Fue un convento y ahora es un auditorio de eventos y un restaurante con Estrella Michelin
Te contamos la increíble transformación del Convento de San Francisco en Baeza, convertido en auditorio y en el restaurante Vandelvira, con Estrella Michelin
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Pocas transformaciones arquitectónicas de un antiguo templo llaman tan poderosamente la atención como la del Convento de San Francisco. En pleno casco histórico de Baeza, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se alzan las imponentes ruinas de lo que otrora fue un lugar de culto.
Lo curioso, además, es que no se ha convertido en un único espacio, sino en dos bien diferenciados. De un lado, un auditorio de eventos culturales y congresuales; por otro, el restaurante Vandelvira, dirigido por el chef baezano Juan Carlos García y distinguido con una Estrella Michelin.
El origen del Convento de San Francisco
Fundación en el siglo XVI
El convento fue fundado en 1538 por la comunidad franciscana de Baeza. La escritura fundacional se firmó a nombre de don Diego Valencia de Benavides, hijo del señor de Jabalquinto, y su esposa doña Leonor de Guzmán y Mendoza.
Su construcción respondió al deterioro del primitivo convento y contó con el patrocinio de la familia Benavides, que aspiraba a dotar a la ciudad de un conjunto funerario de primer nivel.
Vandelvira, el arquitecto del Renacimiento andaluz
El proyecto fue encargado a Andrés de Vandelvira, uno de los grandes maestros de la arquitectura renacentista en Andalucía. Nacido en Albacete en 1505, aprendió de su padre Pedro y del maestro cantero Francisco de Luna. A lo largo de su trayectoria, Vandelvira dejó impronta propia en ciudades como Úbeda, Baeza y Jaén.
En el convento, desplegó su ingenio en la concepción de la cabecera, que terminó en 1546. Su hijo Alonso, en el ‘Tratado de Arquitectura’, describió esta capilla como una de las más logradas de España.
La Capilla de Benavides
Una obra singular
La capilla mayor o de Benavides fue concebida como un espacio autónomo dentro del templo, con un diseño cuadrado cubierto por una bóveda cruzada, una innovación que reforzaba la estructura y creaba un efecto monumental. Los retablos pétreos, de inspiración serliana, mostraban escenas como la Epifanía, la Adoración de los Pastores o la Resurrección, acompañadas de símbolos funerarios y heráldicos. Escultores como Esteban Jamete y Juan de Reolidgen colaboraron en este programa iconográfico.
Desastres y abandono
El esplendor duró poco. El terremoto de Lisboa de 1755 agrietó la bóveda, que tuvo que desmontarse. Más tarde, la invasión napoleónica interrumpió las reparaciones. A comienzos del siglo XIX, otro seísmo arruinó la cabecera. En el grabado de Parcerisa de 1850, el templo ya aparecía en estado de ruina romántica.
Transformaciones en los siglos XIX y XX
Tras la Desamortización de Mendizábal, el convento fue vendido y sus dependencias se adaptaron a usos muy distintos: viviendas, comercios, una fábrica de harinas e incluso un teatro. La pérdida de su carácter religioso lo llevó a un prolongado deterioro, hasta que en la segunda mitad del siglo XX surgió la necesidad de salvar lo que quedaba.
Entre 1986 y 1988 se llevó a cabo una restauración discutida, que permitió acondicionar el conjunto como auditorio. La capilla mayor quedó separada del resto de la iglesia por una gran cristalera, descubierta al cielo. En 1990, el claustro pasó a albergar el Restaurante Vandelvira, abriendo un nuevo capítulo en la historia del edificio.
El auditorio del Convento de San Francisco
Renovación del espacio cultural
La primera fase de restauración del auditorio finalizó en marzo de 2022. Esta intervención eliminó humedades y dotó al edificio de equipamiento moderno (dotado de pantallas, escenario, iluminación y sonido) sin perder el respeto por el estilo renacentista. Actualmente, el espacio acoge congresos, espectáculos y eventos de distinta índole.
Vandelvira restaurante: de la tradición a la Estrella Michelin
Una experiencia en un convento renacentista
En el centro de lo que fue el antiguo convento se encuentra ahora el Restaurante Vandelvira, un espacio donde historia y gastronomía se paladean por igual. Bajo los arcos del claustro del siglo XVI, los comensales son recibidos con una copa de manzanilla, antes de acceder a las salas que conservan la esencia monumental del edificio.
Juan Carlos García, el chef que volvió a casa
Natural de Baeza, Juan Carlos García regresó a su ciudad en 2020 tras años de formación y experiencias culinarias. Inspirado por el amor a la cocina transmitido por sus padres, reabrió Vandelvira con una propuesta emocional, basada en la unión, la familia y los valores de su tierra.
Cocina creativa con raíces
El restaurante ofrece dos menús degustación que reinterpretan los productos locales y de la propia huerta del chef. Su cocina destila finura, sabor y cuidado en la presentación. Entre los platos que han captado la atención de críticos y comensales destaca el Pañuelo de calamar y jamón, acompañado de un caldo dashi de jamón ibérico concentrado y un fondo de tartar de calamar.
Reconocimiento internacional
En la Guía Michelin, Vandelvira ostenta una Estrella, que certifica la calidad y la originalidad de su propuesta. Más que un restaurante, es un viaje sensorial que conecta la tradición baezana con la innovación culinaria.
Tras siglos de esplendor, desastres y transformaciones, el Convento de San Francisco se ha convertido en un símbolo de la capacidad de Baeza para reinventarse sin olvidar sus raíces.
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