ENTREVISTA

Nativel Preciado: "Lo malo de envejecer es pensar que te queda menos tiempo para vivir"

Nativel Preciado junto a su libro 'Palabras para Olivia'.

Nativel Preciado junto a su libro 'Palabras para Olivia'.

Nativel Preciado (1948) es periodista, novelista y analista política. Fue cronista parlamentaria en la Transición y durante cuatro décadas ha trabajado en los principales medios de prensa, radio y televisión. Toda su vida la ha dedicado a escribir, desde pequeña lleva con ella, como un tesoro, una pluma y una libreta dónde cada día deja anotaciones. Su trayectoria está colmada de numerosas distinciones por su trabajo periodístico, entre otras, el Premio Francisco Cerecedo, el Víctor de la Serna o la Pluma de Plata. Con motivo de la celebración del Día del Libro en Jaén, la escritora ofrecerá mañana, 3 de mayo, una conferencia sobre su reciente libro 'Palabras para Olivia' en un desayuno-coloquio con Jaén Hoy. El acto será presentado por el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, en el Hotel Condestable Iranzo a las 9:30 horas, dónde después procederá a la firma de libros.  

¿Cuál es el germen de ‘Palabras para Olivia’?

Pues el germen de esta novela surgió por un incidente que tuve, estuve cuidando de mi hermano que estaba enfermo y cuando hablábamos de nuestra vida en común, de la época que éramos niños, empezamos a recordar historias, las sensaciones que teníamos, los amigos que hicimos, las primeras cosas que aprendimos, hablábamos de los paisajes, de la música. De tantas emociones que nos calmaron mucho, que nos ayudaron a superar la situación y a vivir de un modo mejor aquella historia un poco dramática, que pensé que sería bueno escribirlo, entre otras cosas, para recordarlo, para poder asimilarlo bien y dejé de hacer lo que estaba haciendo previamente, que era otra novela. Me puse a escribir esta, a la que tuve que llenar de contenido, porque los protagonistas de esta novela son los paisajes, los animales, los recuerdos, las emociones, pero de ahí surgió la idea de que la protagonista fuera como yo en ese momento, una escritora que en teoría, en la novela está en crisis creativa y no sabe escribir una. Piensa que no va a poder hacerlo y contrata a un joven que es un ‘negro literario’, un escritor fantasma, para que le ayude a escribirla. Nada es lo que parece en la novela. En principio el lector puede pensar que va por unos derroteros, pero termina llevándose muchas sorpresas como me llevé yo misma con esta novela.

O sea que es una especie de terapia para usted también, ¿no?

Pues sin duda es una manera de afrontar situaciones, de aclarar ideas, de fijar sentimientos, aprendizajes, de que te sirva lo que has sentido para recordarlo y para que forme parte de ti. En ese sentido, escribir para mí siempre ha tenido ese valor curativo, de terapia o de aprendizajes. No lo digo yo sola, pero es verdad, cuando eres capaz de terminar un proyecto de este tipo y quieres expresarlo de algún modo, pues cuando llegas al final, te sirve para algo y he conseguido aclarar determinadas cosas de mi vida.

¿Ha tenido usted alguna crisis creativa, igual que Olivia?

Cada vez que empiezo algo tengo una crisis creativa como casi todo el mundo que hace algún tipo de creación. Bien sea escribir, pintar, hacer cine, plantar, hacer injertos con rosas. La creación puede ser un proyecto educativo, puede ser la formación de un colegio, de una idea. La creación abarca muchísimas cosas, no solamente el arte y la cultura, que es lo que entendemos como creación, sino muchas otras. Yo creo que cualquier persona que se enfrenta a hacer algo, a cumplir un proyecto, un sueño o tratar de crear algo con lo que está pensando pues dice seré capaz, podré hacerlo y siempre tienes las dudas, de si serás capaz de hacer algo que te merezca la pena por lo menos a ti.

Entonces elige Boñar como parte del escenario dónde trascurre la historia por su infancia

Boñar es el lugar dónde yo sentí todas esas cosas por primera vez, era un lugar donde pasaba los veranos cuando era niña, con mi familia, con mi hermano concretamente. Me di cuenta que volviendo a ese lugar y hablando de aquellas cosas que compartimos y que vivimos de una manera tan intensa. Cómo es posible que la recordásemos con tanta nitidez y dieran tanto sentido a las cosas que después han pasado en nuestra vida. Creo que lo que aprendes por primera vez y lo que se te queda grabado en esa época tan breve, que es la infancia es como el germen de lo que te va guiando en la vida de algún modo. Y al cabo del tiempo, aunque te olvides de eso, vuelves y dices, ahora entiendo por qué me impresionaba tanto determinados paisajes, o una frase que te dijo tu padre o tu madre cuando te enseñó por primera vez a leer o la primera vez que aprendiste a montar en bicicleta y nunca lo olvidaste. Se te queda grabado de una manera tan indeleble que yo cuando volví a Boñar para documentarme por la novela y ver cómo era. Era impresionante porque con gente que conocí me preguntaba por historias de ese momento y tenía la absoluta lucidez de acordarme de nombres, de momentos. Es curioso que se te graba de una manera profunda y no es porque yo afortunadamente tengo muy buena memoria de momento, no es porque cuando eres mayor te acuerdas de lo lejano y no de lo cercano. No es una cuestión nostálgica, es una cuestión mucho más profunda de aprendizaje, es tu capital, de que eso es lo que te engancha la vida y lo que después de dar toda la vuelta al mundo, vuelves ahí para entender determinadas cosas de tu vida. Es como un viaje a lo más importante de tu vida.

