Viva Franco (Battiato)
Javier González-Cotta
Osborne, el articulista quieto
Noelia Núñez sigue diciendo que no tuvo intención de engañar a nadie con los datos sobre sus estudios. Nada más conocerse la noticia de que NO era graduada ni licenciada en ninguna universidad –solo había estudiado asignaturas de varias carreras–, le faltó tiempo para hablar con Isabel Díaz Ayuso, su mentora política, y con Alberto Núñez Feijóo, que la había apoyado en una carrera que la llevó a la dirección del PP en apenas dos años. Presentó su dimisión alegando que lo hacía por el bien del partido.
El PSOE ni siquiera recogió velas cuando comprobó que Núñez había tomado la determinación de dimitir; en esas tres o cuatro horas, hubo declaraciones de dirigentes socialistas que exigían a Noelia Núñez lo que ninguno de quienes hacían esas declaraciones habían exigido a destacados miembros de su partido que, como Núñez, se presentaban como licenciados o graduados cuando no habían concluido sus carreras y no contaban con la titulación correspondiente. Empezando por Patxi López, y siguiendo por Óscar Puente, pasando por la presidenta del PSOE Cristina Narbona, que presume de un doctorado italiano sin tenerlo. La lista es larga, una veintena de destacados miembros del PSOE han hinchado sus titulaciones, aunque el que se lleva la palma es el propio Pedro Sánchez, con una tesis doctoral que redactaron destacados economistas y colaboradores de su partido sin que la Universidad Camilo José Cela ordenara una investigación a pesar de los muchos datos publicados sobre cómo se elaboró aquella tesis.
Cuánto mejor llamar a las puertas de la política a cara descubierta... Como hizo José Luis Corcuera, que con la cabeza muy alta se presentó como electricista con experiencia sindical. Y no fue peor ministro que otros que llegan con títulos y doctorados que no siempre sirven para dar la talla en un oficio en el que el déficit de títulos se puede suplir perfectamente con un equipo de expertos.
La reacción de Noelia Núñez ha recibido un apoyo muy significativo. Por una simple razón: estamos en manos de un Gobierno, de un partido, en el que la corrupción moral se ha convertido en habitual. Con un presidente que tiene el valor de decir en una gira por Latinoamérica, que la corrupción en España se acabó en 2018. Primer presidente con su mujer, su hermano, dos secretarios de organización y el fiscal general, imputados por presunta corrupción. Lo que hay que oír…
También te puede interesar
Viva Franco (Battiato)
Javier González-Cotta
Osborne, el articulista quieto
La ciudad y los días
Carlos Colón
Suspiros de Sánchez
Las dos orillas
José Joaquín León
Montserrat en Montserrat
Confabulario
Manuel Gregorio González
Narcisismo y política
Lo último