Quién fue San Fernando, el rey que dio forma al Santo Reino

HISTORIA

El 30 de mayo se celebra la festividad de este monarca de Castilla que fue elevado a los altares y sembró el origen cristiano de la actual ciudad de Jaén

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Lienzo de Fernando III "El Santo" ubicado en una de las capillas de la Catedral de Jaén.
Lienzo de Fernando III "El Santo" ubicado en una de las capillas de la Catedral de Jaén. / Valdés Leal
Antonio Cañada

30 de mayo 2024 - 16:49

Su nombre fue pronunciado por enemigos y adeptos, tanto por musulmanes como por cristianos, y su historia terminó por perfilar el Santo Reino que tantas veces hemos escuchado. De su paso y conquista por nuestra capital quedan muchas huellas tras el Pacto de Jaén firmado en 1246, con el que se acordaban las primeras fronteras con el reino nazarí de Granada. Fernando III de Castilla fue el monarca de la llamada Reconquista de Al-Ándalus, un difusor del culto cristiano y un santo elevado a los altares de la Iglesia Católica. Su festividad cada 30 de mayo redobla incluso las campanas de la Giralda en Sevilla, ciudad de la que es patrón y donde se encuentran sus restos óseos.

En Jaén hemos olvidado su larga historia, aunque es cierto que su figura está presente en dos de nuestros más insignes monumentos. Cuenta la leyenda que fue la propia Santa Catalina de Alejandría quien se apareció en sueños al monarca para mostrarle las llaves de la ciudad y no cejar en su empeño por conquistarla. Sea cierto o no, aquella revelación onírica fue tomada como una señal divina que acabó con las tropas cristianas tomando la fortaleza de mano de los propios musulmanes. La expansión de su culto cristiano determinó desde ese momento nombrar a dicha santa patrona y protectora desde el castillo que hoy lleva su nombre.

La gloria de este rey de Castilla en su conquista de Jaén sin duda propició un cambio en el desarrollo de aquella sociedad. La antigua mezquita mayor de la capital, por ejemplo, fue consagrada a la Asunción de la Virgen como catedral cristiana. No sería hasta su conversión en el templo renacentista que hoy conocemos cuando los artífices de tan magno edificio decidieron dedicar algunos de sus rincones al monarca. Su victoria en la capital hispalense en los años siguientes terminó por arrebatar los grandes bastiones musulmanes y sus principales rutas, una misión que se prolongó incluso después de su muerte a través de su sucesor: Alfonso X "El Sabio".

Representación del monarca en la fachada principal de la Catedral.
Representación del monarca en la fachada principal de la Catedral. / Catedral de Jaén

Representaciones existentes en Jaén

Volviendo a la presencia de Fernando III en la ciudad de Jaén conviene retrotraerse al año 1671, momento en el que es canonizado por la Iglesia Católica con Clemente X como Papa y ante la insistencia del clero y la propia sociedad civil. Ya en la fachada proyectada por Eufrasio López de Rojas, cuya construcción ocurrió prácticamente de forma contemporánea a dicho acontecimiento, dedicó el lugar más honorífico de su balaustrada principal al recién nombrado como Rey Santo con una imponente talla de piedra esculpida por el insigne imaginero Pedro Roldán.

De igual forma, el Cabildo catedralicio no quiso dejar de lado la oportunidad de otorgar el nombre de una de las capillas interiores del templo a este singular personaje. De hecho, hoy podemos contemplar dos imponentes lienzos con este rey como protagonista junto al altar mayor. Coronando el retablo de la capilla: una representación de la consagración de la antigua mezquita como catedral, con la Virgen ascendiendo a los cielos. Por otra parte, el motivo central y más valioso: un enorme lienzo con una pintura atribuida a Valdés Leal, uno de los más reconocidos artistas de su época.

Retablo de la capilla de San Fernando en la Catedral.
Retablo de la capilla de San Fernando en la Catedral. / Catedral de Jaén

Realmente su historia es tan extensa en el antiguo reino de Jaén que aunque no se aprecie a simple vista forma parte de muchos de los edificios públicos que hoy adornan nuestras plazas. De lo que ha llegado a nuestros días podemos mencionar casi de manera escueta una calle con su mismo nombre en pleno barrio de San Ildefonso, además del cementerio municipal. Su figura dio forma también a otros muchos lugares como Andújar, Martos, Úbeda o Baeza. Pero en eso consiste la labor de los jiennenses: en conocer su pasado para entender aún mejor su presente.

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