¿Ha aprendido algo de su vida al volver a Boñar?

He aprendido por qué tenía esa obsesión por la letra impresa porque allí en esos veranos aprendí muchas cosas, aprendí porque me gustaba tomar nota de todo lo que hacía, porque tenía un pequeño diario, porque ponía cuando tenía algún problema las cosas positivas en un lado y las cosas negativas en otro, es decir, porque tenía ese afán por entender mi pequeño mundo a través de la escritura, entendí porque esa relación con los animales o con la naturaleza. En esa época vivía en plena naturaleza, estaba en contacto con los cerdos, con los caballos. Los animales formaban parte de la vida cotidiana y la naturaleza también. Entonces, el germen es ese y no se llamaba a nadie ni medioambientalista, ni ecologista, pero se vivía muy de acuerdo con el entorno. Aprendí sobre los afectos, porque quiero tanto a determinadas personas, cómo fue mi formación emocional. He aprendido el origen de por qué muchas de las cosas que conservo a estas alturas de mi vida, el germen estaba en ese aprendizaje infantil que se te queda grabado.

¿Desde muy pequeña ya escribía en su libreta?

Sí, he tenido siempre mucha afición a la letra impresa, como digo, más que a otros medios, por supuesto. Yo soy más de escribir que de hablar en la radio o de aparecer en la televisión como aparezco, aunque llevo mucho tiempo haciéndolo. Esos son otros medios de los que no puedes prescindir para estar en la vida actual, pero para mí la letra impresa ha sido fundamental toda mi vida. Yo escribo todavía cosas a mano y tengo siempre una pluma en la mano y un papel, y me gusta. De hecho todos los días de mi vida, escribo algo, o bien para contar historias reales como he contado en los medios de comunicación durante 50 años, o bien para contar historias ficticias o inventadas.

Hay una frase en el libro que dice: 'Publicar significa poca cosa, en ocasiones nada' ¿Cree usted lo mismo?

Sí. Hablando con profesionales del mundo editorial te dicen que la literatura es una parte muy pequeña del mundo editorial, es decir, hay muchas otras cosas del mundo editorial, hay libros de cocina, de autoayuda, historias de famosos… Hay muchísimas cosas que no tienen nada que ver con la literatura. Entonces, que un escritor se empeñe por encima de todo en publicar, a veces es un afán muy complejo porque se dedica muy poco espacio al mundo literario y es muy estricta la selección. Entonces tienen este escritor joven, que es Teo del Valle, con la mala suerte de que no le publican sus novelas. La novela es un homenaje a las personas o a los jóvenes que tiran la toalla cuando no deberían hacerlo porque yo trato de convencerles, siempre les digo que si son capaces de escribir bien como escriben muchos, pero no han tenido la suerte de tener éxito con lo que hacen, que sigan escribiendo porque la literatura es un fin en sí mismo y eso lo explico con mucha nitidez cuando doy charlas. El proceso literario te produce tantas satisfacciones que merece la pena, si sabes escribir y quieres escribir y tienes esa vocación, merece la pena que te ganes la vida de otra manera y sigas escribiendo aunque no puedas ganarte la vida con la escritura. Yo he pagado las facturas, las hipotecas, los colegios de los niños, todo lo que necesitaba para vivir cotidianamente con el periodismo. Y por eso he tenido la suerte de escribir lo que me ha dado la gana toda la vida, sin seguir modas literarias, sin seguir encargos literarios, he hecho lo que he querido y cada libro ha tenido un valor muy personal. 

Este libro está repleto de casi 40 canciones. ¿Por qué elige tantas? 

Porque uno de los recuerdos esenciales de aquellos años es la música. Por lo menos en mi vida hay una banda sonora que me acompaña a lo largo de toda mi vida. Y en esa época pues más aún porque hay una figura, un protagonista que es un locutor noche. Lo cuento además al final, que me recuerda a un gran personaje que se llamaba Ángel Álvarez, que tenía un programa que se llamaba Vuelo 605 y Caravana y traía la mejor música, la más actual del mundo. Nos la traía a su programa porque era radio-telegrafista. Iba en un avión y volaba mucho a Nueva York y a California y nos la traía a través del programa de radio donde escuchábamos la mejor música del mundo. Esa banda sonora se me quedó muy grabada.

