Juicio por el atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo: el acusado dice que no la vio "en ningún momento"

Manuel Q. S., acusado de homicidio imprudente por la Fiscalía y de asesinato por la familia de la víctima, cambia parte de su versión de los hechos y asegura que no recuerda haber dado marcha atrás con el coche

El atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo fue “evitable”: el coche la arrastró con un “desplazamiento forzado”

Una de las sesiones del juicio por el atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo.
Una de las sesiones del juicio por el atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo. / Europa Press

Manuel Q. S., el acusado por el atropello mortal de la reportera gráfica onubense Alicia Rodríguez en 2021 en Marmolejo, ha repetido este viernes en el juicio que acoge la Audiencia Provincial de Huelva la versión de los hechos que trasladó a la Guardia Civil hace cuatro años y medio, tras su detención como sospechoso. Después de pasar de fiesta con varios amigos la tarde del 11 de junio y parte de la madrugada siguiente, ambos fueron en el coche de él a mantener relaciones sexuales al olivar de su familia. Eran pareja desde hacía casi un año y se habían conocido en una red de contactos. Manuel se bajó a orinar en una caseta que tenían para los perros. Al salir, no vio "en ningún momento" a Alicia. El coche estaba vacío, arrancado y con la puerta del conductor abierta. "Cree" que también tenía las luces encendidas, pero no lo recuerda con exactitud. Movió el vehículo para esconderlo antes de buscar a Alicia. Pensaba que "estaba haciendo pipí" entre los olivos. En su momento dijo que no tenía claro si maniobró con el coche primero hacia atrás o hacia delante, aunque pensaba que fue hacia atrás. Este viernes ha cambiado esa parte de su testimonio y ha asegurado no recordar haber dado marcha atrás en ningún momento. Si lo comentó entonces fue porque "estaba sugestionado" por la Guardia Civil. Lo que sí ha vuelto a afirmar es que no notó ningún obstáculo durante su conducción más allá de "los típicos del terreno, ondulaciones y piedras", aunque "nada fuera de lo común". Escuchó un pitido de sensores, pero era el que alertaba de que la puerta estaba abierta. La música estaba puesta, aunque no muy alta. Luego salió a buscar a Alicia. Fue entonces cuando la oyó pidiendo ayuda debajo del vehículo. Manuel llamó al 112 con el móvil de ella porque, según ha dicho, no encontraba el suyo. Mientras pedía ayuda por teléfono, Alicia "se quejaba de la pierna". Cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil y los servicios sanitarios pasadas las cuatro de la madrugada, la reportera ya había fallecido. Tenía 36 años.

Manuel ha aceptado contestar las preguntas de su abogado, de la Fiscalía y de los miembros del tribunal, pero no las de la acusación particular ni las de las acusaciones populares. Con su interrogatorio se ha puesto el punto final a un juicio que comenzó el lunes, con la elección de los nueve componentes del jurado popular, y siguió el martes con numerosas declaraciones de expertos forenses, investigadores de la Guardia Civil y amigos de la víctima y, sobre todo, del acusado. En sus alegatos finales de este viernes, las partes se han reafirmado en sus conclusiones previas. La Fiscalía sigue pidiendo para Manuel un castigo de dos años de cárcel por un delito de homicidio imprudente, aunque ha elevado a cuatro años su solicitud de privación del permiso de conducir. En su escrito de calificación, consideraba que el tipo había atropellado a la víctima “sin ánimo de causar daños físicos”. La familia de la fallecida, personada como acusación particular, sigue reclamando que el acusado pase 28 años entre rejas por un delito de asesinato. El Ayuntamiento de Huelva y la Junta de Andalucía piden sendas penas de 25 años de prisión por un delito de asesinato y 15 años de cárcel por un delito de homicidio, respectivamente. La defensa de Manuel ha solicitado la libre absolución de su cliente y, en caso de que el jurado emita un veredicto de culpabilidad, ha pedido que sea condenado por homicidio imprudente, tal y como solicita el Ministerio Público.

