Culpable de asesinato el acusado por el atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo

El veredicto del jurado popular coincide con la tesis de la familia de la víctima, que ejercía la acusación particular en el juicio que acogió la semana pasada la Audiencia Provincial de Huelva, y la Fiscalía pide una condena de 20 años y un día de cárcel

Juicio por el atropello mortal de Alicia Rodríguez en Marmolejo: el acusado dice que no la vio "en ningún momento"

Juicio por el atropello mortal de Alicia Rodríguez. / Europa Press

El jurado popular ha considerado culpable de asesinato con agravante de parentesco a Manuel Q. S., el acusado por el atropello mortal de la reportera gráfica onubense Alicia Rodríguez en 2021 en Marmolejo. La Audiencia Provincial de Huelva acogió el juicio la semana pasada, y las cinco mujeres y cuatro hombres que componían el tribunal han necesitado apenas un día de deliberación, después de que este lunes se les entregara el objeto de veredicto. La decisión, adoptada por unanimidad, coincide con la tesis de la acusación particular, que sostenía que el atropello fue intencionado. La Audiencia onubense tendrá ahora que concretar la condena que le impone al acusado en base al veredicto. Se prevé conocer la sentencia en las próximas semanas. En sus alegatos finales del pasado viernes, las partes se reafirmaron en sus conclusiones previas. El Ministerio Público pedía para Manuel un castigo de dos años de cárcel por un delito de homicidio imprudente. En su escrito de calificación, consideraba que el tipo había atropellado a la víctima “sin ánimo de causar daños físicos”. Tras conocer el veredicto del jurado, ha elevado su solicitud de castigo a 20 años y un día de cárcel. La familia de la fallecida, personada como acusación particular, reclamaba que el acusado pasara 28 años entre rejas por un delito de asesinato. El Ayuntamiento de Huelva y la Junta de Andalucía pedían sendas penas de 25 años de prisión por un delito de asesinato y 15 años de cárcel por un delito de homicidio doloso, respectivamente. La defensa de Manuel solicitó la libre absolución de su cliente y, en caso de que el jurado emitiera un veredicto de culpabilidad, pedía que se le condenara por homicidio imprudente, tal y como solicitaba la Fiscalía. Este martes, todas las partes se han adherido a la petición final del Ministerio Público.

Manuel declaró ante el tribunal el viernes y repitió la versión de los hechos que trasladó a la Guardia Civil hace cuatro años y medio, tras su detención como sospechoso. Después de pasar de fiesta con varios amigos la tarde del 11 de junio y parte de la madrugada siguiente, ambos fueron en el coche de él a mantener relaciones sexuales al olivar de su familia. Eran pareja desde hacía casi un año y se habían conocido en una red de contactos. Manuel se bajó a orinar en una caseta que tenían para los perros. Al salir, no vio "en ningún momento" a Alicia. El coche estaba vacío, arrancado y con la puerta del conductor abierta. "Cree" que también tenía las luces encendidas, pero no lo recuerda con exactitud. Movió el vehículo para esconderlo antes de buscar a Alicia. Pensaba que "estaba haciendo pipí" entre los olivos. En su momento dijo que no tenía claro si maniobró con el coche primero hacia atrás o hacia delante, aunque pensaba que fue hacia atrás. El viernes cambió esa parte de su testimonio y ha asegurado no recordar haber dado marcha atrás en ningún momento. Si lo comentó entonces fue porque "estaba sugestionado" por la Guardia Civil. Lo que sí ha vuelto a afirmar es que no notó ningún obstáculo durante su conducción más allá de "los típicos del terreno, ondulaciones y piedras", aunque "nada fuera de lo común". Escuchó un pitido de sensores, pero era el que alertaba de que la puerta estaba abierta. La música estaba puesta, aunque no muy alta. Luego salió a buscar a Alicia. Fue entonces cuando la oyó pidiendo ayuda debajo del vehículo. Manuel llamó al 112 con el móvil de ella porque, según ha dicho, no encontraba el suyo. Mientras pedía ayuda por teléfono, Alicia "se quejaba de la pierna". Cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil y los servicios sanitarios pasadas las cuatro de la madrugada, la reportera ya había fallecido. Tenía 36 años.

Manuel aceptó contestar las preguntas de su abogado, de la Fiscalía y de los miembros del tribunal, pero no las de la acusación particular ni las de las acusaciones populares. Su interrogatorio se puso el punto final a una vista oral que comenzó cuatro días antes, con la elección de los nueve componentes del jurado popular, y siguió con numerosas declaraciones de expertos forenses, investigadores de la Guardia Civil y amigos de la víctima y, sobre todo, del acusado.

