada año, los medios hacen balance de lo que cuesta llevar a una criatura a un centro educativo, con sus testimonios en primera persona y demás.

Como previa, ya sabemos que el Ayuntamiento de la capital ha destinado medio millón de euros a obras de mantenimiento en 19 colegios de Jaén, trabajos que esperemos no coincidan con las clases, si no es mucho pedir.

Mientras tanto, los estudios, pero los universitarios, se preparan para arrancar con el ambiente más que caldeado. En el calendario, la manifestación de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA, el día 8 de octubre, en protesta por el rechazo del Ejecutivo andaluz a la implantación del Grado en Ingeniería Biomédica.

El Consejo de Universidades tiene la “penúltima palabra” y hará pública su decisión esta semana. Pero, claramente, el daño ya está hecho, como subrayó hace poco el rector, Nicolás Ruiz. No se puede dar un “no” a destiempo, cuando se está cruzando el río, y quien tenga dinero que se compre una balsa y se salve y el que no, que se ahogue. Había muchos estudiantes que apostaron por cursar ese grado en Jaén y después se quedaron colgados.

El sueño del jiennense Antonio Pascual, la Universidad de Jaén, se hizo realidad allá por el año 1993, junto con las de Huelva y Almería. Ahora es ya una institución solvente, a la que se puede enviar a estudiar a tus hijos con confianza en que saldrán personas de provecho.

No dejemos que le quiten eso a Jaén, que la dejen morir de inanición, con estrecheces presupuestarias premeditadas, recurrentes problemas de financiación desde 2022, hasta que un día desaparezca. Ya pasó a la historia la de Baeza, en su día, así que no sería la primera vez.

“Justicia, dignidad y futuro para la UJA”. Ese será uno de los eslóganes de la manifestación, que resume el sentido de la protesta en solo tres palabras. Todo dicho, señorías.