La Guardia Civil ratifica su informe: el accidente fue "evitable"

Lo cierto es que las versiones de la Fiscalía y de la defensa chocan con parte del extenso informe del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil que reprodujo los hechos en el escenario del incidente. Los investigadores concluyeron, entre otras cosas, que el atropello “pudo haber sido evitable” porque había suficiente visibilidad y el coche no tenía ninguna avería ni problema en sus sistemas de seguridad. También determinaron que Manuel no detuvo el turismo “a pesar de la resistencia al avance que le supuso el cuerpo de la víctima” y que, además, prolongó “voluntariamente” sus maniobras “sin que se hubiera producido ningún fallo en los sistemas de seguridad activa del vehículo”.

El coche, añadieron, arrastró a Alicia durante casi tres metros con un “desplazamiento forzado”: “El cuerpo le supuso al conductor un obstáculo en su movimiento de avance, que obligatoriamente debió percibir por el sentido del tacto y el oído, y que le exigió ejercer mayor presión sobre el pedal del acelerador para vencer la resistencia a la rodadura normal del vehículo (acción voluntaria de aceleración), circunstancia que quedó evidenciada por el marcaje de caucho en las piedras”. Además, el guardia civil que representó el papel del acusado en la reconstrucción de los hechos “destacó la perseverancia y destreza necesaria en la actuación combinada sobre los pedales de conducción para lograr que el vehículo se desplazara” sobre el dummy que se usó para la recreación.

Aunque el acusado declaró en su momento -y ha vuelto a decir en la vista oral- que, cuando salió de la caseta en la que entró a orinar, no vio a su novia por ninguna parte, la Fiscalía y la Guardia Civil coinciden en señalar que, en ese momento, Alicia estaba delante del coche, vomitando. Según el informe del ERAT, el campo de visión de esa zona era “amplio” y “suficiente”, sobre todo teniendo en cuenta que las luces del vehículo estaban encendidas: “El área de visibilidad geométrica proporcionada por el alumbrado de corto alcance o cruce (frontal) al investigado, era superior a los 20 metros”, se apunta en el dosier.

Hubo "intención de pisar el acelerador"

Los investigadores de la Guardia Civil ratificaron las conclusiones del informe durante el juicio. El jueves por la tarde se reprodujeron los vídeos grabados durante la reconstrucción de los hechos, lo cual prolongó la jornada hasta tarde. De hecho, estaba previsto que ese día declarara el acusado, pero, finalmente, su interrogatorio se pospuso a este viernes. Antes, en la primera sesión de la vista oral, había declarado el agente del Subsector de Tráfico del Instituto Armado de Jaén que redactó el atestado inicial. Según el guardia civil, las evidencias observadas durante la inspección ocular del escenario del incidente apuntaban a que “tuvo que haber intención de pisar el acelerador” para “sobrepasar” el cuerpo de la víctima. Así quedó reflejado en su momento en aquel atestado, en el que se concluyó que el atropello fue “intencionado”.

Completaron la ronda de testimonios periciales los forenses que practicaron la autopsia de Alicia y los que entrevistaron a Manuel varios meses después de su detención -estos últimos señalaron en un informe que el acusado no tenía sus facultades mermadas el día de los hechos, aunque apuntaron que lo ideal hubiera sido haber hablado con él aquella misma noche o a la mañana siguiente-. Todos declararon a puerta cerrada el jueves por la mañana. En el informe de autopsia del Instituto de Medicina Legal de Jaén se situó la muerte de Alicia entre las tres y media y las cuatro y cuarto de la madrugada. En el documento se concluye que las “múltiples fracturas óseas” -en torno a treinta por todo el cadáver- y las “lesiones viscerales torácicas y abdominales” eran compatibles con “el paso de un vehículo por encima del cuerpo”. También se apunta que el “atropello con aplastamiento” se produjo “con una enorme fuerza viva”.

Los testimonios de los amigos apenas arrojan luz

Los amigos de Manuel que prestaron declaración como testigos entre el martes y el miércoles apenas pudieron aportar información para esclarecer los hechos. Aunque la mayoría estuvo de fiesta con Manuel y Alicia parte de la tarde y/o de la noche de los hechos, ninguno se encontraba con la pareja cuando se produjo el atropello. Tampoco conocían a Alicia de antemano. Aquella fue la primera vez que la vieron en persona, aunque Manuel les había hablado de ella. El único testimonio en contra del acusado fue el de una exnovia. La mujer aseguró que Manuel tenía “comportamientos extraños” cuando bebía, tal y como declaró a la Guardia Civil hace cuatro años, tras la detención del individuo.

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