La Guardia Civil: el accidente fue "evitable"

Lo cierto es que las versiones de la Fiscalía y de la defensa chocaban con parte del extenso informe del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil que reprodujo los hechos en el escenario del incidente. Los investigadores concluyeron, entre otras cosas, que el atropello “pudo haber sido evitable” porque había suficiente visibilidad y el coche no tenía ninguna avería ni problema en sus sistemas de seguridad. También determinaron que Manuel no detuvo el turismo “a pesar de la resistencia al avance que le supuso el cuerpo de la víctima” y que, además, prolongó “voluntariamente” sus maniobras “sin que se hubiera producido ningún fallo en los sistemas de seguridad activa del vehículo”.

El coche, añadieron, arrastró a Alicia durante casi tres metros con un “desplazamiento forzado”: “El cuerpo le supuso al conductor un obstáculo en su movimiento de avance, que obligatoriamente debió percibir por el sentido del tacto y el oído, y que le exigió ejercer mayor presión sobre el pedal del acelerador para vencer la resistencia a la rodadura normal del vehículo (acción voluntaria de aceleración), circunstancia que quedó evidenciada por el marcaje de caucho en las piedras”. Además, el guardia civil que representó el papel del acusado en la reconstrucción de los hechos “destacó la perseverancia y destreza necesaria en la actuación combinada sobre los pedales de conducción para lograr que el vehículo se desplazara” sobre el dummy que se usó para la recreación.

Aunque el acusado declaró en su momento -y volvió a decir en la vista oral- que, cuando salió de la caseta en la que entró a orinar, no vio a su novia por ninguna parte, la Fiscalía y la Guardia Civil coincidieron en señalar que, en ese momento, Alicia estaba delante del coche, vomitando. Según el informe del ERAT, el campo de visión de esa zona era “amplio” y “suficiente”, sobre todo teniendo en cuenta que las luces del vehículo estaban encendidas: “El área de visibilidad geométrica proporcionada por el alumbrado de corto alcance o cruce (frontal) al investigado, era superior a los 20 metros”, se apunta en el dosier.

Hubo "intención de pisar el acelerador"

Los investigadores de la Guardia Civil ratificaron las conclusiones del informe durante el juicio, en el que se reprodujeron los vídeos grabados durante la reconstrucción de los hechos. En la primera sesión de la vista oral, declaró el agente del Subsector de Tráfico del Instituto Armado de Jaén que redactó el atestado inicial. Según el guardia civil, las evidencias observadas durante la inspección ocular del escenario del incidente apuntaban a que “tuvo que haber intención de pisar el acelerador” para “sobrepasar” el cuerpo de la víctima. Así quedó reflejado en su momento en aquel atestado, en el que se concluyó que el atropello fue “intencionado”.

Completaron la ronda de testimonios periciales los forenses que practicaron la autopsia de Alicia y los que entrevistaron a Manuel varios meses después de su detención -estos últimos señalaron en un informe que el acusado no tenía sus facultades mermadas el día de los hechos, aunque apuntaron que lo ideal hubiera sido haber hablado con él aquella misma noche o a la mañana siguiente-. Todos declararon a puerta cerrada. En el informe de autopsia del Instituto de Medicina Legal de Jaén se situó la muerte de Alicia entre las tres y media y las cuatro y cuarto de la madrugada. En el documento se concluye que las “múltiples fracturas óseas” -en torno a treinta por todo el cadáver- y las “lesiones viscerales torácicas y abdominales” eran compatibles con “el paso de un vehículo por encima del cuerpo”. También se apunta que el “atropello con aplastamiento” se produjo “con una enorme fuerza viva”.

Los testimonios de los amigos apenas arrojan luz

Los amigos de Manuel que prestaron declaración como testigos apenas pudieron aportar información para esclarecer los hechos. Aunque la mayoría estuvo de fiesta con Manuel y Alicia parte de la tarde y/o de la noche de los hechos, ninguno se encontraba con la pareja cuando se produjo el atropello. Tampoco conocían a Alicia de antemano. Aquella fue la primera vez que la vieron en persona, aunque Manuel les había hablado de ella. El único testimonio en contra del acusado fue el de una exnovia. La mujer aseguró que Manuel tenía “comportamientos extraños” cuando bebía, tal y como declaró a la Guardia Civil hace cuatro años, tras la detención del individuo.

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