Cerdán y Begoña borrados

La ciudad y los días

25 de julio 2025 - 03:11

En una famosa fotografía se ve a Lenin, subido en una tribuna, arengando a las tropas del Ejército Rojo. Algo más abajo, en unos escalones, están Trotski y Kámenev. Cuando cayeron en desgracia desaparecieron, viéndose solo los escalones vacíos. En otra foto histórica se ve a Antipov, Stalin, Kirov y Shvernik. Los retoques depurativos los fueron haciendo desaparecer uno tras otro –por traidores o por rivales del padre de los pueblos– hasta quedar solo Stalin. A veces no eran tan sutiles. En una fotografía en la que se ve a un numeroso grupo de camaradas posando ante el monumento a Lasalle y Marx, el rostro de Zinóviev se ocultó con una mancha en un tosco pre-pixelado. Y en una más de las muchas desapariciones fotográficas, Yezhov fue eliminado de un grupo en el que se le veía junto a Stalin y Molotov visitando las obras del canal del Volga.

Por supuesto estas desapariciones no eran solo fotográficas: Trotski fue asesinado por el español Ramón Mercader cuando el largo brazo de Stalin le alcanzó en México en 1940; Kámenev y Zinóviev fueron fusilados en 1936 y Antipov en 1938; Kirov fue oficialmente asesinado por orden de poderosos opositores a Stalin, lo que fue uno de los pretextos para la gran purga, aunque puede que fuera una operación de la NKVD para librar al líder supremo de un molesto rival.

Nada nuevo. En la antigua Roma, cuando alguien cuyos hechos antes habían sido celebrados caía en desgracia, se borraba su nombre de todas las inscripciones y se sustituía su cabeza en las estatuas. Damnatio memoriae se llamaba a estas desapariciones. Una versión generalizada es la destrucción de estatuas y monumentos de quienes se consideran enemigos tras los conflictos bélicos o las revoluciones. En los jardines del exconvento de Santa Clara está la gigantesca y viajera estatua de Fernando VII que, tras estar en Barcelona y en Francia cuando se exilió la reina María Cristina, acabó llegando a Sevilla en 1862 para ser ubicada en distintos espacios del Palacio de San Telmo, siendo retirada durante la Segunda República y confinada en su actual emplazamiento, entonces Museo Arqueológico Municipal.

Nada nuevo, decía. Del vídeo del PSOE que celebra los dos años en el Gobierno de Sánchez han desaparecido Cerdán y Begoña Gómez, que aparecían abrazados.

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