Contra los tópicos negativos

01 de diciembre 2025 - 03:08

La manía de emponzoñar y ensuciarlo todo, desde la política al entretenimiento, desde la información –cada vez se parecen más las tertulias políticas a una telebasura empeorada por la propaganda– a las biografías de personalidades, fusionada con el tópico de que lo peor es lo más probable, la miseria es la verdad y el realismo conduce necesariamente al pesimismo si no al nihilismo (¡qué necesario sería que el mayor número de personas posible leyera La virtud en la mirada. Ensayo sobre la admiración moral de Aurelio Arteta!), está haciendo que se escriban reseñas simplonas sobre esa admirable película que es Blue Moon, abundantes en los tópicos de la miseria escondida bajo los brillos de la farándula, el íntimo fracaso de los triunfadores, la verdad sórdida que se oculta bajo el éxito, etcétera.

Ciertamente su protagonista, el genial letrista Lorenz Hart, fue una persona autodestructiva y atormentada, de vida tan profesionalmente triunfadora como personalmente desdichada, que nunca aceptó su condición sexual y tuvo un final temprano y triste tras estar desaparecido varios días, víctima de sus borracheras. Esto es cierto. Y la película lo cuenta sin tremendismo, con ternura. Pero también es cierto que, entre los grandes creadores de la edad de oro de Broadway que tanta inteligente felicidad han dado a millones de personas, es un caso excepcional. George Gershwin, pese a su temprana muerte, fue todo lo feliz que en esta vida se puede ser; Cole Porter, abiertamente homosexual a la vez que amistosamente casado con la elegante, bella, inteligente y millonaria Linda Lee Thomas, triunfó desde 1932 a 1956 y fue un feliz bon vivant que vivió con el lujo elegante que sus canciones expresan, superando dolores crónicos y más de cuarenta operaciones tras romperse las piernas al caer de un caballo; Richard Rodgers, pese a episodios de depresión y alcoholismo, condujo con mano de hierro su carrera componiendo éxitos desde 1925 a 1965, siempre apoyado por su inteligente esposa –escritora, inventora, empresaria y activista social– Dorothy. En la cumbre, Irving Berlin con su feliz matrimonio con la inteligentísima Ellin y sus 101 años de vida llenos de éxitos. No, no solo hay basura si se levantan las alfombras y dolor cuando cae el telón y los focos se apagan.

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