Jamones robados

“Difíciles de vender/difíciles de falsificar/difíciles de apreciar/difíciles de colocar”. Cantado a coro, es parte del estribillo de un tema de No me pises que llevo chanclas del álbum Rock con tomate con el que Pepe Begines volvió a demostrar no ya sólo que un visionario, sino que su repertorio cantaba realidades que distan mucho de lo comercial.

En lo cotidiano se puede encontrar la inspiración y esta canción es prueba de ello aunque sólo imaginarlo ya supone exprimir al máximo un supuesto como es un robo de jamones a gran escala.

Justo lo que pasó en Jaén a mitad de noviembre cuando nuestra ciudad estaba empezando a disparar los titulares en la información de sucesos por un individuo que andaba suelto rompiendo escaparates como el de la tienda de la cofradía de El Abuelo -cosa que en Jaén a nadie se le ocurre- incrementando ligeramente el índice de robo con fuerza en las cosas durante un mes.

En otro tiempo estos hechos darían para que Jaén saliera permanentemente en la primera parte del recordado programa Gente de TVE, que dedicaba la mitad de su contenido a la tragedia, el suceso, lo insólito y lo paranormal.

Sobre robo de jamones en Jaén existe amplia jurisprudencia al respecto. Nuestros tribunales han conocido en más de una ocasión sobre estos hechos. Pero hacerlo empotrando un todoterreno y llevarse de una tacada casi cuarenta jamones es algo que sólo podíamos imaginarlo oyendo a Los Chanclas.

Porque cuarenta jamones vienen a ser unos veinte cochinos. Una cochinera entera con toda su sinfonía de gruñidos a pleno rendimiento.

Con una navidad a las puertas, inmersos en una peste porcina que ha hecho desplegar a la UME para afanarse con los cochinos y un apocalipsis charcutera sin precedentes, no nos extrañemos si los individuos que perpetraron el robo en el Bulevar no maldigan su suerte cuando ni en el mercado negro encuentren una salida a tantísimo jamón robado de dudosa e ilegítima procedencia.