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El hogar de Jimena que siembra esperanza a mujeres y sus hijos en situación de vulnerabilidad

Mujeres que se encuentran en la casa del Proyecto Semilla.

Mujeres que se encuentran en la casa del Proyecto Semilla.

En torno a una mesa camilla están sentadas tres mujeres, y alrededor, corretean y juegan enérgicamente tres niños de corta edad, en un carrito descansa un bebé de ojos muy despiertos y en los brazos de una de las mujeres sostiene a otra bebé. Ellas son mujeres con nombres y apellidos propios, y una historia detrás cuya identidad está protegida porque se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Han sufrido algún tipo de violencia de género, algunas, vivencias que reflejan el machismo en su máxima expresión. Están solas a excepción de dos pilares: sus hijos, que demandan atención continua con juegos o algún llanto que dura poco; y la red de mujeres que las sostienen y las ayudan a salir adelante.

Quienes abren las puertas que anteceden a la estancia, de donde se intuyen las voces de las mujeres y sus hijos, son las monitoras Teresa Moreno e Isabel Martínez. Ambas forman parte de esta red y son los cimientos que sostienen la casa ubicada en el pequeño municipio de Jimena, cuya localización es también secreta por la seguridad de las mujeres que llegan. A este rincón de la provincia de Jaén acuden gracias al Proyecto Semilla, que nace a través de Afammer y su labor incansable por conseguir la igualdad de las mujeres del medio rural. Este proyecto ayuda a mujeres embarazadas o con niños menores de tres años, ofreciéndoles un hogar y recursos psicológicos y legales hasta que consigan ser independientes.

Las tres dan la bienvenida con una amplia sonrisa y una mirada atenta. Las cuatro paredes blancas del salón, donde pasan una gran parte del tiempo, están adornadas con carteles, diplomas, fotos de sus niños, cuadros, o muebles restaurados por ellas mismas, y en el suelo no faltan los juguetes. Aquella casa se convierte en un hogar al poco de llegar, aunque cada una tiene sus tiempos de adaptación debido a su historia personal, el punto de partida no es fácil. "Anímicamente llegan destrozadas, pero a lo largo de la estancia en la casa, en ese ambiente de confianza y de familiaridad recuperan poco a poco su autoestima", cuenta la presidenta de Afammer, Isabel García.

Mujeres y niños que han pasado por Proyecto Semilla. Mujeres y niños que han pasado por Proyecto Semilla.

Mujeres y niños que han pasado por Proyecto Semilla.

Cuando llegan, lo hacen completamente solas a través de Servicios Sociales, y desprovistas prácticamente de objetos personales. Muchas de ellas son víctimas de violencia de género, víctimas de trata y explotación sexual, han sufrido violaciones o atraviesan una situación total de exclusión social, y algunos de sus países de origen son Marruecos, Brasil, Argentina, Nigeria o también de España.

Estrés postraumático

Independientemente de que su pasado es diferente, la carga emocional y de estrés es inmensa y común en todas ellas, aunque en sus caras no se llegue a reflejar. Para derribar el muro sólido que les han obligado a construir para protegerse, cuentan con la psicóloga Alma Jurado. Cada martes charla con cada una de ellas y los jueves se sientan en terapia de grupo guiada a través de juegos. Junto a ella y las monitoras hay también una enfermera voluntaria y la ayuda de todo un pueblo que se vuelca con el proyecto. Cada mueble de la casa proviene de donaciones.

"Ellas son vulnerables, pero sus hijos más. Vienen de situaciones muy delicadas, todas tienen un perfil un poco difícil. Al principio vienen demacradas, vienen asustadas. Ella ha engordado 10 kilos y está guapísima", explica Isabel mientras sonríe a Fátima (nombre ficticio). "¿Yo guapa? Tengo muchos hijos y 38 años y, ¿soy guapa?", le contesta riéndose.

La autoestima de las mujeres que se unen al proyecto es inexistente, por ello, Alma Jurado, trabaja con ellas la autopercepción que tienen de ellas mismas. “Lo que han vivido genera sentimientos de: ’será lo que me merezco’, de una tristeza profunda, de impotencia, mucha rabia. Eso cuesta mucho a nivel de autoconcepto, de quién soy. Hay que trabajar mucho con ellas el estrés postraumático. Vienen con muchos traumas, les da miedo el contacto con un hombre, ves cómo se retraen. Por eso en el proyecto somos todas mujeres, porque ellas se sienten más cómodas", cuenta la psicóloga.

