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Dice uno de los temas más insignes del cantautor ubetense Joaquín Sabina: “Por la ciudad camino, no preguntéis adónde. Busco acaso un encuentro que me ilumine el día”. Y, como si de una corazonada se tratase, el lugar queda claro con el mismo título de la canción: Calle Melancolía.
Así se llama, precisamente, la taberna que desde hace dieciséis años abre sus puertas a diario en pleno casco histórico de Úbeda, en la calle Real número 57. Y es que la Taberna Calle Melancolía es una visita imprescindible para todo “sabinero” que se precie, ya que rinde tributo al músico más conocido del lugar.
Su propietario, Alfonso Manuel Cobo, recuerda a Jaén Hoy los motivos que lo llevaron a echar a andar el negocio con una idea clara: “Por aquel entonces no había nada dedicado a él, pensé en darle una identidad al bar”.
La taberna se ha convertido en un lugar de peregrinación para sabineros de todo el mundo. No es solo un bar, sino un espacio íntimo que conserva recuerdos únicos de la vida del cantautor ubetense, desde libros de colegio hasta fotografías inéditas.
Alfonso mantiene una costumbre inquebrantable: la primera tapa que se sirve siempre es un ochío. “Quería que el cliente tuviera algo muy nuestro desde el primer momento”, explica.
Además de sus ricas tapas, entre las raciones más populares se encuentran el lomo de orza y las habitas baby con jamón, junto con embutidos de ciervo y jabalí y unas anchoas de calidad que muchos acompañan con cerveza, vino o vermut. “Aquí se viene a comer bien, pero también a empaparse del ambiente de Sabina”, señala el dueño.
La taberna se llena especialmente los fines de semana al mediodía. Alfonso lo sabe bien: “Intenté cerrar para tener algún día de descanso y es imposible: te llaman por teléfono desde Valencia, Granada o Málaga exclusivamente y al final he tenido que venir más de una vez a abrirles”.
Finalmente, optó por una fórmula equilibrada. El bar abre todos los días de la semana de 12:00 a 15:00 horas, y solo por las tardes los viernes y sábados. Si estabas pensando en llamar, has de saber que no hay reservas. “Es un local muy íntimo, prefiero que la gente venga, entre y lo viva. Si empezamos con reservas se pierde la esencia”, afirma.
Lo que distingue a la Taberna Calle Melancolía de cualquier otro bar de Úbeda es su pequeño museo del artista, con objetos personales sorprendentes: libros de cuando estudiaba, fotos inéditas o el recordatorio de su primera comunión.
El interés trasciende fronteras: muchos visitantes llegan desde Argentina o México, además de españoles. “Algunos viven en Barcelona y bajan expresamente para conocer el bar”, asegura Alfonso.
Merchandising para llevarse un recuerdo. Además de las tapas y buen ambiente, el bar ofrece una cuidada selección de recuerdos relacionados con Sabina: tazas, llaveros, imanes, camisetas o chapas con la silueta del artista.
“Muchos quieren llevarse un pedacito de aquí a sus casas. No es solo un souvenir, es un recuerdo emocional ligado a Sabina y a Úbeda”, cuenta Alfonso.
La relación de Joaquín Sabina con su tierra es constante, aunque discreta. Alfonso recuerda que el artista ha estado en la taberna en varias ocasiones, pero siempre con prudencia.
Ese cuidado por pasar desapercibido tiene un motivo: “Aparte de la gente que lo conoce o que ha estudiado con él, otras veces lo siguen adonde va, intentan hospedarse donde él lo hace… debe ser una pesadilla”, añade Alfonso.
En cuanto a los conciertos, la taberna es un hervidero de actividad. Sobre el último evento de la gira ‘Hola y Adiós’, Alfonso es tajante: “No hay una sola entrada disponible” y “el hospedaje lleva meses completo a precios desorbitados”.
El futuro museo oficial de Joaquín Sabina. Más allá de la taberna, Úbeda trabaja en un proyecto museístico en el Palacio Marqués de Mancera. El espacio, rehabilitado con fondos europeos dentro de la estrategia EDUSI, aspira a convertirse en un referente cultural y turístico de la ciudad.
La Taberna Calle Melancolía es solo el inicio de un recorrido más amplio por la ciudad natal del artista. Entre los puntos imprescindibles destacan:
En 2016, el artista linarense Miguel Ángel Belinchón “Belin” pintó un mural de 14 metros de alto en el marco de las Jornadas ‘Sabina Por Aquí’. Es ya un símbolo urbano de Úbeda.
La empresa Artificis organiza un recorrido por las calles y plazas vinculadas a la vida del músico, guiado por miembros del colectivo Peor para el Sol. El paseo incluye la entrada a la iglesia y la narración de anécdotas vitales que explican cuáles fueron los lugares ineludibles de la historia de Sabina con Úbeda.
En la plaza Primero de Mayo número 20 se encuentra la vivienda donde el cantautor vino al mundo en 1949. Una placa artística, obra del propio Alfonso Manuel Cobo, lo recuerda en su fachada.
La Taberna Calle Melancolía no es un bar más de tapas en Úbeda. Es un espacio íntimo y con identidad propia, que suma gastronomía local, recuerdos personales de Joaquín Sabina y el ambiente bohemio que ha inspirado su música. Alfonso lo resume con sencillez: “Aquí no solo se viene a comer. Se viene a vivir la experiencia de Sabina en su ciudad natal”.
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