La magna y borrar a Jaén del mapa

Llegó Montero a Jaén con manduca de la buena y, además, disfrutona con los frentes abiertos del “Genovés” en la Junta de Andalucía, la mala salud sigue dando berrinches. Así, rumbosa, magnánima, hizo un repaso por todos los puntos de interés de nuestra singular agenda de fe. Jugaba en casa, en la Diputación Provincial y, además, venía con los fondos europeos asignados debajo del brazo. Doble subidón. Faltaba cortar la calle y lanzarle pétalos de rosa a su paso, no era para menos. Su mensaje de paz financiera llegaba a todas las parroquias. Esa Europa tildada tantas veces de inoperante repartiendo pan para que provincias pecadoras cojan, de una vez, el paso europeo. Esta reserva es un territorio que sigue descompensado y que requiere atención preferente, esa es la dura realidad. Para la capital, el montante asignado es un “Redbull” financiero de primer orden, pero en otras ciudades revitalizará también proyectos en los que se trabaja desde hace tiempo. Sí, también se planifica y hay un trabajo técnico previo.

Sobran los motivos en este solar político patrio para que las dimisiones se sucedieran en cascada, pero sin listón ético, aferrados a los respectivos feligreses, nuestros líderes errantes pretenden ganar batallas después de muertos y eso, en teoría, sólo lo hizo el Cid.

En Andalucía, la crisis por las dilaciones en el cribado del cáncer de mama debería llevar aparejada una dimisión a la altura del despropósito. Tampoco es de recibo la displicencia con la que se tratan asuntos de este calado, como si fueran la mosca inoportuna en la mesa. El patrón se repite: se deslegitima la fuente, se politiza en el peor sentido para enturbiar el debate.

De nada sirve incrementar el presupuesto, que se hagan más mamografías que nunca si, al final, falta lo más importante de la ecuación: médicos y organización. No se puede confiar, la administración nos exige fiscalizar sus pasos para que se nos atienda en tiempo y forma. En esas estamos.

La polémica política de la semana viene de la vecina Granada, donde el presidente de la Diputación (PP) tuvo a bien arañar unos cuantos titulares con aquello de borrar del título del aeropuerto el nombre de Jaén. No se preocupe, Francis Rodríguez, en la tarea de borrar del mapa a Jaén se aplican, con rigor de oposiciones de notario, los sucesivos gobiernos padecidos a diestra y siniestra. Trabajaron con ahínco con el tren y ahí está el brillante resultado. La “migaja” del nombre en el aeropuerto, según Jaén Merece Más, o el detallito para figurar, si se prefiere, dependen del Ministerio de Transportes, dijo Montero. Preparemos, pues, otra explosión de devoción y júbilo en las calles para agradecer a nuestros santos líderes que no nos borren del mapa. Palmas y vítores que aquí celebramos las derrotas como nadie.