Teresa Moreno e Isabel Martínez en la casa de acogida. Teresa Moreno e Isabel Martínez en la casa de acogida.

Teresa Moreno e Isabel Martínez en la casa de acogida.

Objetivo: conseguir trabajo para ser independientes

Lo primero que hacen las monitoras y voluntarias cuando llegan es darle la bienvenida y enseñarles el funcionamiento de la casa, a seguir una rutina, a cocinar con una dieta equilibrada y a que poco a poco puedan valerse por ellas mismas. "Nosotras tenemos un cuadrante, y la casa se divide por parcelas porque se barre y se friega todos los días. Todas las semanas una hace la compra porque ellas cuando vinieron les costaba muchísimo socializar. A ella, por ejemplo, no le gustaba salir a comprar, y ahora, la semana que le toca, coge su carro, sale, compra y le encanta", explica Isabel.

"Por las mañana, primero desayuno, llevo a mi hijo a la guardería, vengo, hago la compra, limpio, cocino”, cuenta tímidamente entre risas María (nombre ficticio). “María es muy vergonzosa, pero es muy participativa, todas lo son, han estado pintando macetas en una actividad del Ayuntamiento por el día de la mujer”, cuenta Isabel. Cada monitora tiene una labor diferente, en el caso de Teresa, cuida más de la parte del hogar y de la rutina. Por su parte, Isabel se encarga de la parte didáctica y educativa. Cada tarde tienen actividades, clases de español o gramática. 

"Lo más gratificante de nuestro trabajo son ellos y el cariño que te demuestran", expresa Isabel apuntando la mirada hacia los pequeños mientras abrazan a Teresa. "Y lo más difícil es cuando se van y establecer la barrera invisible de nuestro trabajo como monitoras porque no somos sus amigas, ni sus colegas, somos sus monitoras. Entonces establecer esa barrera invisible, porque además es un trabajo que no tiene horas. Nosotras trabajamos 24 horas los siete días de la semana", expresa.

Las monitoras no sólo están pendientes durante todo el día del hogar, sino que se las tienen que ingeniar para que salgan las cuentas y poder pagar pañales, luz, agua, leche, y no agotar la hucha. "Nosotros dependemos de subvenciones y hemos estado dos meses dónde no hemos tenido recursos, pero no podíamos cerrar la casa y echar a las mujeres, entonces estuvimos dos meses de forma totalmente voluntaria. Compramos todo en Jimena porque nosotros pagamos todo al final del mes, mediante transferencia porque hay que justificar cada céntimo y así apoyamos también al comercio local", cuenta Teresa.

Hijos de las mujeres en situación de vulnerabilidad en Navidad junto a Isabel Martínez. Hijos de las mujeres en situación de vulnerabilidad en Navidad junto a Isabel Martínez.

Hijos de las mujeres en situación de vulnerabilidad en Navidad junto a Isabel Martínez.

Los pequeños corren sin parar por todo el salón, juegan entre ellos y demandan la atención continua de Teresa, todas las mujeres cuidan de todos los pequeños cuando alguno estalla en llanto. Y en muchas ocasiones se forman amistades que permanecen en el tiempo aunque sus compañeras se marchen. Por la casa han pasado 17 mujeres desde que hace más de dos años comenzara el proyecto. Casi todas, cuenta la presidenta de Afammer, han conseguido un puesto de trabajo, aunque es la parte más complicada: regularizar su situación para que puedan trabajar.

Cuando se les pregunta qué es lo que más desean, su situación de vulnerabilidad no les impide responder con determinación y fuerza: "Trabajar para conseguir una casa y vivir con mis hijos". Proyecto Semilla de Afammer se ha convertido en el germen para muchas mujeres donde empezar un camino que se les había negado, en su mayoría, mediante violencia machista, y que con mucho cariño y esfuerzo otras mujeres consiguen plantar una semilla para que ellas puedan ser independientes y darles una vida digna a sus hijos.

Acto por el Día Internacional Contra Violencia de Género en Jimena. Acto por el Día Internacional Contra Violencia de Género en Jimena.

Acto por el Día Internacional Contra Violencia de Género en Jimena.

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