Gardel cada día canta mejor

Hoy se cumplen 90 años de la muerte de Gardel. Como cada 24 de junio, pero este año con más fuerza, Buenos Aires celebra la semana gardeliana. El acto central, con el título 90 años no es nada, tendrá lugar hoy en el Centro Cultural 25 de Mayo, un espléndido cine y teatro –tan lujoso que le llamaron “el petit Colón”– inaugurado en Villa Urquiza en 1929. En su escenario Gardel cantó por última vez ante el público porteño en sus actuaciones de entre junio y septiembre de 1933. El cartel anunciador decía: “Concurra el sábado 9 (noche) y el domingo 10 (vermouth y noche) al Cine Teatro 25 de Mayo. Carlos Gardel acompañado de sus guitarristas Pettorossi, Barbieri, Riverol y Vivas. Carlitos Gardel se despedirá del público de Villa Urquiza antes de su partida para Hollywood y Europa”.

Efectivamente, el 7 de noviembre de 1933 partió de Buenos Aires en barco para hacer una larga gira por Europa y Estados Unidos, a cuyo término emprendió otra larga gira latinoamericana que se truncó trágicamente el 24 de junio de 1935 cuando el trimotor Ford en el que viajaba junto a sus músicos chocó con otro avión en el aeródromo Las Playas de Medellín. Un día antes había actuado en la emisora La Voz de la Víctor ante una audiencia inmensa que abarrotó el estudio y la calle, en la que se habían instalado altavoces.

Una anécdota escalofriante une a los dos gigantes del tango: en Nueva York, Gardel conoció a Astor Piazzola, hijo de un inmigrante argentino, que entonces tenía 14 años. El desparpajo del niño, que le llamaba Carlitos, y su habilidad con el bandoneón hicieron que Gardel lo incluyera en su película El día que me quieras y le invitara a unirse a sus músicos para la gira latinoamericana. Afortunadamente el padre se opuso y así Piazzola se salvó del trágico accidente de Medellín.

Empezó a cantar como aficionado hacia 1900, grabó sus primeros discos en 1912, debutó como profesional de prestigio en 1914 en el cabaret Armenonville de Buenos Aires, grabó su primer tango –Mi noche triste– en 1917, consagrando el tango canción… Más de un siglo después sigue vivo porque suena su voz. Borges, que lo detestaba y amaba a la vez, escribió: “Buenos Aires se siente confesada y reflejada en esa voz de un muerto. Días pasados oí decir: ¡Ese Gardel! Cada día canta mejor”.