Juana González
Perdidos
Son días de recogimiento, la temperatura da pie a cierto rigor espartano, bien lo sabe el presidente y líder absoluto del socialismo patrio que en asfixiante semana optó por otra llamada al interior, por el silencio, bajo palio, aunque sin necesidad, de momento, de retiro espiritual. Aguardando al fresco, bajo los soportales de La Moncloa. Vuelve el Último de la fila, pero no creemos que el Pedro Sánchez más “indie”, haya hecho apostolado de aquella letra: “Si lo que vas a decir, no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir”.
Un “mutis por el foro” parcial, decimos, silente en primera persona y dejando a la tropa dejarse jirones de piel en la batalla por la opinión pública. Pero desmadejados, sin respuestas coherentes que deshagan las patrañas de una fontanera chapucera que, supuestamente, pasaba por allí y ha dejado en el partido enormes vías de agua. El viacrucis socialista sacrifica peones sin jugada maestra a la vista, sin ejemplos gallardos y con un coro de plañideras nada convincente.
En todos los pasajes, nada estimulantes, una figura nuclear (queda por ver si radiactiva) como la de Santos Cerdán que habrá prestado incontables servicios a la causa, pero que en su debe pesa la carrera meteórica de Koldos y Leires. Otra vez la meritocracia de los partidos, esa fuente inagotable para el desapego político. Perfiles que en cualquier empresa no pasarían el corte o quedarían en el primer escalafón, pero que en contacto con lo público se convierten en titanes de la nada, gestores de primera de cualquier cosa, directores generales de su carrera, sin saber hacer la o con un canuto...
La reacción orgánica es tan tibia que tiene a la militancia mirando esta vez sí, hacia dentro, en concreto, a la calle Ferraz. Pero partido y gobierno comparten la misma espina dorsal y así no hay discrepancia orgánica que ponga en duda los desmanes de la camarilla. No hay hidra de dos cabezas. Barones y baronesas son equipo sincronizado a la coreografía, con “manu militari”, del presidente y no hacía falta que determinados audios lo certificaran. Solo el verso suelto y cada vez más “empoderado” de Page conecta con esa parte del electorado socialista que clama ante esta descomposición en directo. Esa también es una parte del PSOE, más allá del denostado yayo González.
Las personas, incluida la enorme figura de Pedro Sánchez, pasarán y debería quedar algo más que el solar de un partido fundamental en la historia de España y actor principal de buena parte de las conquistas sociales que nos adornan. La capacidad de la tan manida resiliencia del presidente está escrita, pero quedan por comprobar las pruebas de fuerza que soporta hoy un partido sin contestación interna.
Cantaba el Último, “¿dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?”. Y en la misma letra de Insurrección, “pequeñas tretas para continuar en la brecha” y, ruego me perdonen por alargar la cita, pero justifica el titular: “Me siento hoy como un halcón herido por las flechas de la incertidumbre”. Llamémosle incertidumbre.
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