No solo es un privilegio escribir desde esta tribuna, sino también expresar aquello que más pueda interpelarme. Y emocionarme. Hoy quiero trasladar mi gratitud y mi reconocimiento a Cruz Roja de Jaén capital. Hacía tiempo que conocía la entidad, su implicación con los colectivos más vulnerables, su labor callada pero enérgica, su constante presencia como referente entre las entidades del tercer sector. El primo de mi padre, el muy conocido Pepe Boyano, fue presidente de la provincial durante aproximadamente doce años, período en el que la entidad tuvo que responder a miles de personas que sufrieron el desgarro en sus vidas como consecuencia de la crisis financiera del 2008, la pandemia provocada por el Covid-19 o la recepción de personas refugiadas provenientes de Ucrania. Duro período en el que comprobé, desde la distancia, el trabajo tan necesario y la presencia tan trascendente que supone contar con esa red salvadora que aporta Cruz Roja.

Ahora he tenido el privilegio de conocer más directamente el trabajo que Cruz Roja desarrolla en nuestra ciudad y provincia, en torno a dos programas de los muchos que, diariamente, ejecuta esta entidad. Por un lado, el Programa de Refugiados. Me siento muy agradecido por haber contactado con un equipo humano de personas totalmente implicadas, sensibles, cercanas, comprometidas y formadas. Personas que te hacen sentir más humano, más solidario, un equipo que te hace creer que es posible tocar la utopía con las yemas de los dedos. Por otro, a personas que han llegado de sus países por causas bélicas, económicas o sociales. Abandonar su propia historia, sus raíces, sus alientos sociales, incluso a sus familias, para venir a un país extraño, aprender otra cultura y otro idioma, encontrar un trabajo, son esfuerzos titánicos de hombres fuertes y mujeres poderosas. Me siento tan pequeño ante su presencia, que es un privilegio poder aprender de sus experiencias y vivencias.

Y también quiero referirme al Programa de Asentamientos, que permite acercarse al que sufre situaciones de extrema vulnerabilidad. Los integrantes de Cruz Roja se aproximan con afecto, comprensión, delicadeza, con las manos tendidas, sin juzgar, con el único objetivo de tratar de mejorar, aunque sea con pequeños pasos, su inestable trayectoria. También es un privilegio rodearse de personas tan comprometidas con los que sufren, sabias, expertas, sensibles, curtidas, contenidas y conocedoras de la realidad social de nuestros entornos y territorios. Me siento tan agradecido como privilegiado.

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