El peor enemigo de Israel

La ciudad y los días

28 de julio 2025 - 03:12

Escribo con dolor por los gazatíes inocentes, sobre todo los niños. Y por Israel. Hamas dio el golpe perfecto en el momento perfecto. Las sádicas atrocidades del ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 estaban planeadas a la medida de Netanyahu. Autorizaban una dura reacción de defensa que la comunidad internacional, salvo los antisemitas tradicionales de derechas y los de izquierda enmascarados como anti yanki-sionistas, comprendería. Pero Hamas sabía que Netanyahu aprovecharía el horror, el miedo y la cólera suscitados por las atrocidades (que hoy se han olvidado ante la tragedia de Gaza: otra victoria de los terroristas) para huir de los escándalos de corrupción que le acosan y reforzar su proyecto de poder personal.

La muerte de miles de civiles gazatíes, tantos de ellos niños, la crisis humanitaria y la hambruna le importan tan poco como a los terroristas de Hamas. Pero a ellos les beneficia y a Israel lo hunde. Y le importan tan poco como el futuro de Israel. Netanyahu es el peor enemigo de Israel desde su fundación. Él y su Gobierno han provocado la más generalizada campaña internacional contra Israel, han reforzado los falaces argumentos de los antisemitas tradicionales o modernos, han fracasado en sus objetivos militares demostrando una ineficacia que va del fallo de seguridad que hizo posible el ataque terrorista a que aún haya secuestrados no liberados o que las acciones militares se cobren un número tan bárbaramente alto de víctimas civiles que justifica acusar a Israel de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad por ensañarse con la población civil más allá de los objetivos militares.

Luchar contra terroristas emboscados entre la población civil es extremadamente difícil. Pero ello no justifica ni los bombardeos indiscriminados ni el bloqueo de la ayuda humanitaria. Lo que están haciendo Netanyahu y su gobierno vulnera no solo la legislación internacional, también lo que representa políticamente Israel y religiosa y culturalmente el judaísmo. Lean El precio que pagamos (Debate, 2024) del gran escritor israelí David Grossman, incansable defensor de la paz y feroz crítico de Netanyahu, si quieren un testimonio del daño que, además de a los gazatíes, tan siniestro y corrupto personaje ha hecho y hace a Israel.

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