¿Alguna vez se ha planteado dejar de escribir como Teo del Valle o incluso relegar en otro como Olivia?

Yo creo que no, a estas alturas de mi vida, la verdad es que no he pensado mucho en cambiar de planes. Creo que ya no voy a dejar de escribir mientras pueda. Si lo llevo haciendo desde hace 50 años, dudo mucho que de repente diga pues voy a hacer otra cosa. Si lo dejo es por necesidad física o porque me obliguen físicamente, porque no pueda hacerlo, pero mientras pueda me ratifico en que es un fin en sí mismo y a mí me ha dado muchas satisfacciones escribir.

¿Hay más escritores fantasmas ahora que antes?

No, escritores fantasmas han existido toda la vida, cuento en la novela algunos casos, hablo de Dumas, hablo de más recientes como Paul Auster, que lo fue en sus inicios, pero cuando yo terminé de escribir la novela hace un año aproximadamente y me di cuenta de que el escritor fantasma que es una figura que sigue existiendo, que está al borde de la desaparición porque ya tenemos el chat GPT y la inteligencia artificial que puede quitarle el trabajo a él y a muchos de nosotros, pero ha tenido sentido durante mucho tiempo. Escritores que no firman lo que escriben, están los que escriben todos los discursos de los políticos, los que hacen las biografías de los famosos, la duquesa de Alba tenía un escritor fantasma o escritora. Aunque a partir de ahora no sabemos lo que va a pasar prácticamente con nada porque la inteligencia artificial va a poner patas arriba muchos oficios, muchas profesiones y muchas otras cosas de este mundo que conocemos hoy, quizás tan a corto plazo como un año, dos años, no más.

¿Y cuánto de usted hay en Olivia?

Hay mucho en Olivia de mí. Yo hago esto que hacemos los escritores con los personajes, que es un poco de alquimia. Desde luego Olivia físicamente no se parece absolutamente nada a mí, ni en su manera de ser, ni en su estética, ni en su biografía. Pero sí le he prestado, no sé cómo explicar, pues todos mis sentimientos, mi amor por la música, mi manera de enfrentarme a la literatura, es decir, que estoy muy desperdigada, no solamente por Olivia, sino por otros personajes que aparecen en la novela.

¿Qué significa para usted la muerte y el amor tan presentes durante todo el libro?

El amor es algo necesario y efímero y la muerte es a lo que nos tenemos que enfrentar. A medida que nos vamos haciendo mayores parece que queremos alejarla más. Hay dos formas de envejecer: De dentro a fuera y de fuera a dentro. Yo creo que es difícil envejecer, pero lo único malo de envejecer, si tienes salud, si no tienes salud, la cosa cambia. Pero si tienes salud como yo tengo, lo único que no quieres es pensar demasiado, porque es lo único malo que tiene, es que te queda menos tiempo para vivir. Has vivido mucho, lo cual es importante, toda la memoria y todos los recuerdos forman parte de tu capital, de lo que eres en la vida y eso es para mí importantísimo, pero claro te entra como una voracidad por detener el tiempo y por aprovecharlo. Creo que pocas veces he estado tan activa como estoy en estos momentos porque quiero aprovechar el tiempo que tengo, tengo mucho todavía que contar, mucho que escribir, muchos proyectos vitales. No sé si me va a dar algo si sigo trabajando a este ritmo. Además, mientras tienes proyectos, parece que alejas ese momento final de la muerte, porque dices, hasta que no termine esto, no puedo... Vamos, tengo que terminarlo.

¿Cuál es de todos esos proyectos que tiene el que más ganas le despierta?

Terminar la novela que había interrumpido para escribir esta. Va a ser menos ficción que esta, va a ser la herencia de mi vida y como el cuento de la lechera, de todo lo que proyecté y al final qué ha pasado con todo aquello.

Después de tantos años analizando la actualidad política, ¿qué opina usted del momento que vive España con el anuncio de Pedro Sánchez, su decisión y las reacciones?

Como no me gusta nada, pues pienso, me alejo de él todo lo que puedo, aunque en algún momento me tendré que enfrentar a él, pero como digo, me voy a tomar un tiempo de reflexión, porque me está impactando mucho todo lo que está sucediendo en España en este momento. Estoy analizando todo lo que se ha producido en mí con las reacciones que hemos vivido en los últimos días. No quiero precipitarme y no quiero hablar porque estoy desconcertada. Y cuando una está desconcertada es mejor que se piense bien. No he ido a ningún programa de momento. He tenido diversas sensaciones y como ha sido tan intenso, prefiero tomar una distancia. Espero que me lo permitan si se ha instalado esta modalidad de reflexionar públicamente, pues yo voy a reflexionar también. Que nos dejen reflexionar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios