El uso de biochar de pulpa de aceituna mejora la producción de tomates en invernadero, según un estudio de Tecnova y Carboliva

Agricultura

El grupo tratado con 60 % de estiércol y 40 % de biochar logró un 18 % más de rendimiento por metro cuadrado en términos de peso del tomate

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Tomateras de invernadero donde se ha realizado el ensayo.

Un ensayo llevado a cabo en el Centro Tecnológico Nacional de la Industria Auxiliar de la Agricultura, Fundación Tecnova, ha demostrado que el uso de biochar elaborado a partir de pulpa de aceituna mejora notablemente el rendimiento y la salud del cultivo de tomate en invernaderos. El estudio ha sido impulsado por Carboliva, empresa jiennense pionera en la producción de este tipo de enmienda orgánica a partir de subproductos del olivar.

La investigación, que se ha desarrollado durante 157 días en un invernadero de Almería, ha comparado el comportamiento de cinco grupos de plantas sometidos a diferentes tratamientos. Mientras el grupo de control no recibió ninguna enmienda, el resto fue tratado con distintas combinaciones de estiércol y biochar. En concreto, uno de los grupos se fertilizó solo con estiércol, otro solo con biochar, y los dos últimos con mezclas del 80%-20% y del 60%-40% de estiércol y biochar, respectivamente.

Los resultados del ensayo muestran una clara mejora del cultivo cuando se emplea biochar. El grupo tratado con 60 % de estiércol y 40 % de biochar logró un 18 % más de rendimiento por metro cuadrado en términos de peso del tomate, mientras que el tratamiento con solo biochar logró un aumento del 17 %. Además, este último grupo fue el que generó un mayor número de frutos, lo que evidencia una estimulación directa de la productividad del cultivo.

En cuanto a la calidad del suelo, los beneficios del biochar también fueron evidentes. Las plantas tratadas con este producto presentaron menores niveles de nitratos, sales, sodio, cationes y aniones en la solución del suelo, y una mejor retención de humedad, especialmente en las combinaciones con estiércol.

El director ejecutivo de Carbolivo, Álvaro Espuny, ha valorado positivamente estos hallazgos y ha señalado que este nuevo estudio confirma el potencial del biochar como herramienta para mejorar la nutrición vegetal y la estructura del suelo, sin dejar de lado su impacto medioambiental. “El biochar no solo mejora la producción, sino que también secuestra carbono, contribuyendo así a mitigar el cambio climático”, ha destacado.

Espuny ha recordado que ya en el marco del proyecto europeo Soil O-Live se demostró que el uso de biochar aumentaba la productividad del olivar entre un 7 % y un 24 %. Ahora, los resultados con tomate abren la puerta a su aplicación en otros cultivos típicos de invernaderos almerienses y murcianos.

Carboliva, con sede en Puente del Obispo (Baeza), es actualmente la única empresa en España que produce biochar a partir de la biomasa del olivar, incluyendo huesos y pulpa, lo que permite revalorizar los subproductos agrícolas del sector oleícola en beneficio tanto de los cultivos como del medio ambiente.

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