La situación de sequía en la provincia de Jaén es extrema. Ya hay cortes temporales de suministro en algunos municipios y la comparativa con respecto a las cifras del año pasado, que ya eran malas, deja porcentajes preocupantes. De hecho los pantanos jiennenses han partido un cinco por ciento del agua que tenía acumulada en este último año. El 2023 se va a acabar con 479,194 hectómetros cúbicos (hm³) agua almacenados en los embalses de la provincia, cuando el 2022 terminó con 602,35.

Teniendo en cuenta que la capacidad total de los pantanos de Jaén está en 2.361,354 hm³, podemos ver que se ha pasado del 25,5% ocupado que hubo en la Nochevieja de 2022 al 20,29% con  el que se va a empezar el año 2024. Las escasas precipitaciones de los últimos meses apenas han servido para paliar la situación. Una muestra es que en el último mes y medio, desde el pasado 15 de noviembre, las reservas de agua de la provincia han subido sólo un 0,25%.

Es una situación que se nota en los principales embalses jiennenses, aquellos que cuenta con una capacidad superior a los 100 hm³. Ninguno de ellos supera el 30 por ciento ocupado, siendo el de la Fernandina con 69,296 hectómetros cúbicos (un 28,04%) el que está más lleno. En el lado contrario, el que presenta un peor aspecto es el Guadalén, que contiene el 15,49% (25,182 hm³) del agua que es capaz de albergar.

El Tranco se encuentra el 24,04% de su capacidad con 121,593 hm³, más del doble de los 57,578 que alberga el Guadalmena, lleno al 16,70%. Tampoco llega al 20 por ciento (19,49) el Jándula, que posee 63,351 hm³. El Giribaile con 80,472 hm³ (un 16,38% ) y el Rumblar con 23,026 hm³ (un 16,44%) cierra una lista cuyos valores deben aumentar y mucho en los próximos meses para que las restricciones en cuanto al riego y al consumo humano no sea mucho mayores cuando llegue el verano.