Tribunales

Confirman la condena al edil de Génave que amenazó con romperle los dientes a un vecino

Sede de la Audiencia Provincial de Jaén

Sede de la Audiencia Provincial de Jaén / Europa Press

La Audiencia Provincial de Jaén ha confirmado la condena a Francisco José Armijo, el concejal y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Génave que, hace un año, insultó y amenazó por teléfono a un vecino del municipio: “Eres un hijo de puta. Te voy a romper los dientes”, le dijo. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Villacarrillo ya le consideró en junio culpable de un delito leve de amenazas y le impuso una multa de 90 euros -3 euros por día durante un mes-. Armijo recurrió el fallo y, ahora, la jueza de la Sección Tercera de la Audiencia jiennense lo ha desestimado. La sentencia contra la mano derecha del alcalde socialista de Génave, Jaime Aguilera, es firme.

Tal y como ya informó Jaén Hoy, el hombre al que Armijo amenazó con privar de su dentadura mantenía en aquel momento una guerra legal contra el Ayuntamiento genavero. El vecino acusaba a la Administración local de no hacer nada para paralizar la actividad supuestamente ilegal y clandestina de una explotación ganadera que llevaba en marcha desde 2003. El alcalde -el aludido Aguilera- encargó al secretario general municipal un informe en el que se confirmaban las irregularidades, tras lo cual firmó una Resolución el 7 de febrero de 2023 en la que ordenó el cierre de la finca.

Al día siguiente, mientras el vecino estaba en la oficina de su gestor en Puente de Génave, Armijo, por entonces segundo teniente de alcalde de Génave y concejal de Festejos, lo llamó dos veces al teléfono: en la primera ocasión, le insultó y le recriminó que le hubiera hecho fotos a sus caballos; en la segunda -después de que el denunciante activara el manos libres para que el gestor lo escuchara todo-, le amenazó con romperle los dientes y le recordó el “asunto” que tenían pendiente entre ellos en torno a una explotación ganadera, según consta en la sentencia del Juzgado villacarrillense. El gestor, único testigo, confirmó esto último en la vista que se celebró el pasado 19 de junio.

El concejal reconoció haber hecho las dos llamadas, pero afirmó que no llegó a amenazar al vecino y que su insulto fue de una escala inferior al hijoputismo y se quedó en “sinvergüenza”. Sin embargo, ni el magistrado del Juzgado de Instrucción de Villacarrillo le creyó entonces ni la jueza de la Audiencia Provincial le ha creído ahora.

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