La tenaza

16 de julio 2025 - 03:09

La ministra de Hacienda, y vicepresidenta del Gobierno de España, doña María Jesús Montero, no encontró tiempo el lunes para acudir al acuerdo de cesión del IRPF a la administración catalana. Un acuerdo de radical importancia, no solo porque privilegia fiscalmente a una región próspera como Cataluña; sino porque impide a las regiones perjudicadas arbitrar una política fiscal que compense esta desigualdad de inicio. Digamos que nuestro Gobierno de progreso, junto a sus socios no menos progresistas, acaba de formalizar una política de la tenaza cuya virtud, de extrema sencillez, es la de perpetuar y aumentar las desigualdades territoriales. ¿A esto se refiere el eslogan de la candidata Montero a la Junta de Andalucía: El cambio en marcha? Qué cambio tan prometedor, señora vicepresidenta.

Citando a don Nicolás Redondo Terreros, hoy obligado príncipe de la fachosfera, el lunes escribía en The Objetive: “No es propio de un socialdemócrata occidental quebrar el principio de igualdad, hacer una España de dos velocidades o condenar a unos españoles para favorecer a otros”. Asunto que pudiera llevar a preguntarnos si hay algún socialdemócrata occidental en el Gobierno (no es necesario que respondan ahora). Sin embargo, para el caso particular que nos ocupa, bastará con recordar aquello que la Constitución exige a los poderes públicos, cuando habla de promover “una distribución de la renta regional y personal más equitativa” (artículo 40). ¿Qué entenderá el Gobierno por “distribución” y “equitativa”? Y sobre todo, ¿qué entenderá el Gobierno por poderes públicos? Dado el irrefutable agravio a la España no santificada por el nacionalismo (esto es, a la mayoría de los españoles), es fácil concluir que en el acuerdo firmado entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña no concurrió, en modo alguno, el interés público; y sí el muy particular interés del Consejo de Ministros por permanecer, a todo trance, en el cargo.

Se atribuye a Castelao, notable escritor y dibujante gallego –y político galleguista en el exilio–, una frase, hoy vuelta a la actualidad de gallegos y resto de españoles de segunda línea: “Mean por nós e temos que dicir que chove”. Lo cual, traducido al castelán de Andalucía la Baja, viene a decir que aquí no llueve, señora ministra. Es otra cosa.

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